Entorno de Diosdado ocupa
puestos clave de Gobierno
■ El segundo hombre más poderoso divide opiniones dentro del chavismo.
■ Ha jugado sus piezas para sortear las denuncias de corrupción en su paso por organismos con grandes presupuestos para contrataciones.
■ Ministerios, institutos autónomos, bancos, empresas estatales y puestos de comando en la FAN han sido destinados a compañeros de promoción del presidente de la Asamblea en los últimos 14 años.
■ El presidente del Parlamento se ha consolidado como el segundo hombre más poderoso del país: tiene conexiones con el estamento militar, el mundo empresarial, la burocracia estatal y los movimientos sociales.
■ Cabello es la figura más importante de la promoción Tomás Montilla graduada en la Academia Militar en 1987. Muchos de sus compañeros de armas, sin embargo, también han ocupado posiciones de responsabilidad en el aparato burocrático.
■ A partir de 1999, por lo menos 30 de los 216 subtenientes egresados en 1987 junto con Diosdado Cabello han rotado en cargos con gran poder político y económico. 85% de los ascendidos a generales de brigada el año pasado formó parte de esta promoción.
Diosdado Cabello tenía una sonrisa inquieta el lunes por la noche cuando apareció en los pasillos del Palacio de Miraflores. Iba unos pasos detrás del presidente Nicolás Maduro, quien se volteó para darle unas palmadas en la espalda ante las cámaras de Venezolana de Televisión. Al mediodía, la oposición había expuesto una grabación en la que presuntamente el presentador del programa La Hojilla , Mario Silva, describió redes de financiamiento ilícito de Cabello y sus movimientos en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para debilitar a Maduro. “A él lo que le interesan son los reales y el poder”, resumió la voz atribuida a Silva en un informe que rendía a un oficial de inteligencia cubano. “No habrá forma de dividir al chavismo”, fue la respuesta de Cabello cuando le preguntaron sobre la noticia del día.
Cabello, personaje central de la trama de corrupción y traiciones que existe tras los bastidores del chavismo según el audio, se convirtió en el segundo hombre más poderoso del país con la venia del fallecido presidente Hugo Chávez, que lo incluyó en su entorno desde que era un joven militar conspirador involucrado en el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 hasta que instaló su revolución desde el Ejecutivo. “He navegado bajo tormentas más de 14 años y tuve al mejor maestro para vencer”, escribió el martes en Twitter. Desde muy temprano ha sabido moverse con pericia tanto en las aguas civiles como en las militares.
Pero una cualidad lo ha distinguido: un sentido privilegiado de la orientación en el terreno burocrático que lo ha llevado a las primeras posiciones de las instituciones de Gobierno con grandes partidas presupuestarias y con músculo para la contratación y ejecución de obras millonarias.
El despegue de Cabello en la administración pública puede ser visto con mayor nitidez si se recuerdan sus orígenes. Hace 18 años apenas manejaba una compañía de servicios de informática que trabajaba para el Ministerio de Educación durante el segundo gobierno de Rafael Caldera. “Creamos la empresa y nos contrataron como outsourcing”, confirma su antiguo socio, Luis Valderrama, un capitán retirado del Ejército que también participó en el alzamiento contra Carlos Andrés Pérez. Para entonces ambos habían cerrado una experiencia como funcionarios del Programa de Alimentación Materno Infantil que estuvo al mando de otro de los líderes de la asonada de 1992: Francisco Arias Cárdenas. El teniente coronel había decidido lanzarse a la Gobernación del Zulia y el destino de los alzados que trabajaban con él no lucía tan promisorio como después lo fue para Cabello, quien logró convertirse en director de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, ministro de la Secretaría, vicepresidente ejecutivo de la República, presidente encargado, ministro del Interior y Justicia, dos veces ministro de Infraestructura y gobernador de Miranda antes de llegar a la presidencia del Poder Legislativo.
Las posiciones estratégicas:
Ninguno de sus cargos fueron tan ventajosos en el manejo de fondos estatales como los que ocupó en el período comprendido entre 2003 y 2010. Su paso por el despacho de obras públicas y por el gobierno mirandino dejaron una estela de denuncias sobre manejos irregulares como la ejecución incompleta de proyectos, el cobro de sobreprecios o la constitución de redes de empresas beneficiadas por contratos estatales. Cabello ha insistido en la falta de pruebas por parte de sus detractores y hasta la fecha no ha prosperado ningún expediente en su contra en la Contraloría General de la República, la Asamblea Nacional o el Ministerio Público.
