“El Crocodylus acutus y sus
lagrimitas de rigor..”
La manifestación masiva de pena y luto mostrada, sobre todo, por el pueblo de Caracas, en un fenómeno complejo que no puede explicarse con frases rimbombantes, acomodaticias y mucho menos proselitistas. Decir que la tristeza mostrada por la gente frente a los restos de quien fuera un presidente muy popular, recordemos que su votación estuvo siempre alrededor de 55%, por lo tanto hubo 45% que no lo vio nunca como su ícono, su líder y mucho menos su imagen y semejanza, que tal hecho es una clara señal de que el chavismo llegó para quedarse por siempre, no deja de ser una manipulación indeseable, una mentira que trata de aprovechar un momento de tristeza y dolor para sacar dividendos y frutos políticos y electorales. Eso es absolutamente condenable.
Chávez visitó las familias venezolanas todos los domingos por más de 10 años, alrededor de 500 veces, si le calculamos a los Aló, Presidente una duración promedio de 4 horas, diríamos que el Presidente le habló al país, especialmente a quienes él mismo llamaba sus amados pobres, cerca de 2.000 horas. Sus intervenciones salpicadas de anécdotas, chistes, canciones, bailes, amenazas, promesas y saludos lo sembraron sentimentalmente en una gran parte de la población que, repito, no traspasó, en sus mejores momentos, la frontera de 55%. Su figura mediática se asemeja mucho a la de los artistas que fallecen en medio de su fama. No son juzgados. No son evaluados. Simplemente inmensas mayorías asisten a despedirlos. Así lo veo yo. La historia se encargará de juzgarlo.
Las cifras frías sobre economía, crecimiento, seguridad, empleo, inversión, kilómetros de autopistas, grandes obras, hospitales construidos, libertad de prensa, nivel educativo, serán las bases para la calificación de los 14 años del presidente Chávez.
Hoy es demasiado temprano.
Sin embargo, debo anotar que la enfermedad del Presidente estuvo rodeada de un misterio “Cuban Style” ajeno a las normas democráticas. De un procedimiento luctuoso clásico de sistemas autoritarios.
La mayoría de los presidentes de países gobernados por dirigentes que se asumen socialistas o comunistas mueren en el poder. Lenin. Mao. Ho Chi Min. Enver Hoxha. Kim Ilsung. Figuras emblemáticas, cuyos restos fueron embalsamados para la contemplación eterna de las masas. Mi sorpresa llegó al límite cuando el vicepresidente anunció que los restos de Chávez también serían embalsamados, exactamente como todos los anteriormente nombrados.
En medio de la congoja y el pesar, las figuras herederas, fundamentalmente los dos delfines principales, Nicolás y Elías, aliados circunstancialmente contra Diosdado Cabello, no han dejado de lanzar no pildoritas, sino verdaderas granadas contra sus opositores.
Por un lado, Jaua pide a los medios de comunicación que no estimulen la publicación de comentarios o análisis políticos, y, por la otra, afirma que Maduro es la continuidad del chavismo, que la obra socialista de Chávez es imperecedera. El ministro de la Defensa lanza a destiempo su candidatura, quién sabe a qué cosa, sin quitarse previamente el uniforme como lo hicieron otros ministros como García Carneiro, Rangel Silva o Mata Figueroa. Están a sólo un paso de afirmar que el supuesto rayo que inoculó el cáncer en el cuerpo del presidente Chávez fue organizado y dirigido por la oposición y particularmente por Capriles. No les extrañe.
Mientras tanto, siguen las acusaciones contra Leopoldo López y su familia. Contra Henri Falcón. Contra Richard Mardo. El chavismo sigue su rutina habitual de perseguir, mientras que muchos enfamiliados con el Crocodylus acutus sueltan su lagrimita de rigor y revisan sus cuentas bancarias.
Por: EDUARDO SEMTEI
@ssemtei
POLÍTICA | OPINIÓN
EL NACIONAL
LUNES 11 de marzo DE 2013