“La tolerancia en una y la
superficialidad en la otra”
–¿Se sabe todo de usted?
“¿Pero qué maldición es ésta?”, se pregunta Rodolfo Izaguirre. “En mi infancia, adolescencia y vida senil, tres regímenes militares. Es desalentador porque ellos frenan la corriente cultural. Los nacionalismos cierran las puertas y ventanas, ahogan a los países”.
-En Regreso de tres mundos: un hombre en su generación, Mariano Picón Salas escribió: “Hay un lugar, amada, en mi memoria y en mi corazón donde tú no entras; acaso decimos en la hora de amor más perfecto”. ¿Cómo le quedó el ojo?
–¿Cómo le supo el premio que otorgó EL NACIONAL a su artículo “Una pinta”?
-¡Sabe bien! Desde ahora tengo pinta de articulista de El Nacional.
—¿No es más preciso decir “grafiti” que “pinta”?
-Cuando vemos en las paredes frases contra el Gobierno me gusta llamarlas pintas. El grafiti sirve para mentarles la madre a quienes nos maltratan desde allí.
–En una pinta, resúmase.
-Un echador de vainas (risitas burlonas).
–En otra, el país.
-Otra desafortunada isla de la felicidad.
–¿La revolución?
-¿A qué nos estamos refiriendo?
–¿La oposición?
-A partir del 7 de octubre dejará de serlo.
–¿Una pinta de su autoría?
-Inventé dos agresivas y eróticas: “¡Faxear la jeva!” y “¡Twitearla duro!”.
–¿La autocrítica nacional?
-Tradicionalmente hemos dejado en manos de caudillos y autócratas el destino político del país.
–¿Y como crítico?
-No ser presuntuoso.
–¿Le ha molestado un artículo suyo?
-Me molestaría muchísimo si confundiera al pitcher Chávez con el caudillo.
–¿Cuántos ha tirado a la papelera?
-Antes tenía una papelera grande; ahora no los cuento porque los tiro en la papelera que está abajo, en el ángulo derecho del ordenador (risas).
–¿Qué busca escribiendo?
-Encontrar el lenguaje que comunique lo que quiero decir.
–Hay gente que lo califica de humorista y filósofo…
-¡Lo de humorista me encanta! Lo de filósofo, con los mismos conocimientos de quien lo dice (risas).
–¿Su artículo personal?
-¿Habla de vestir? ¡Nunca será una corbata! (carcajadas).
–¿La pinta inolvidable?
-Si se trata del artículo premiado no olvidaré la pinta de aquellos alumnos de primaria.
–Entre Milagros Socorro, Eduardo Semtei, Alberto Barrera e Ildemaro Torres, ¿a quién hubiera galardonado?
-Es una pena que sólo pueda otorgarse uno cada año.
–¿El grafiti aleccionador?
-¡Se hace camino al andar!
–¿La pinta censurable?
-La esvástica nazi en una pared.
–¿Por qué dejó de ser comunista a los 50 años?
-Descubrí que yo era tan mal panadero como el Partido Comunista de Venezuela: ¡no se me dan las masas! (risas). Rómulo Betancourt, muy joven, supo que el comunismo no era practicable en el país. Yo tuve que esperar 50 años. Es lo que me diferencia de él.
–Y ahora, que es un partido crítico del proceso, ¿se inscribiría en el PCV?
-Si no lo hice antes, mucho menos ahora convertido como está en miserable cola de ratón de un autócrata militar.
–¿Tiene el poder derecho de criticar?
-En absoluto. Ha sido elegido para que acepte los reclamos cuando los merece.
–De haber estudiado leyes…
-Muchos de mis amigos poetas estudiaron leyes, pero son poetas más allá de la toga y el birrete (risas). Sería como ellos.
–¿Heredó algo militar de su papá, coronel del ejército gomecista?
-Mi padre fue algo accidental en mi vida; me marcó más la inteligencia y la sensibilidad de mi madre.
–¿Vivió una autocracia en familia?
-Mi padre vivía, por lo general, ausente.
–¿Y hoy?
-Vivo en una Arcadia construida junto a Belén.
–En su caso, ¿hijo de gato caza ratón?
-Rházil, Boris y Valentina son mis hijos. Desde que los tres andan sueltos no hay ratones en mi casa (risas).
–¿Una crítica bien recibida?
-En un tiempo a Rubén Monasterios, por el teatro; y a mí, por el cine, nos llamaban “mascavidrios”. ¡Era verdad!
–¿Entre la crítica y la criticadera?
-La tolerancia en una y la superficialidad en la otra.
–¿El Parlamento en una pinta?
-Una pinta, sí, pero torcida (risas).
–¿La FAN?
-Es la más temible de las pintas cuando actúa en política y fuera de los cuarteles.
–¿Las milicias?
-¿Usan uniforme? Entonces es una pinta igualmente temible.
–¿Lógico?
-Creo en los fantasmas que entran por la puerta a pleno mediodía.
–¿Tecnológico?
-Respeto y admiro la tecnología; pero a distancia.
–¿Una adicción?
-La luz de Caracas al atardecer.
—¿Una contradicción?
-Mi papá me preguntó una vez por qué aparezco en los periódicos y soy un limpio (risas).
–¿Una intolerancia?
-No soporto la prepotencia.
–¿Un grafiti para los poderes públicos?
-¡No abusen!
–¿Para el CNE?
-¡Tampoco tú, Tibisay!
–¿Cómo terminará el dilema entre el voto y la bota?
-En el cine los finales son felices. Espero que si la realidad supera a la ficción, las botas regresarán al cuartel.
–Retomando a Claudio Nazoa, ¿recuerda ya el nombre y el apellido del Presidente de la República?
-El humor de Claudio es tan bueno que me hace reír más que cuando me río de mí mismo (risas).
–¿La pinta para la mañana del 8 de octubre?
-“¡Hemos vuelto para quedarnos!”.
–¿Volvería al aire con la Ci- nemateca del Aire?
-Superado un ciclo, una etapa, no es prudente revivirlos.
–¿Qué pasaría en Venezuela si prohibieran las pintas?
-¿Una revuelta? ¡No! ¡Una revolución!
*RODOLFO IZAGUIRRE, CRÍTICO CINEMATOGRÁFICO Y ENSAYISTA.
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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EL NACIONAL
DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012