“Espero adaptarme a este cargo… Quisiera estar más de seis meses aquí”, dijo Cabello minutos después de su juramentación como ministro de Infraestructura en enero de 2003.
Desde 1999 había ocupado cuatro posiciones en el alto gobierno gracias a los constantes enroques que hizo Chávez en su gabinete. El ministerio era una de las carteras clave del Ejecutivo: tenía presencia en todo el país a través de 20 organismos adscritos que abarcaban desde la vialidad rural hasta la operación de los aeropuertos.
Además, le confirieron músculo financiero: su asignación en el presupuesto nacional creció cerca de 60% y sobrepasó el billón de bolívares de los de antes.
El 26 de febrero de 2004, en la entrega de la Memoria y Cuenta, Cabello destacó que su despacho adelantaba cinco de los proyectos más importantes de América Latina, entre los que se contaban el segundo puente sobre el río Orinoco; el sistema Metro en Caracas, Valencia, Los Teques y Maracaibo, y el ferrocarril de los Valles del Tuy.
Cuando Chávez lo designó como candidato a la Gobernación de Miranda para las elecciones regionales de 2004, Cabello se aseguró de dejar a hombres de su confianza en el área de infraestructura. Su influencia se hizo patente en 2005, cuando se creó el Ministerio de Hábitat y Vivienda y Luis Figueroa, amigo de Cabello de la juventud y líder estudiantil de la UCV, fue designado en la cartera.
Hijo de un dirigente de Acción Democrática, Cabello había optado desde la adolescencia por otro camino: sumarse al grupo de izquierda Bandera Roja -en el que también militó Figueroa- en su liceo de El Furrial, pueblo de Monagas donde nació en 1963.
Su experiencia en esa organización lo convirtió en un enlace con los civiles que se involucraron en el golpe del 4-F. “Tenía a cargo las comunicaciones. Desde niño había mostrado gran capacidad organizativa”, dice una fuente que trabajó junto con él en la conspiración.
Cabello regresó al Ministerio de Infraestructura cuando fracasó en su intento de reelegirse en Miranda ante Henrique Capriles, cuyo equipo presentó 17 denuncias ante la Fiscalía relacionadas con la gestión de su predecesor. El actual vicepresidente del PSUV recibió en esa época como ministro los puertos, aeropuertos y vías nacionales, cuya administración fue revertida de las gobernaciones al Ejecutivo nacional en 2009. La construcción de una carretera en Lara motivó una reprimenda pública de Chávez en noviembre de ese año, porque el presupuesto ministerial era de casi el doble con respecto al que manejaba el gobernador Henri Falcón: “O te están cayendo a coba a ti, Diosdado, o le están cayendo a coba al gobernador”.
Maduro, heredero del fallecido mandatario, tampoco ha sido ajeno al ajedrez burocrático: en los meses que estuvo como presidente encargado reemplazó a 30 funcionarios con responsabilidades en puertos, aeropuertos, ferrocarriles y empresas públicas de construcción, algunos relacionados con el presidente del Parlamento.
La derecha endógena:
Cabello ha debido sortear las aguas turbulentas surgidas en el propio chavismo. En enero de 2008 el diputado Luis Tascón lo señaló como “jefe de la derecha endógena”, término con el cual describía los grupos de poder que usaban la revolución para lucrarse. Lo denunció en la Asamblea Nacional por irregularidades en la adquisición de vehículos en Minfra. El impasse terminó con la expulsión de Tascón del PSUV después de que Cabello lo tildó de infiltrado.
Con la muerte del parlamentario, cesaron los señalamientos.
“Eso fue una posición personal de Tascón. Apoyamos a Diosdado porque ha dado pasos importantes para la alianza con los partidos de la revolución”, dice Erick Ramírez, de la directiva actual de Nuevo Camino Revolucionario, organización fundada por Tascón.
Cabello encontró otras voces en contra: los Tupamaros. Lo acusaban de no representar el proyecto socialista y lo responsabilizaban de utilizar su amistad con la dirigente oficialista Lina Ron para provocar ataques armados en contra de ellos por parte del colectivo La Piedrita del 23 de Enero. Luego de una conversación de tres horas con José Pinto, secretario general del Movimiento Revolucionario Tupamaros, Cabello logró incluso que el partido apoyara su candidatura al Parlamento por Monagas. “Como vimos que él tenía relación con esa gente, creímos que tenía algo que ver con los atentados. Pero nos aclaró que no tenía ninguna responsabilidad y gracias a su intervención se dieron conversaciones entre los colectivos”, afirma Pinto.
