Con antelación significativa comenzó
este año el carnaval 2013 en Caracas
No habíamos recogido el nacimiento y el árbol de navidad, cuando nos vimos entre saltimbanquis, payasos, disfraces, zambas, tarimas por todas partes con mujeres barbudas y militares bailando como si estuvieran disfrutando del acordeón en Barranquilla.
Mientras tanto, muchos parroquianos andaban zanqueando supermercados, mercados, bodeguitas y hasta buhoneros con caras sombrías, para conseguir productos alimenticios necesarios en la despensa, cuestión de preparar la arepa del desayuno; el tetero del nene o completar el arroz en el almuerzo.
Algunos funcionarios de los ministerios que hacen vida en el centro de la capital eran arreados como cabras en la costa árida, para que asistieran -cual comparsa-, desde el 10 de Enero a una extraña juramentación, frente a un templete en la Av. Urdaneta. La sensación que quedó de ese primer acto era de dolor y hasta confusión entre la gente que rezaba por su líder en trance de salud y de solidaridad con un nuevo protagonista obligado por el dedo tembleque de Chávez a ser apoyado por sus seguidores y ocupar la silla de Miraflores: un verdadero drama que tal vez se le hubiese ocurrido a Alfred Hitchcock.
El segundo acto fue el llamado “Día de la dignidad”, celebrando el frustrado golpe de Estado de 1992 con el diputado Cabello disfrazado de paracaidista y de Maduro ataviado con mono deportivo prestado por Chávez: un acto sin nombre, preñado de amenazas, gritos de suegra molesta y exhibición de aviones sobrevolando Caracas, en una mezcla intimidante de desfile militar con fiesta de corrida de toros.
Luego, a falta de la presencia de Chávez que en cierta forma tenía 14 años coordinado los carnavales, en esta oportunidad se observa un cierto desorden por parte del hombre que lucha por ocupar la silla en una contienda electoral presidencial y que desesperadamente nos presentan el tercer acto de pre carnaval, con un show en la Asamblea Nacional contra diputados de la oposición acusados de corruptos por recibir dinero para su campaña electoral con todo y un salta talanqueras improvisado que fue recibido por los rojos como si estuvieran presentando a los jugadores en un juego de serie mundial.
¡Un verdadero atajaperro!-me decía mi centenaria abuelita, mientras observaba a Diosdado transformado en un diablo de Yare dirigiendo el ataque, cuando el ex gobernador y ex ministro de Infraestructura arrastra la sombra de la corrupción como una pesada cadena sobre sus hombros-.
“-¿De dónde sale el dinero que utiliza el PSUV para movilizar a su gente a cuanto templete se monta en cualquier parte, con refrigerios y viáticos incluidos, propaganda, franelas, gorras, pendones , afiches, etc.?-me preguntaba mi abuelita, dando a entender que una bolsista de papelillos cuesta plata, sin contar mascaritas de cartón, bombitas para jugar con agua o un heladito para cada uno de los miembros de una familia, para jugar con agua o un heladito para cada uno de los miembros de una familia, que sentados miran las carrozas famélicas y descoloridas de los ministerios y misiones, que desfilan por los Avenida Los Próceres en un lunes y martes de carnaval de hambre-”
-¿Entonces, comenzó el carnaval abuela?-le pregunté a la viejita-
-¡No mijo. Comenzó la campaña electoral!-respondió-
Por: Luis Alfredo Rapozo
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