Tiempos de cambio
En estos tiempos de gran confrontación política es importante que se muestren los matices. El extremismo podrá gritar más duro pero no es la fuerza determinante en nuestra sociedad, no importa el signo que tenga. Durante todos estos años los matices, los llamados grises, han sido opacados por las posturas irreconciliables tanto en el Gobierno como en la oposición.
En la hora actual esos sectores moderados, que existen aunque estén callados, y tengan pocos decibeles comunicacionales, comienzan a expresarse con menos timidez que en otros tiempos, y tal vez en esta oportunidad logren más eco por la gravedad de la crisis existente en el país.
Venimos de un proceso electoral en el cual el candidato ganador, Nicolás Maduro, venció, según cifras oficiales, por poco más de 200.000 votos, una cantidad pequeña si nos vamos al total del padrón electoral. La oposición, encabezada por su ex candidato Henrique Capriles, ha entrado en la fase de un proceso de impugnación de resultados. Alrededor de diez venezolanos perdieron la vida por la irracionalidad con la cual algunos grupos radicalizados asumen la lucha política.
El problema es que después de que se desatan es difícil controlarlos, y resulta imposible reparar el daño causado.
Mientras tanto los decibeles de los epítetos entre uno y otro bando aumentan, y ya tuvimos una primera muestra de lo que puede pasar si no se abren válvulas de escape. Los golpes, los moretones, los tabiques nasales fracturados y los “latigazos” que padecieron no pocos diputados pueden ser el inicio de una escalada de violencia que vaya más allá de la sede de la Asamblea Nacional. ¿Este es el clima que nos espera a lo largo de los años por venir? ¿Va ir en aumento la violencia política entre sectores que mutuamente se acusan de fascistas? ¿Hay que dejar que esto se lo lleve quien lo trajo, sin hacer nada al respecto? ¿Es inevitable que las contradicciones entre dos bloques, con cifras electorales similares, según el CNE, se resuelva por la vía de la fuerza? ¿Vamos a permitir que tome cuerpo nuevamente el germen de la mutua exclusión? Sobre los hombros de Nicolás Maduro y Henrique Capriles está la responsabilidad de saber conducirse en este escenario tan complejo, y de brindarle a la absoluta mayoría de los venezolanos la garantía de que ambos están comprometidos con la paz como bien superior.
La semana pasada le escribí unas reflexiones al presidente Maduro, y hoy le digo a ambos lo que mucha gente espera de ellos en esta circunstancia.
Hay que dejar que el TSJ procese la impugnación, mientras tanto la vida política continúa.
Capriles salió consolidado como líder opositor en este proceso. Le corresponde ahora administrarse con sabiduría en los eventos por venir, entre ellos las próximas elecciones de alcaldes y la eventualidad de la convocatoria de referendo revocatorio para diputados.
El juego, como dijo Yogui Berra, no termina hasta que se acaba.
Y eso vale para todos.
Hasta en la peor y cruenta de las guerras las partes conversan. Y en Venezuela hay mucho de qué hablar. Estoy seguro de que si nos ponemos a elaborar una agenda temática lo lograríamos en cuestión de minutos. Estamos a tiempo de evitar lo que ha pasado en otras latitudes y en nuestro propio país cuando los líderes han sido sordos al llamado del diálogo y optan por obedecer la diana del conflicto. Eduardo Fernández no pudo ser más claro en su último artículo publicado por Últimas Noticias.
Duelo en el gremio Lamentamos profundamente la muerte del profesor Adolfo Herrera, docente de nuestra querida Escuela de Comunicación Social de la UCV, hombre polémico como su esposa la profesora Gloria Cuenca, a quien le transmitimos nuestro pesar y nuestra solidaridad. Adolfo fue maestro de varias generaciones y un gran estudioso de los fenómenos de la comunicación.
También expresamos dolor e indignación por el asesinato del colega Jhonny González, del diario Líder. La violencia ha truncado una vida llena de proyectos y ha llevado el luto nuevamente a su familia, que ya había perdido a uno de los suyos por causas similares.
Paz a los restos de ambos. Y consuelo a sus familiares.
Por: VLADIMIR VILLEGAS
vvillegas@gmail.com
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