En Cuba prohibieron transacciones
entre la moneda nacional y el CUC
■ Entre 454% Y 662% es la brecha entre la tasa oficial y el precio del mercado del peso.
■ En Miami, pese a la cantidad de venezolanos que viven en la ciudad, no existe la venta formalizada de bolívares.
En la emblemática avenida Jiménez de Quesada, entre la 4ª y 6ª carrera del centro de Bogotá, justo detrás del Museo del Oro, hay una decena de casas de cambio a las que diariamente acuden venezolanos con monederos, billeteras o paquetes llenos de billetes de bolívares.
El peregrinaje se ha incrementado a medida que ha ido transcurriendo 2013 y la razón es que estas oficinas cambiarias a diferencia de lo que ocurre en Venezuela sí permiten el cambio directo de bolívares a dólares. Se convirtieron en la alternativa para conseguir la divisa estadounidense.
“Nos dimos cuenta de que los venezolanos venían con sus bolívares y primero los cambiaban a pesos. Luego volvían a entrar al local y se iban a otra taquilla o a otra casa de cambio y cambiaban los pesos por dólares. Por eso decidimos hacerlo directamente, aunque para efectos contables quedan registradas dos transacciones: la primera, de bolívares a pesos y la segunda, de pesos a dólares”, explica uno de los operadores de las casas de cambio.
“Todos los días hay personas en Bogotá que venden y compran bolívares, dólares y pesos.
Por eso nunca hemos dejado de negociarlo libremente”, dice un hombre en otro de estos establecimientos.
Una situación similar ocurre en la mayoría de las ciudades colombianas, sobre todo en las que están en la frontera oriental como Cúcuta, Pamplona, Río Hacha o Santa Marta, lo que hace que Colombia figure como el único país en el mundo, cuyas casas de cambio aceptan bolívares sin ningún problema ni ilegalidad.
El detalle está en que las transacciones se rigen por una paridad que está lejos de aproximarse a la tasa que indica el Banco Central de Venezuela.
El tipo de cambio oficial con respecto a la divisa de Estados Unidos está en 6,30 bolívares por dólar en Venezuela y cerca de 1.921 pesos en Colombia, lo que arroja un cálculo aproximado de 305 pesos colombianos por un bolívar.
Sin embargo, las casas de cambio bogotanas sólo ofrecen entre 40 y 55 pesos por cada bolívar, es decir, una cotización que refleja una diferencia de la moneda venezolana de entre 454% y 662% con respecto a lo que debería ser la relación bolívar-peso, según el BCV.
Algunos vendedores ambulantes de divisas que recorren la avenida Jiménez suelen ofrecer una cotización de 55 pesos y si la persona insiste en el regateo puede llegar a 60 pesos por bolívar, pero no más.
También los portales de Internet, así como periódicos y publicaciones con información económica del país vecino, reportan lo que indica el mercado cambiario. “Ofrecemos una mejor cotización si nos venden cantidades iguales o por encima de 3.000 bolívares”, expresa uno de los vendedores que deambula por la referida zona.
En los puntos de cambio que operan en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, la situación no es distinta a la que se presenta en la ciudad, salvo por las características del cliente.
“Yo vivo en Colombia desde hace tres años y cuando tengo que ir a Venezuela vengo al aeropuerto con pesos o con dólares, voy a alguna de las casas de cambio del terminal y compro bolívares como si los ofreciera en Caracas en el mercado paralelo”, cuenta un ejecutivo venezolano dispuesto a hacer un viaje de fin de semana para visitar a su familia en Caracas.
En este caso, opera la tasa de 80 pesos por bolívar. El ejecutivo tenía 200.000 pesos, equivalentes a 104 dólares, y si hubiera optado por efectuar la transacción en el aeropuerto de Maiquetía a lo sumo habría recibido 654 bolívares, pero en El Dorado le entregaron 2.500 bolívares, es decir, casi 4 veces más.
En los registros de la casa de cambio se hicieron dos transacciones que están sujetas a recargos que varían de 6% a 9%.
En otros países la aceptación del bolívar no es tan generalizada como en Colombia. Por ejemplo, en España hay unos pocos centros cambiarios en el centro de Madrid que lo aceptan, pero con una diferencia superior a cinco o seis veces con respecto a la paridad oficial del euro; y en el popular barrio del Born, en Barcelona, hay una casa de cambio que se especializa en vender y comprar divisas de países donde hay restricciones como en el caso de Venezuela o el dinar de Argelia.
En Miami, pese a la cantidad de venezolanos que viven en la ciudad, no existe la venta formalizada de bolívares, pero es común las transacciones entre cuentas bancarias de ambos países. Asumen la tasa que rige el mercado implícito, que principalmente se reporta por redes sociales y algunos blogs de Internet.
El bolívar dejó de ser aceptado en otras naciones en enero de 2003, cuando el gobierno del presidente Hugo Chávez impuso un control cambiario, debido a la caída en los ingresos por exportaciones ocasionado por el paro en las actividades de Petróleos de Venezuela en diciembre de 2002.
Una situación similar se presentó en el control que rigió entre febrero de 1983 y febrero de 1989, o el establecido entre junio de 1994 y abril de 1996. Una vez que se eliminó la restricción en la venta de divisas, en otras naciones se comenzó a aceptar el bolívar.
El Alba
Rechazo en países aliados:
En Cuba llegó a aceptarse el bolívar y todavía algunas casas de cambio en La Habana mantienen el rótulo, pero los retrasos en el reintegro de divisas por parte del Banco Central de Venezuela obligaron a prohibir las transacciones entre la moneda nacional y el CUC (peso cubano convertible). Sin embargo, debido a la presencia de venezolanos en la isla hay algunos centros de artesanía que lo aceptan, pero no a la tasa oficial de 7,5 bolívares por cada CUC sino a una paridad que alcanza 25 y hasta 30 bolívares por cada CUC.
En Nicaragua, Ecuador y Bolivia no se acepta el bolívar ni se cuentan establecimientos comerciales que hagan transacciones con la moneda venezolana.
El sucre todavía se refiere a un sistema monetario que carece de una divisa física, de allí que los cálculos finalmente tomen como referencia la cotización del dólar de Estados Unidos.