Los secretos de un
Estado autocrático
■ La presencia de funcionarios de inteligencia que trabajan como diplomáticos en las misiones venezolanas en el exterior es vista con preocupación por el presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras.
■ “Esto es producto de tener (a cargo de la Cancillería) a gente que no tiene la menor idea de lo que son las relaciones internacionales y de toda la evolución del derecho internacional y que se quedó en los años sesenta utilizando criterios desfasados en las relaciones internacionales”, opinó.
Miami.- La publicación de un documento oficial del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) reveló el espionaje contra periodistas, abogados y empresarios por parte de agentes de inteligencia del gobierno de Nicolás Maduro en Estados Unidos.
En la orden oficial, revelada por DIARIO LAS AMÉRICAS, se instruye la investigación de reporteros investigativos, banqueros y una activista de derechos humanos con residencia en EEUU.
De acuerdo con el testimonio de Gerardo Reyes, uno de los blancos de esta labor de espionaje, la intención de los servicios de inteligencia chavistas es “neutralizar al mensajero e intentar callarlo”. A su juicio, las autoridades de Venezuela “no quieren verse en el espejo que refleja la realidad de un país inmerso en la corrupción, pretenden ocultar la realidad al mundo y de paso, romper el espejo que los muestra”.
Ante el despliegue de abuso de poder, con maniobras intimidatorias como estas, periodistas investigativos en la nación sudamericana comparten información y la hacen llegar a tribunas fuera de las fronteras venezolanas. Según Reyes, “ya no se trata de un trabajo para alcanzar la primicia, sino de revelar la verdad de lo que ocurre, el compromiso es global”.
En 2007, las autoridades norteamericanas acusaron a tres venezolanos de seguir órdenes del desparecido expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, para realizar labores de espionaje y tratar de silenciar el origen de un maletín con 800.000 dólares incautados al empresario Guido Antonini Wilson, en un aeropuerto de Argentina.
Este dinero provenía supuestamente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y aparentemente estaba destinado a la campaña electoral de la actual presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
Reyes comentó que al parecer el gobierno venezolano no ha aprendido la lección cuando quedaron al descubierto estas intenciones en el caso del maletín.
Uno de los acusados en el caso, Franklin Durán, ya fue liberado y tiene negocios vinculados a la agencia aeronáutica civil de Venezuela.
Otro de los que aparece en la lista del SEBIN para ser investigado es el periodista Casto Ocando, quien explicó el modus operandi de los espías que buscan “potenciales informantes” y siguen a los reporteros que trabajan con información clave.
Ocando declaró que los efectivos de la policía política ingresan al territorio norteamericano con visas de turistas y simulan ser viajeros. Una vez que se asientan cerca de su objetivo, obtienen información de sus hábitos rutinarios y tratan de colectar la mayor cantidad de datos posibles sobre la persona investigada. Estos espías son relevados como promedio por “equipos alternos” luego de tres meses de operaciones.
La misión también contempla intervenir correos electrónicos de los objetivos y seguir su accionar en las redes sociales con el fin de conocer sus contactos y posibles fuentes. Incluso, conversaciones telefónicas y cara a cara pueden ser grabadas. Documentos dirigidos a la oficina de inteligencia venezolana hacen referencia a lo anterior.
Ocando reveló que hay pesquisas abiertas sobre las labores de espionaje de las autoridades chavistas y recordó que “siempre estas maniobras informáticas dejan rastros y son delitos evidentes que no prescriben, ese es el riesgo que están corriendo”.
Se conoció que hay empresarios ligados al gobierno venezolano, los llamados “boliburgueses”, con residencia en EEUU, que pagan por servicios de espionaje para obtener más información sobre miembros de la oposición. Las oficinas desde donde se realizan estas actividades están ubicadas en Miami y Nueva York.
Otra modalidad es la de utilizar a agentes secretos ligados al SEBIN en sedes diplomáticas.
Según Ocando, otro de los propósitos de la labor de inteligencia es determinar qué funcionario o empresa estatal de Venezuela está bajo la lupa del gobierno estadounidense, quiénes son los militares que se reúnen en el extranjero con miembros de la oposición y sirven de fuente informativa, entre otros.
Tanto Reyes como Ocando, ambos miembros del departamento de investigaciones periodísticas del canal hispano Univision, coincidieron en la función estéril de la labor de espionaje del gobierno chavista en EEUU.
Según Ocando, ser un objetivo de los servicios de inteligencia venezolanos es parte de los riesgos que vienen con la labor periodística. “Cuando se está comprometido con descubrir los secretos de un Estado autocrático, la verdad siempre saldrá a flote”, sentenció.
Por: JOSÉ PERNALETE
DIARIO LAS AMÉRICAS
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sábado, 18 de mayo de 2013