Ascenso y enroque:
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones fue la primera parada de Cabello en la administración pública. “Presidente, yo quiero me que mande para una fundación orientada a la protección de las personas o a Conatel”, le dijo Cabello a Chávez en una reunión en La Viñeta, horas después del triunfo electoral de 1998. La escena la describe Luis Pineda Castellanos, compañero de promoción del jefe del Estado y participante del golpe, en su libro Así paga el diablo .
Cabello -que había sido becado para estudiar Ingeniería de Sistemas en el Instituto Universitario Politécnico de las FAN- se estrenó en el gobierno como director del organismo en un momento en el que el país se preparaba para abrir sus mercados en esta área y cesar el monopolio de la estatal Cantv. Una inversión de más de 2 millardos de dólares y un crecimiento de casi 70% dejó la apertura del sector que condujo Cabello. En dos años, delineó en Plan Nacional de Telecomunicaciones y echó a andar el proyecto de Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. Fueron también los años de las primeras sanciones contra los canales de televisión RCTV y Globovisión.
Su gestión le dio una imagen de buen gerente, con capacidad de articular a distintos sectores del país. La apreciación de él hoy cambia según el cristal con el que se evalúa. “Su actitud es abusiva y prepotente. Es vengativo. Se presentaba con guardias armados a las reuniones del partido”, dice José Domínguez, diputado a la Asamblea Nacional por Monagas, ex directivo del PSUV en ese estado y aliado del ex gobernador José Gregorio Briceño, uno de los mayores adversarios políticos de Cabello. Julio Chávez, diputado del PSUV, considera en cambio que el dirigente se ha granjeado afectos porque es percibido como leal al presidente Chávez. Gerson Pérez, de partido socialista Podemos, rescata su papel como un hombre de trabajo: “Combina lo ideológico con lo efectivo, el ir casa por casa y hacer labor social”. Aún hoy lo recuerdan por el trabajo de organización que desarrolló apenas salió de la cárcel con colectivos en zonas populares para la primera campaña de Chávez, con la Juventud del MBR-200 y después con los Círculos Bolivarianos.
Hoy muchos no saben si calificar de nacionalista, bolivariano, chavista o simplemente pragmático al hombre que desde la presidencia del Parlamento niega el derecho de palabra y hasta el sueldo a los diputados opositores. Mientras, se abraza con el presidente Maduro, sonríe a la cámara y le resta importancia a un audio que sacudió al chavismo.
Los montilleros al poder:
E n 2007 la promoción del Ejército Tomás Montilla de la que formó parte Diosdado Cabello preparaba una fiesta aniversaria por los 20 años de su graduación. Durante los meses en que sus miembros oficiales activos y retirados intercambiaron opiniones sobre la celebración, algunos describieron el “espíritu de cuerpo” que unía al grupo, ya macerado en el apodo de “centauros”, la comunidad de suboficiales que Hugo Chávez y los comandantes del 4F lograron captar para desplegar su conspiración militar.
Alejandro Maya Silva, coronel, fue uno de los que escribió en un blog del grupo: “Constituimos hoy en día la promoción con más profesionales retirados ocupando cargos importantísimos en la administración pública. Pronto podremos ocupar cargos de envergadura en los mandos militares, todo esto nos permitirá afianzar aún más la seguridad y la defensa de nuestra gran nación”.
La proyección de los montilleros como se denominan a sí mismos- está a la vista. A partir de 1999 al menos 30 de sus participantes han desempeñado altos cargos en el despacho de la Presidencia y en ministerios, direcciones de institutos autónomos, bancos y empresas estatales, entre otros. El año pasado, 85% de los ascendidos a generales de brigada fueron “montilleros”, un paso que por antigüedad les tocaba. Este año también forman buena parte de la lista de los candidatos.
De la nutrida promoción de 216 subtenientes algunos dados de baja luego del golpe del 4 de febrero de 1992 Cabello ocupó el puesto número 2. La posición reveló entonces sus condiciones para el liderazgo militar y su rendimiento académico. La intrincada red de poder que el hombre fuerte del PSUV ha construido dentro del Estado venezolano está cimentada, en buena medida, en esa ascedencia sobre sus ex compañeros de armas y en la cuidadosa colocación de hombres afines en áreas estratégicas del Gobierno.
Uno de sus pivotes centrales ha sido Jesse Chacón, quien asumió entre 1999 y 2001 los cargos de secretario general y director de operaciones de Conatel, organismo regulador del sector comunicaciones. Acompañando a Cabello en su paso por la administración pública, Chacón ha sido el “montillero” más polifacético en términos de cargos, una lista que revela las áreas fuertes en las que el presidente de la Asamblea Nacional ha colocado a sus hombres: infraestructura, seguridad, telecomunicaciones, tributos e importaciones y Presidencia de la República.
