La pesadilla de asearse,
de la escasez..Etc.
Los últimos acontecimientos acaecidos en Venezuela reflejan una nación vulnerada en su dignidad. Acudimos al hundimiento progresivo de nuestra nación. No existe área de la vida institucional que no esté contaminada con la inmoralidad oficial. Lo que observamos es tan dramático que la capacidad de asombro fue rebasada por episodios tan sórdidos que ya el venezolano luce como un nuevo seguidor de la cofradía. Alguien entregado a proseguir un destino cruento ante el secuestro de las instituciones, entes que viven amparando la corrupción más terrible que ser humano alguno se pueda imaginar.
Se siente un ambiente que se corta con cuchillo. Una bruma que lo envuelve todo como en una profunda alucinación de guerrero medieval. Abandonado en algún lóbrego bosque, herido y sin su espada para espantar los demonios. En aquella soledad ve cómo la vida se escapa en cada hilillo de sangre. Implora al cielo al sentir la proximidad del obcecado enemigo. Solo los deseos de vivir pueden revertir un destino de peregrino en la muerte. Igual ocurre con esta república herida hasta en lo profundo de su alma. Una elite infectada por una errónea ideología que confunde justicia social con una brutal sumisión. Ha transitado un sendero de más de catorce años en donde han vendido sus principios con la fuerza del secuestro de las instituciones, con ellas lograron ir acorralando a toda expresión democrática hasta que de sus entrañas naciera un monstruo de corruptelas y abusos. Es por ello que todo lo que se escucha en el audio de Mario Silva, en la rendición de cuentas ante un agente del gobierno cubano, es apenas una muestra de lo asqueroso que subyace en la fétida ciénaga en donde se alimenta este régimen autoritario.
Es una verdadera pesadilla que hace que la tranquilidad de la patria no pueda conciliar un sueño placentero. Es todo un cúmulo de eventos que hacen que nuestra realidad sea tan dura. Por un lado tenemos un presidente ilegitimo que en cada acción demuestra su incompetencia. Solo tienen que dejarlo hablar para que miles de sus partidarios salgan despavoridos al sentir que se equivocaron de plano al votar por semejante individuo. Lo mismo ocurre con las instituciones del Estado. Un secuestro brutal de estas, para ponerlas al servicio de un proyecto hegemónico con el corazón marchando al ritmo de los morbosos intereses cubanos. Es hasta gracioso verlas aplaudir cuando en los actos oficiales son transformados en eventos proselitistas. Hace algunos días ocurrió un hecho que nos pareció bastante risible. La defensora del Pueblo, licenciada Gabriela del Mar Ramírez, no se había percatado que estaba en cadena nacional, celebraba a rabiar cuando hacían referencia al PSUV. Un asistente le sopló al oído que la estaba viendo en todo el país. Inmediatamente buscó ocultar las manos hasta que la cámara tomó un ángulo del techo. Quizás pudo escurrir el bulto en televisión, lo que no logrará es cambiar la sensación que tiene el ciudadano con referencia a sus ejecutoria como funcionario. Absolutamente al servicio de una parcialidad política. Igual ocurre con sus otros compañeros de comparsa.
Estamos en presencia de un espejismo recurrente. Que hace que el sueño de la patria sea de una perturbación permanente. Es fundamental que la mayoría democrática se plante para salvaguardar el futuro de Venezuela.
Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
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EL UNIVERSAL
miércoles 29 de mayo de 2013