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Thursday, November 21, 2024
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Edit.TalCual: Misiones como arroz



Tal Cual portada Misiones como arroz

Mucha propaganda, muchas
mentiras y corrupción..

 

Las llamadas misiones por este Gobierno son una de las más aberrantes formas institucionales que se conozcan. Su primer rasgo notable es que crean una institucionalidad, o mejor un zafarrancho, paralela a la existente en el sector en que actúan.

Por ejemplo, Barrio adentro es un aparato con su propio motor y esfera de influencia, que poco o nada tiene que ver con las instalaciones y el personal sanitario tradicional.

Igual sucede con las nuevas universidades, si se pueden llamar tales, propiedad del mandatario, distintas a las autónomas que poco querían al Caudillo y éste las maltrataba sin piedad. Y así sucesivamente.

En esos nuevos espacios institucionales reina el clientelismo y los férreos controles del Gobierno y el partido. Y más concretamente su racionalidad y fines son electorales.

Chávez fue muy franco en ello, cuando explicó cómo para el revocatorio, él y Fidel, prepararon las misiones necesarias para revertir los numeritos electorales que no le eran favorables.

Por último, al sector natural que debe prestar esos servicios se lo manda al diablo, se ignora su creciente y abismal deterioro.

Y en general, una vez cumplidas las funciones electorales de los nuevos entes se los olvida y caen, también, en la mediocridad o se anulan.

La escogencia de las áreas en que se va a actuar en cada proceso electoral tiene que ver con aquellas más desasistidas y que las encuestas muestran como amenazantes.

Durante casi tres lustros la política habitacional del régimen fue desastrosa, no aceptaba comparación alguna con la puntofijista, a pesar de la lluvia incesante de petrodólares.

Pues bien ahí está el filón, misión vivienda con eso. En tiempo récord se va a superar lo que no se hizo a tiempo y con el ritmo debido.

Mucha propaganda, muchas mentiras, corrupción, ninguna planificación y los votos vendrán. No importa que hoy el déficit de viviendas casi se haya duplicado con respecto al del 98, el asunto es hacer mucho ruido, muchas promesas y hacer que el candidato, él y nadie más, sea el demiurgo que le de casa a los venezolanos.

Ahora le tocan dos tareas que el régimen silenció, en parte, y en las que fracasó estruendosamente y que atormentan a los venezolanos: la inseguridad de la que somos estrella planetaria y en la que más de 20 planes y no sé cuantos ministros han sido absolutamente inútiles, y la corrupción que se vuelve muy peligrosa cuando las vacas enflaquecen ­¿quién se comió mi queso?­ y que a pesar de sus dimensiones colosales, Giordani sabe algo de su tamaño, no han ido a la cárcel sino cuatro pendejos.

En eso estamos. Misión Patria Segura para la criminalidad desatada. El ejército en la calle (¡qué peligro¡), numeritos milagrosos, fechas perentorias para acabar definitivamente con el infernal río de sangre, búsqueda de culpables: las series gringas, la pobreza heredada y, no faltaba más, el capitalismo y el Imperio.

Y con la corrupción algo similar, muchos chinitos pero ni mencionar a los grandes cacaos revolucionarios, altísimos funcionarios y obesos boliburgueses. Y hasta se persiguen a opositores por las cuatro lochas que les dieron algunos contribuyentes.

En el diciembre electoral más de uno se habrá convencido que Maduro ha sacado todos los mercaderes del templo y este país será tan pacífico como Suiza o Suecia, como quedará “demostrado” con los millones de felices turistas que traerá Izarra para pasearlos por nuestras relucientes carreteras y avenidas.


Por: Fernando Rodríguez
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