“Las preferencias sexuales
de los venezolanos..”
■ No hay harina pan. No hay leche en polvo. No hay papel sanitario. No hay mantequilla. No hay empleo.
La inseguridad mata cada semana a más de 400 venezolanos. Los servicios públicos no funcionan. Jesse Chacón admite que cada semana hay 2000 apagones en el país. La basura abarrota las calles y avenidas de todas las ciudades de Venezuela. Cada semana hay más de 400 protestas sociales por parte de personas que reclaman la atención del gobierno.
La anterior es apenas una pequeña lista de los principales problemas que afectan a la Venezuela de hoy. Seguro estoy de que me he quedado corto y que mis amigos lectores podrán agrandar fácilmente esta lista. Sólo he querido apuntar varios de los temas que preocupan a la gran mayoría de los venezolanos, incluyendo a quienes todavía creen en el proceso revolucionario.
Mientras el país se debate en el día a día, con todos y cada uno de los problemas que hemos mencionado anteriormente, Nicolás Maduro y sus compinches pretenden meter a Venezuela en un debate sobre las preferencias sexuales de los venezolanos. La Asamblea Nacional, comandada por Diosdado, y el Ejecutivo Nacional, liderado por Nicolás, quieren imponer a los venezolanos un debate sobre la supuesta homosexualidad de Henrique Capriles.
Maduro y Cabello no quieren debatir sobre escasez, desabastecimiento, desempleo, el colapso de los hospitales en Venezuela o la gravísima inseguridad. Maduro y Cabello quieren que los venezolanos debatamos sobre sexualidad. ¡Valgame Dios! Un gobierno donde es vox populi la presencia de una gran cantidad de homosexuales (cosa que a nadie le importa) quiere un debate sobre las tendencias sexuales de los opositores.
Alguien debería decirle a Maduro y Cabello que en el plano de la sexualidad los venezolanos hemos avanzado mucho. Puedo estar equivocado, pero creo que a la gran mayoría de los venezolanos no le importa si el alcalde, el gobernador o el presidente de la república son homosexuales o heterosexuales. A la gente lo que le preocupa es que le resuelvan sus problemas y punto. De manera que si Maduro y Cabello creen que con esa vaina van a ganar puntos para mejorar su posición en las encuestas, están muy equivocados.
De otro lado, Maduro y Cabello quieren que los venezolanos hablemos de corrupción. Pero no de la corrupción que ha habido y que hay en Venezuela desde 1999, año en que se inició en el país este desastre, este arroz con tamarindo que algunos llaman revolución, sino de la supuesta corrupción que hay en una sola gobernación de Venezuela, la del estado Miranda, precisamente una de las 3 gobernaciones que están en manos de las fuerzas democráticas.
Maduro y Cabello quieren que el debate sobre la supuesta lucha contra la corrupción se centre única y exclusivamente sobre un personaje, Oscar López Colina, un partido: Primero Justicia, y una gobernación: la de Miranda. Hay 23 gobernaciones en el país, de las cuales 20 están en manos del oficialismo. En cada una de esas gobernaciones hay gravísimas denuncias de corrupción. Verbigracia, la Gobernación del estado Bolívar, donde el diputado Andrés Velásquez ha documentado muy bien los graves manejos administrativos del gobernador rojo rojito Francisco Rangel Gómez. Pero como ese gobernador es pana de Maduro y de Cabello, nada hacen.
Maduro y Cabello nada dicen, por ejemplo, sobre las gravísimas denuncias de corrupción que se hicieron durante la gestión de Diosdado en la Gobernación del estado Miranda, donde las malas lenguas dicen que se dilapidaron cientos de miles de millones de bolívares. Esas denuncias reposan desde hace muchos años, con todas sus pruebas, en la Fiscalía. Pero como la Fiscal sólo hace lo que Maduro y Cabello le ordenan, allí no pasará nada.
Maduro y Cabello tampoco hablan de las gravísimas denuncias de corrupción que hay en torno a los extraños manejos administrativos de Rafael Ramírez en PDVSA. El Fondo de Pensiones de Pdvsa, por ejemplo, fue utilizado por un tipo llamado Francisco Illaramendi, quien autorizado por Rafael Ramírez, hizo algunos negocios oscuros que afectaron el patrimonio de la empresa.
Maduro y Cabello tampoco hablan de las presuntas denuncias de corrupción en Corpoelec, de donde fue sacado como corcho de limonada el hermano del ex presidente Hugo Chávez, y donde existen gravísimas denuncias, como por ejemplo, la compra de plantas eléctricas con sobre precio de más de 20 mil millones de dólares.
Maduro y Cabello no hablan de las graves denuncias contra Mercal y Pdval, donde se perdieron cientos de miles de toneladas de alimentos en mal estado, que le causaron un grave daño patrimonial a esas corporaciones, enriqueciendo a unos pocos boliburgueses que hoy deben estar buchones gracias a los dineros del pueblo.
La supuesta lucha contra la corrupción que propone Maduro junto a Cabello y Pedro Carreño es una nueva burla hacia los venezolanos. Y el debate sobre sexualidad, o mejor dicho, sobre la supuesta homosexualidad de Capriles, no es más que otra cortina de humo para distraer a los venezolanos y tratar de hacer que olvidemos los verdaderos problemas que nos aquejan.
Por: GUSTAVO AZÓCAR A.
elnegroazocar@gmail.com
Politica | Opinión
sábado 16 de agosto, 2013
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