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Thursday, November 21, 2024
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ALEXANDER CAMBERO: El ensañamiento contra el comisario Iván



Iván Simonovis

¿Simonovis terminará
como Chávez?

 

El ensañamiento contra el comisario Iván Simonovis, es tan cruel e inhumano, que parece conducido al paredón de fusilamiento.

Solo en regímenes de preceptos incrustados a la rueda del primitivismo, se ataca con tanto odio a alguien por el hecho de atreverse a pensar distinto. La cárcel muele los huesos y la vida es apenas una pequeña luz, que penetra la rendija de barrotes imposibles de reducir. Sé está muriendo ante la estupefacción de una nación que no comprende la magnitud de la venganza. Es como si Iván Simonovis conociera algún código secreto de estos energúmenos deformados de maldad. Detrás de esta feroz arremetida, existe el miedo cromosómico de los cobardes que utilizan la fuerza por carecer de testículos. Seguramente le están cobrando la factura de los hechos violentos del año 2002, en donde los asesinos dispararon en contra de un pueblo desbordado que clamaba por un cambio. Los demócratas pusieron sus muertos y fueron desacreditados, mientras los verdaderos responsables los exaltaron hasta el pináculo de los héroes de la patria. Les hicieron un espacio en Puente Llaguno para mostrarlos como adalides del hombre nuevo, los responsables con sus manos llenas de sangre inocente convertidos en protagonistas del resplandor revolucionario. Para poder sostener esta patraña tenían que inventar una historia y otros responsables para impedir que el mundo viera el verdadero rostro de un gobierno sin escrúpulos. Esa es la cuenta que paga el comisario, conocer la verdad de aquel evento infausto para Venezuela. No es de extrañar el hecho: para este régimen todas nuestras monstruosidades y miserias que nacen de sus entrañas son el ejemplo a seguir. Sus ídolos son forajidos como: Fidel Castro, depravados asaltacunas como Daniel Ortega y hasta algunos presos que viven sabroso. Como vemos, la moral del socialismo está en contra de la racionalidad humana; hoy Puente Llaguno no es templo de héroes, sino que para los borrachitos que pululan por el lugar, es el sitio predilecto para las necesidades fisiológicas.

El viacrucis del comisario Iván Simonovis, puede terminar como el dramático final de Hugo Chávez. Es decir, no solo muerto, sino olvidado por aquellos que lamentan su calamitosa situación actual. El expresidente caído es alguien que solo un sector recuerda, cada día que pasa es más tumba y olvido, el régimen trata de perpetuarlo en el corazón de la gente. Sin embargo, su performance en la tierra se enfrenta con una realidad que terminó lanzándolo al rincón de los peroles viejos. En muchos edificios aparecen sus gigantografías, frases y alguna referencia a su gestión como gobernante. La realidad hace que los protagonistas no sean los fantasmas de la casa del horror, no vivimos entre las páginas amarillentas de un cuento de Edgar Allan Poe. Se acabó la luna de miel con su recuerdo, el país terminó por dejarlo de lado más rápido de lo pensado. Una semana duró la conmemoración de su natalicio, actividades que no tuvieron mayor relevancia en la vida nacional. Las poquísimas personas llevadas a los actos se mostraban aburridas de tanto disparate disfrazado con visos de inmortalidad. El gigante terminó tirado por el peso de la penosa realidad venezolana, los pies de barro no aguantaron el armatoste de billete de la corrupción sosteniendo una ilusión mesiánica.

Iván Simonovis corre el riesgo de perecer en medio de la tormenta. El régimen lo quiere liquidar por ser alguien que conoce la verdad con respecto al malandraje que actúa bajo las órdenes del Gobierno. Les conviene el largo silencio del sepulcro.

Es fundamental que el comisario viva. Que la justicia secuestrada, tome una decisión ajustada a derecho, y este buen venezolano pueda regresar al seno de su familia. Así podrá tratarse sus enfermedades con posibilidades de poder sobrevivir. Si por el contrario sigue preso corre el riesgo de morir y ser olvidado como Hugo Chávez. Al principio mucha lamentación hipócrita, declaración y actos cargados de proclamas patrioteras, después la soledad que crece cuando el sol de la vida terrena claudica. Ya está bueno de predicar los tratados de la venganza. Necesitamos que vuelvan a la libertad los venezolanos que están recluidos o fuera del país por pensar distinto…


Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
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EL UNIVERSAL
miércoles 28 de agosto del 2013