Popularidad de Maduro se desploma
al disiparse efecto Chávez
■ Los liderazgos no son del todo transferibles.
■ Capriles ha recortado brecha entre el candidato oficialista en siete puntos porcentuales.
La campaña electoral del gobierno explota al máximo el fervor generado por el fallecimiento del padre de la Revolución Bolivariana y emplea todos los recursos del Estado para mantener su imagen con vida, pero los venezolanos parecen haber llegando a una conclusión que podría echar por tierra los planes del oficialismo: por mucho que se esfuerce en imitarlo, el presidente encargado Nicolás Maduro no es Hugo Chávez.
Y es un error de cálculo que comienza a verse reflejado en las encuestas internas del chavismo, que muestran que la brecha entre Maduro y el candidato opositor Henrique Capriles se ha reducido aceleradamente en las últimas semanas, lo que está generando alarma dentro del oficialismo.
“Hay mucha preocupación dentro del chavismo. Es una situación muy distinta a la que se percibía hace tan solo unas semanas, cuando más bien había mucha tranquilidad y confianza”, dijo a El Nuevo Herald una fuente familiarizada con la situación.
“Esa no es la situación actual porque están detectando mucha apatía dentro de sus propias filas”, añadió.
Esa apatía, que ha estado aumentando con el transcurso de las últimas semanas, ha recortado la brecha entre los dos candidatos a siete puntos porcentuales, cuando faltan poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales del 14 de abril, dijo la fuente citando una encuesta interna del chavismo.
“La intención de voto a favor de Maduro viene cayendo por lo menos nueve puntos en las últimas tres semanas”, dijo.
Otro sondeo de opinión interno, realizado a través de consultas telefónicas, muestra cuadros negativos sobre Maduro –en los que las expresiones desfavorables son mayores a las favorables- en diversos temas consultados.
Según la fuente, estos incluyen el manejo económico y el manejo de la muerte de Chávez.
“Muchos de los consultados lo ven mentiroso, y en particular creen que mintió sobre la enfermedad de Chávez”, dijo la fuente.
Pero la percepción de falsedad también ronda en torno al propio Maduro.
“Está siendo percibido como un personaje que no es auténtico. Es visto como alguien que está leyendo un guión, a quien le dicen que diga esto, y que diga aquello, y él solo lo está repitiendo”, comentó la fuente.
Eso no quiere decir que la oposición tiene todas las de ganar. El gobierno bolivariano aún cuenta con todos los recursos del Estado y mecanismos para intimidar a la población, bajo amenaza de perder su acceso a los programas sociales, si no vota a su favor.
También persisten las dudas en torno a la confiabilidad del sistema electoral venezolano, denunciado reiteradamente como un apéndice de la Revolución Bolivariana que no garantiza la realización de comicios libres y justos en el país sudamericano.
Eso dicho, el escenario general de la oposición parece haber mejorado en las últimas semanas, luego que el retiro del tsunami emocional creado por el fallecimiento de Chávez comenzara a develar a un Nicolás Maduro que luce sin carisma, habilidad de liderazgo y políticamente inmaduro.
“Maduro no tiene luz propia. Es un personaje que no tiene carisma y su oratoria es muy débil”, dijo el analista político, Rafael Revilla.
“Estos elementos en teoría podrían ser compensadas por un candidato con una gran capacidad intelectual, pero Maduro tampoco tiene eso. Por el contrario, Maduro muestra una gran carencia en ese sentido”, expresó Revilla.
Lo que sí ha tenido a su favor es la conexión emocional que mantenía Hugo Chávez con parte importante del electorado, situación que Maduro ha tratado de utilizar al máximo para iluminar su camino hacia una victoria electoral.
Pero el efecto de la imagen de Chávez, aunque intenso al inicio, ha demostrado ser de corta duración, asemejándose más al flash de una cámara fotográfica que al constante y confiable brillo de una linterna.
Para el analista Martín Rodil, el chavismo cometió un grave error de cálculo.
“Sobrestimaron la conexión emocional de Chávez con el pueblo y que eso se iba a trasladar a Maduro”, comentó Rodil.
“Ellos proyectaban que la conexión emocional del chavismo con Chávez iba a traspasarse a Maduro, y lamentablemente para ello en política, los liderazgos no son del todo transferibles. Lo que estaban con Chávez estaban con él porque le veían ciertas cualidades, cualidades que Maduro no tiene”, agregó.
Maduro, quien fue designado por el propio Chávez como su candidato para unas eventuales elecciones presidenciales, tampoco tiene gran experiencia como candidato.
El actual presidente encargado ha pasado la mayor parte de su tiempo dentro del chavismo desempeñándose como burócrata.
Según el analista Esteban Gerbasi, su ascendencia dentro del chavismo se debió más al servilismo que manifestaba frente a Chávez y a los hermanos Castro en Cuba, que a una verdadera capacidad de liderazgo dentro del movimiento.
Su gran habilidad es que siempre se mostró fiel y sumiso ante la voluntad del líder bolivariano, sin mostrar capacidad de robarle protagonismo, error que hundió a otros líderes del chavismo, dijo Gerbasi.
“Maduro es un líder accidental. Tiene carrera sindical, no hizo una carrera política. No llegó al cargo de canciller por carrera diplomática. No llegó a diputado por sus propios logros. Siempre fue puesto porque era un hombre leal. No por sus méritos o capacidad”, comentó.
Es una situación que no pasa por desapercibida dentro de las mismas filas del chavismo.
“Hay otras personas que tienen más capacidad, empezando por Adán Chávez [el hermano del fallecido mandatario], que sí tiene carrera política y siguiendo por [Francisco] Arias Cárdenas [gobernador de Zulia], y Aristóbulo Istúriz [gobernador de Anzoátegui]”, agregó Gerbasi.
Pero sí bien el oficialismo parece haber cometido un error al sobrestimar el efecto de la muerte de Chávez, la oposición ha estado allí para explotarlo.
El analista Orlando Viera-Blanco dijo que la oposición ha adoptado una estrategia correcta al resaltar lo obvio, que Maduro no es Chávez.
“Maduro, al hacerse depender de manera exagerada, de una manera existencial, de la figura del presidente Chávez, ha creado un efecto que no le está generando los dividendos permanentes que necesita para consolidar la brecha”, comentó el asesor político.
“Hay una brecha favorable a Maduro, pero el candidato es débil, tiene un discurso pesado y de poco contenido, carece de capacidad de debate y no está generando una percepción de estabilidad entre sus propios seguidores”, agregó Viera-Blanco.
Capriles, mientras tanto, ha sido consistente en un discurso de confrontación, en un discurso de rendición de cuentas y en un discurso que le exige al chavismo grandes correcciones a lo que es visto como una mala gestión del oficialismo, puntualizó.
Por: Antonio Maria Delgado
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@DelgadoAntonioM
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