Desde que asumió la cartera del entonces denominado Ministerio de Infraestructura en 2003, buena parte de los más importantes proyectos del país bajo la administración de ex compañeros de Cabello en la Academia Militar. Salud, vivienda y vialidad son las áreas más visibles en las que transita una cantidad importante de contrataciones públicas de la nación. El área hospitalaria ha sido gestionada por Jesús Mantilla ex ministro de Salud y ex presidente del Seguro Social junto con Carlos Rotondaro, José Pirela Viloria, Julio César Avilán Díaz, Eligio Rondón y Alejandro Ramón Maya Silva.
En el desarrollo de viviendas, con énfasis en Miranda, luego del paso de Cabello por la Gobernación de Miranda, han dirigido Jorge Pérez Prado, Asnoldo Prieto Chacín y Pablo Peña Chaparro. Institutos autónomos como el Fondo de Desarrollo Urbano, el Instituto de Ferrocarriles del Estado y el Inavi han estado bajo la conducción de José Rodríguez Hernandez. Varios de ellos son militares activos.
Otro sector de dominio del presidente de la Asamblea Nacional ha sido el de tributos e importaciones, a través de un núcleo de compañeros de formación militar. Luego de la nacionalización de los puertos en 2008 y la creación de la empresa estatal Bolipuertos, adscrita al Ministerio de Infraestructura que tuvo a su cargo, los militares han copado las aduanas que administran el comercio del país: Puerto La Cruz y Guanta (Anzoátegui) La Guaira (Vargas) y Puerto Cabello (Carabobo). Asimismo, supervisan el almacenaje de las cargas y su destino. El control sobre esta área ha sido asegurado desde otro cargo clave: la presidencia del Seniat en manos de José David Cabello, su hermano menor. La importación de alimentos también ha sido manejada por los integrantes de la promoción de 1987: Rafael José Coronado Patiño ha sido viceministro de Política Alimentaria del Ministerio de Alimentación, viceministro de Gestión Económica y presidente de la Corporación Venezolana Agraria, que agrupa más de 20 empresas estatales relacionadas con alimentos e insumos agrícolas.
La cohorte de 1987 ha tenido una conexión en la banca estatal, a través de Alejandro Andrade y José Jacinto Cabello.
Se desempeñaron como presidente y gerente de investigación, respectivamente, de una institución que ha estado salpicada por señalamientos de corrupción: el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), que administra, entre otros recursos, el Fondo Chino. Andrade fue además director del Tesoro Nacional y viceministro de Gestión Financiera del Ministerio de Participación y Desarrollo Social. La seguridad tampoco ha sido ajena a los integrantes de la promoción: Eliézer Otaiza ha sido director de la Disip; Thomas Andrea Schwab Romaniuk fue vicepresidente de Cavim (además de presidente de la empresa estatal Vehículos Venezolanos S.A.); y Erling Perking Rojas (el primero de la promoción Tomás Montilla) es hoy en día director de seguridad de Aragua, luego de su paso por el vice ministerio de Interior y Justicia, la dirección de custodia de esa institución, y el despacho de la Presidencia.
En su gestión en Conatel, Cabello abrió las puertas a varios uniformados. Wilfredo Morales es uno de ellos. En 2011 ejercía como presidente de la empresa telecomunicaciones Gran Caribe, responsable del proyecto del cable submarino de fibra óptica entre Cuba y Venezuela.
Las vinculaciones del líder del PSUV con el poder militar descansan también en la presencia de los aliados de su promoción en puestos de comando.
El año pasado los montilleros llegaron al primer nivel del generalato (generales de brigada). Algunos de ellos han escalado posiciones en la jerarquía, como José Rafael Torrealba Pérez, director del Centro de Mantenimiento de Blindados de Valencia; José Luis Frontado Gómez, jefe de la Región de la Milicia de los Llanos; Carlos Alberto Martínez Stapulionis, director de la Escuela de Operaciones Especiales Andrés Rojas en Fuerte Cocollar, (Sucre); Rodolfo Silva (director del Centro Nacional de Procesados Militares) y Henry Timaure (director general de la Defensa Pública Militar).
Por: ADRIANA RIVERA
ARIVERA@EL-NACIONAL.COM
FABIOLA ZERPA
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DOMINGO 26 DE MAYO DE 2013