“Ya sabemos de la
triste noticia..”
Estuvieron desaparecidos desde el domingo próximo pasado. El secretario general de Acción Democrática en el estado Aragua, Orlando Espinoza, y la diputada Lisbeth Parra, después de participar en un programa de televisión, emprendieron el camino de regreso de Caracas a Maracay.
No se supo más de ellos, hasta – es la información recibida – que los cadáveres aparecieron debajo de un puente en la ciudad de La Victoria. Obviamente, se impone una investigación profunda sobre el triste acontecimiento que, repetido tantas veces, resulta imposible de aceptar como una macabra costumbre en las calles, avenidas, carreteras y a autopistas del país.
Dirigentes de amplísima trayectoria, militantes convencidos, dejan un testimonio de lucha por estos años difíciles y duros a las nuevas generaciones. Por más que el régimen satanice a los partidos históricos, precisamente ellos han demostrado una fortaleza que no debe nada a generosidad alguna del poder que, en catorce años, no han ejercido: líderes comprobados, con los que hemos coincidido y discrepado desde la perspectiva del pluralismo ideológico, sintetizado en la MUD, señalan de nuevo un camino.
Harto comprobado, nos hemos convertido en una sociedad de la supervivencia, resultado de un régimen que no tiene por prioridad la vida misma de los venezolanos. La muerte en las calles no distingue entre edades, sectores sociales y políticos, aunque se ensaña con los más vulnerables: entre el hampa y la vialidad está zanjada la vida.
Puede decirse, la muerte nos iguala radicalmente ante el ataúd. Sin embargo, hay quienes ni siquiera pueden adquirirlo para sus seres queridos expresando terriblemente la injusticia social que nos agobia.
Orlando y Lisbeth parten de este mundo, dejando un último testimonio de sus luchas a través de las cámaras de televisión. Inmerecida muerte, como toda, que transita a toda Venezuela.
A ellos, personalmente, siempre les agradecí el apoyo que brindaron a nuestra nominación a la Asamblea Nacional. Las banderas acciondemocratistas nos acompañaron siempre durante la campaña del 26-S, en el marco de la vibrante unidad democrática de la oposición.
Orlando y Lisbeth, el 7-O le salvaremos la vida a los venezolanos. Será la victoria de ustedes y la de todos los hombres y mujeres que anhelamos otro orden social, en libertad y democracia: la victoria de la vida.
Por: Luis Barragán
Politica | Opinión
Martes, 27 Junio, 2012/13
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