El doble silencio
Silencio. Esa es una palabra que vincula a Isabel Iturria, ministra de Salud, con Eugenia Sader, su antecesora en el cargo. Ninguna ha respondido cuando han recibido en sus despachos y salas de prensa las solicitudes de entrevista que El Nacional les ha hecho llegar para tratar un tema: las fallas de las máquinas que han creado una crisis en los servicios públicos de radioterapia. Miles de pacientes peregrinan en el país con la angustia de encontrar las citas para las sesiones que les ayuden a tratar el mal. Un factor clave ha potenciado la situación: el vencimiento en 2012 del contrato con proveedores argentinos, que permitía brindar mantenimiento preventivo a los equipos desplegados en 19 centros estatales. Hace un año se le pidió a Sader una entrevista al respecto, hace un mes se le solicitó a Iturria lo mismo. Ni las investigaciones del diario ni los informes de instituciones como el Cendes de la UCV, la Sociedad Venezolana de Radioterapia Oncológica, ni la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional han sido suficientes para motivarlas a responder: tampoco la incertidumbre constante de las personas que lidian contra una patología mortal y un sistema de salud que aumenta su sufrimiento.
Por: Redacción
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El Nacional
domingo 25 de agosto, 2013
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