Nunca plasmaría esas
sombras ¿Para qué?
–¿En cuánto tiempo hizo su obra para la UCV?
-En varios meses, en París.
–Luego de ser destruida en segundos, ¿qué sintió?
-Los que la destruyeron se la merecen. Merecen esa nada que dejaron.
–¿Es Venezuela un país de exposición?
-De exposición a la tragedia.
–¿Un título para el cuadro nacional?
-País jodido.
–¿Un estilo acorde?
-Surrealismo, sin el mágico.
–¿Su musa? –No tengo.
–¿Un recuerdo imborrable?
-Haber nacido… Todavía me acuerdo.
–A sus 87 años, ¿se casaría con una chica 60 años menor?
-Sí, aunque sería un suicidio para mí.
–Si 20 años no es nada, ¿qué le falta hacer en la próxima quinta parte de su vida?
-Todo.
–¿En este país más sabe el diablo por viejo o por diablo?
-Creo que por viejo, aunque todavía no estoy seguro.
–¿El secreto de una larga vida?
-Trabajar toda la vida.
–Dicen que la vejez es un naufragio…
-No creo, yo estoy vivo.
–¿De qué se arrepiente?
-De todo. Y no me arrepiento de nada.
—¿El pintor admirable?
-Reverón.
–¿Una “locura” compartida?
-Una vez me metió las manos en los oídos para sacarme los bichos imaginarios que a él lo atormentaban.
–¿Se atormenta?
-Todos los días cuando me levanto y veo la vida.
–¿Otro amigo famoso?
-Picasso.
–¿Influyó en su obra? –Algo. Aprendí de él a no mostrársela. Cuando quiso verla le dije que no la llevaba conmigo. ¿Sabes por qué?: temí que me copiara (risas).
–¿Modesto? –Para nada.
–¿Acepta una crítica?
-No me importan. Tampoco yo critico a otros.
–¿Un recuerdo infantil?
-Mi madre, una heroína.
–¿Un líder?
-Yo.
–¿Una pintura revolucionaria?
-No existe.
–¿Y la suya? –No le he conseguido una denominación.
–¿Una lectura?
–Doña Bárbara. Ya no hay una.
–¿Qué extraña de las féminas de antaño?
-No hay diferencia con las de hoy.
–¿A qué le saben tantos premios?
-A consuelo.
–De solicitarle el proceso un mural…
-Me parecería una pendejada y un tiempo perdido.
–Como médico, ¿trabajaría en Barrio Adentro?
-Lo hice con otro nombre.
Hace 60 años. Nunca cobré porque vivía de la pintura.
–¿Se quedó Venezuela en el camino?
-Sí, y lo torció hacia un precipicio.
–¿Se vende bien una falsificación de su obra?
-A veces más cara que el original.
–¿Su más reciente satisfacción?
-(Carcajadas) Lo que estoy pensando no tiene sustituto. El sexo es lo más importante del ser humano.
–Sin embargo, se ve relajado…
-Porque pinto todos los días.
–¿Igual que antes?
-Mejor que antes.
–¿Qué hace cuando no pinta?
-Hago dibujitos.
–¿Reflejan sus rostros al venezolano?
-Reflejan la misma angustia.
–¿Un mal humor?
-Tener hambre y no tener comida. Me encanta comer.
–¿Burgués?
-Totalmente. Sin burguesía no habría arte ni ciencia ni religión.
–¿Y el proletariado?
-Está para trabajar.
–¿Y este gobierno de proletarios?
-No es ni chicha ni limonada.
–Alfredo Boulton afirmaba que todos los artistas eran “anormales”, ¿otra extrañeza suya?
-Todo es extraño en mí.
–Si Vincent Van Gogh comía pintura amarilla…
-Yo me comería el rojo, pero sin revolución.
–De su obra El animal de costumbre, ¿un símil venezolano?
-Yo.
–¿Lo primero que dice al mirarse en el espejo?
-¡Échame una sonrisa!
–¿El aroma de su pintura?
-Huevo frito (carcajadas).
–¿La época de oro de la pintura venezolana?
-La actual.
–¿Y del país?
-La de Medina Angarita.
–¿Entre Pérez Jiménez y esto?
-Pérez Jiménez. Se fue demasiado rápido. Debió durar unos diez años más para consolidar un gran país.
–¿Imaginó alguna vez todo esto?
-Nunca. Pero todo puede cambiar de un día para otro.
–¿Una nostalgia?
-No tengo nostalgia mientras pinte.
–¿Qué sería sin el lienzo?
-90% menos.
–¿Celebrará los 100?
-Sí, aunque no estoy preparado. Uno nunca está preparado para lo que venga en la vida.
–Luego de esta vida…
-Comenzar otra.
–Entre ser mujer y animal…
-Ser mujer es lo más importante; más que ser hombre.
Te aclaro: no soy maricón (carcajadas).
–¿Su mejor momento?
-El actual.
–¿Una constante?
-Estar contento con todo.
–¿Una pérdida?
-Lo que no he hecho.
–¿Una esperanza?
-Todo lo que puede ser.
–¿Llora? –A veces me gusta.
–¿Hay alegría en el llanto?
-Sí, forma parte de la existencia.
–¿Cree en Dios?
-No.
–De encontrárselo, ¿qué le diría?
-Me jodiste.
–¿Cómo le gustaría ir al cielo?
-En interiores.
–¿El presidente más amigo de los pintores? –Medina Angarita. Le dio becas a un gentío.
–¿Imagina un artista plástico en Miraflores?
-El país se terminaría de ir al carajo (risas).
–¿Unas pinceladas para el acontecer?
-Con mi color preferido: el amarillo. El rojo no le conviene. Más bien el anaranjado.
–¿Un boceto para el porvenir?
-Seguir trabajando.
–¿Qué pasaría en Venezuela si las artes plásticas incomodaran a la revolución como lo han hecho las caricaturas? –Perro que ladra no muerde.
*OSWALDO VIGAS, Pintor y muralista venezolano. Nació el 4 de agosto de 1926, en Valencia, estado Carabobo Venezuela. Estudió Medicina en la ULA de Mérida y culminó su Carrera en Caracas en la Universidad Central de Venezuela.
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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EL NACIONAL
DOMINGO 28 DE JULIO DE 2013
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