Calabozo de libertad
¿Qué habría pasado si en lugar de irse a un hospital de La Habana, Cuba, donde hasta donde se sabe no hay muchos expertos en el tratamiento del cáncer, el Presidente Hugo Chávez se hubiese internado en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, cómo se lo aconsejó su amigo el ex presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva?
¿Qué habría pasado si en lugar de aceptar el consejo que le dieron Fidel y Raúl, de quedarse en La Habana, el Presidente Hugo Chávez se hubiese internado en alguno de los tantos hospitales especializados en el tratamiento del cáncer que existen en los Estados Unidos de América?
No puedo afirmar de manera tajante que si el Presidente Hugo Chávez se hubiese internado en cualquier centro médico especializado ubicado en alguna de las naciones más poderosas del mundo pudiera haber sobrevivido a la terrible enfermedad que lo aquejaba, pero tengo derecho a exponer mis sospechas: algo me dice que el tratamiento al cual fue sometido en La Habana no sirvió absolutamente para nada, y por el contrario, lo único que hizo fue acelerar su muerte.
Revisemos los hechos: el presidente Chávez viajó a La Habana el 10 de Junio de 2011 para someterse a una primera intervención quirúrgica. Ese día nos informaron que el Jefe de Estado había sido intervenido de un absceso pélvico. El 23 de julio anunció que no tenía células cancerígenas en su cuerpo. El 10 de septiembre de ese año, dijo que estaba completamente curado y que había derrotado al cáncer.
Pero el 21 de febrero de 2012, Chávez le dijo al país que le habían detectado una nueva lesión en el mismo sitio donde antes tuvo un absceso pélvico. El 26 de febrero de ese mismo año fue operado por tercera vez. Y el 8 de diciembre, ante la evidencia de que lo que tenía era mucho más grave de lo que le habían estado informando, hizo el anuncio de que sería sometido a una cuarta operación y procedió a designar a Nicolás Maduro como su sucesor.
No se necesita ser médico para entender que el tratamiento al cual fue sometido el Presidente en Cuba, fue un desastre. Las cuatro operaciones que le hicieron al Primer Mandatario Nacional en La Habana no solamente no sirvieron para nada, sino lo que es peor: contribuyeron a agravar su enfermedad. Por lo tanto, aquí no hay nada que agradecer a Fidel y a Raúl Castro. Por el contrario: ambos deberían ser demandados ante los tribunales internacionales por homicidio culposo.
Nicolás Maduro sabe que Fidel y Raúl son los verdaderos culpables de que el Presidente haya muerto. Fueron ellos dos los que lo convencieron de que se quedara en La Habana, sabiendo muy bien que en la isla no existen especialistas reconocidos en el tratamiento del cáncer.
Pero eso no es todo: no puede ser casualidad que de los cuatro Presidentes que fueron sometidos a tratamientos contra el cáncer, uno solo, es decir, Hugo Chávez, haya sido el que se murió. Fernando Lugo derrotó al cáncer. Lula Da Silva derrotó al cáncer y Juan Manuel Santos también le ganó la pelea al cáncer. Todos sobrevivieron a la enfermedad. Y todos fueron atendidos en hospitales especializados. Ninguno de los tres sobrevivientes fue atendido en Cuba. El único que fue atendido en Cuba, falleció.
Los Castro utilizaron a Hugo Chávez como un instrumento de propaganda política. Y Chávez, que idolatraba a Fidel y hacía todo cuanto éste le decía, aceptó quedarse en Cuba para tratar de demostrar que “la medicina cubana es la mejor del mundo”. El resultado fue un desastre: la medicina cubana no cura el cáncer. Y ahora Chávez está muerto.
Mientras todo eso sucede, Nicolás Maduro culpa a los Estados Unidos e inventa una teoría que no se la cree ni él mismo. Decir que los EEUU fueron los responsables del cáncer que mató a Chávez es la vaina más imbécil que he escuchado en toda mi vida.
Maduro debe decir la verdad: los que mataron a Hugo Chávez no están en EEUU, están en La Habana. Fue allá donde fue Chávez fue operado cuatro veces. Fue allá donde Chávez fue sometido a radioterapias y quimioterapias. Fue allá donde Chávez fue sometido a oxigenación hiperbárica.
Fidel y Raúl se llevaron a un Presidente enfermo el 10 de junio de 2011 y nos devolvieron un Presidente moribundo el 18 de febrero de 2013. Tengo la leve impresión de que allí hubo, al menos, mala praxis médica. Pero como nunca supimos los nombres de los médicos que tuvieron bajo su responsabilidad del tratamiento médico al que fue sometido el Jefe de Estado, no tenemos ni idea de a quien podemos demandar.
Quienes me conocen, saben muy bien que siempre fui opositor a las ideas políticas de Hugo Chávez. Pero eso no me impide dar el pésame a sus familiares, lamentar su muerte y pedir que se demande a Fidel y Raúl Castro por haber liderado al equipo que mató a un Presidente de Venezuela.
Por: GUSTAVO AZÓCAR A.
elnegroazocar@gmail.com
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