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Venezuela celebra hoy los 100 años de Jacinto Convit



Jacinto Convit realizó sus estudios en Caracas. En el liceo Andrés Bello, que dirigía Rómulo Gallegos, se graduó de bachiller.
Jacinto Convit realizó sus estudios en Caracas. En el liceo Andrés Bello, que dirigía Rómulo Gallegos, donde se graduó de bachiller.

Jacinto Convit, 100 años de vida
dedicados a la ciencia
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Jacinto Convit, hombre íntegro, sencillo, honesto, con una formación científica extraordinaria, forma parte de las personalidades notables e imprescindibles de la historia universal, por su vida dedicada a la ciencia lo que le permitió lograr la hazaña de descubrir la vacuna contra la lepra, una de las enfermedades más antiguas, que condenaba a sus víctimas a permanecer execradas de la sociedad, como muertos en vida, miles de años antes de Cristo,

La afirmación es de Raúl Fachín, al recordar que este miércoles su maestro está cumpliendo 100 años de nacido. “Su biografía nos dice que nació en Caracas pero Convit no es caraqueño, tampoco es venezolano, ni siquiera americano. Hoy en día Jacinto Convit pertenece al mundo por sus estudios, sacrificios y su obra”.

“Todo lo hice por la salud de los enfermos”, fue el balance que hizo el doctor Convit de su obra, cuando fue informado de que El Carabobeño le concedió el premio, creado para celebrar los 80 años de la fundación de este diario. El reconocimiento fue recibido por su nieta Federica Convit, el pasado 1º de septiembre.

Por su admirable obra y vida, el doctor Convit ha recibido otras 45 condecoraciones entre las cuales destacan el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, 1987; Premio Nacional de Medicina; el Premio Ciencia y Tecnología de México, los premios panamericanos Soopr y Horowitz, orden de la Legión de Honor de la República Francesa y el doctorado Honoris Causa de la Universidad Arturo Michelena, de Valencia.

Hijo de Francisco Convit Martí, de Barcelona, España y de Flora García Marrero, venezolana, hija de inmigrantes canarios, Jacinto Convit realizó sus estudios en Caracas. En el liceo Andrés Bello, que dirigía Rómulo Gallegos, se graduó de bachiller. En 1932 ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, donde se graduó con honores, en 1937. Un año más tarde obtuvo el título de doctor en Ciencias Médicas con la tesis “Fracturas de la Columna Vertebral”. Casado con Rafaela Martota, fallecida, nacieron sus hijos Francisco, Óscar, Antonio y Rafael, quienes son gemelos.

Desde el inicio de su carrera, el joven Convit se interesó por los enfermos de lepra por lo cual se puso en contacto con el coordinador nacional del control de esa enfermedad, Martín Vegas, quien lo nombró médico residente en la leprosería de Cabo Blanco, en Vargas.

La lepra es una enfermedad infectocontagiosa crónica, propia del hombre, no hereditaria, curable o controlable. Fue descubierto por Armauer Hansen. “El aislamiento era tan inhumano que el Gobierno Nacional creó una moneda, por la falsa creencia de que si los enfermos de lepra, tocaban las monedas de uso corriente podían contagiar a la población sana. Los enfermos rara vez tenían contacto con el mundo exterior”.

La enfermedad es tan antigua como la humanidad misma, existía 1300 años antes de Cristo, recuerda el doctor Fachín. Desde 1944, primero como director de leproserías de Venezuela y luego como jefe de la División de Lepra y Dermatología Sanitaria, inició tratamientos ambulatorios e investigaciones para el diagnóstico precoz. Con éstos estudios descubrió también casos de leishmaniasis.

Convit, a quien Rafael Muci Mendoza, presidente de la Academia de Medicina de Venezuela, ha bautizado como el Philippe Pinel (pionero de la psiquiatría en Francia) de los leprosos, se planteó en 1967 la creación del Instituto de Biomedicina, que se convirtió en 1973 en el Centro Internacional de Investigación y Adiestramiento sobre Lepra y Enfermedades afines de la Organización Panamericana y Mundial de la salud.

En ese centro científico, donde era el primero que llegaba y el último que se iba, Convit y su grupo de colaboradores desarrollaron la vacuna contra la lepra la leishmaniasis, cuyos resultados han sido altamente satisfactorios. Convit fue postulado en 1988 al Premio Nobel de Medicina. Retirado de las actividades científicas, permanece en su residencia de Caracas, pendiente de las actividades que desarrolla el Instituto creado por él.


Por: Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
Politica | Opinión
CARACAS, miercoles 11 de septiembre, 2013