La producción de crudo está en
aumento en América del Norte
En el marco de su incendiaria retórica antiestadounidense, Chávez amenazó en más de una ocasión a Washington con suspender el suministro de petróleo, planteamiento que analistas veían como impráctico y que mostraba desconocimiento sobre las realidades del mercado petrolero.
Pero Estados Unidos bien podría terminar comprando menos crudo venezolano a la vuelta de unos años, no necesariamente como el resultado de sanciones impuestas contra el gobierno bolivariano, sino por cambios drásticos en el mercado y las gigantescas deudas contraídas por el régimen de Chávez con el gobierno chino.
Analistas consultados afirmaron que la participación venezolana en el mercado estadounidense está siendo amenazada y que podría quedar reducida a niveles irrelevantes en el mediano plazo, en momentos en que aumenta la oferta de petróleo de Canadá y de Estados Unidos.
Es un escenario, que aunado al gradual declive de la producción venezolana, tendría serias implicancias para el futuro de la economía de ese país, cuya dependencia en la renta petrolera ha ido en aumento en las últimas décadas, y terminaría de empujar a la nación sudamericana a los brazos de China.
De cierta manera es el resultado de la falta de visión de quienes han llevado las riendas del país en los últimos años, quienes provocaron que Venezuela perdiera una oportunidad histórica, por un lado al desdeñar su principal cliente, Estados Unidos, y por el otro lado al descuidar la salud de su industria petrolera, dijeron los analistas.
“En Venezuela se han desaprovechado todas las oportunidades”, comentó Horacio Medina, ex gerente de Petróleos de Venezuela.
“Podría hoy estar produciendo por lo menos 4.8 millones de barriles por día, sin que el aumento en la producción hubiese afectado los precios del mercado, porque lo único que tendríamos que haber echo es pedirle a la OPEP que nos permitiera asumir la participación para cubrir el vacío que dejaban otros países que no podían producir en aquellos momentos. Hoy en día, sólo se están produciendo cerca de 2.5 millones de barriles diarios”, explicó.
Un incremento de la producción a esos niveles debía ser acompañada por una sólida política de posicionamiento para la estatal petrolera venezolana para consolidar la infraestructura comercial necesaria para garantizar que el crudo adicional venezolano pudiera ser colocado exitosamente en el mercado estadounidense, que pese a la hostilidad que esboza el chavismo hacia Washington, sigue siendo el cliente que mejor le paga.
Pero ahora que la producción de crudo está en aumento en América del Norte, los analistas creen probable que la oferta venezolana termine siendo desplazada.
“La autosuficiencia en Estados Unidos no va a ocurrir de la noche la mañana, pero lo que sí podemos ver es que el continente norteamericano, con un esperado incremento en la producción de Canadá, Estados Unidos e incluso México, sí lleve a la región a la autosuficiencia”, comentó Juan Fernández, ex director ejecutivo de planificación de PDVSA.
Según cálculos de la Agencia Internacional de Energía, Estados Unidos está en vías de convertirse en el primer productor mundial de petróleo a la vuelta de cinco años.
Pero otros creen que incluso podría producirse este año.
El informe sobre el panorama energético mundial para el año 2030 de la firma British Petroleum, augura que Estados Unidos superará este año a Arabia Saudita en la producción de “energía líquida”, término que incluye la producción de crudo y biocombustibles, y que se mantendrá en el primer puesto hasta el año 2023.
La razón de ese esperado incremento se debe en gran parte a la evolución de la producción de hidrocarburos no convencionales, el gas y el petróleo de esquisto, así como en los reservorios de “tight oil” (petróleo de formaciones compactas), que durante mucho tiempo su extracción era difícil y considerada muy costosa.
La evolución tecnológica está creando un boom petrolero en estados como Dakota del Norte, Montana, Texas y Louisiana. Para este año, la producción de petróleo en Estados Unidos tiene previsto aumentar en 490,000 barriles diarios, para alcanzar un promedio de 10.4 millones de barriles diarios, según un estudio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El gradual incremento en la producción de crudo ha llevado a Estados Unidos a recortar a la importación de petróleo desde un 60 por ciento del crudo que consumía en 2006 a solo un 33 por ciento, estimado para el 2014.
Pero el mayor riesgo para el crudo venezolano en este momento proviene de Canadá, país que ha estado incrementado aceleradamente la producción de crudos pesados de características similares al del país sudamericano.
La propuesta construcción de la tubería transcanadiense, que aún guarda aprobación, podría conducir a la exportación de 1.5 millones de barriles diarios de crudo extrapesado agrio —similar al venezolano— para el año 2015, a un costo significativamente menor que dejaría al petróleo venezolano en muy mala situación para competir.
La pérdida del mercado estadounidense empujaría a Venezuela a depender cada vez más de China, país que ya ejerce una gran ingerencia económica en la nación sudamericana.
Pero es una relación, alimentada por la incongruente ideología chavista de buscar la independencia económica de Estados Unidos, que en el fondo constituye la pérdida de grandes recursos para el país sudamericano, dado a que los altos costos del transporte relacionados con los envíos a Asia significa que el petróleo debe ser entregando con un elevado descuento, explicó el analista Antonio De La Cruz.
Aún así, Venezuela parece enfrascada en crear las condiciones para terminar de perder su posición en el mercado estadounidense.
“Venezuela se ha focalizado en China y anunció hace unos días que va a empezar a darle a ese país un millón de barriles diarios, en lo que sería un incremento de 600,000 barriles, que se lo estarías quitando a los envíos a Estados Unidos”, comentó De La Cruz.
Eso produciría un abrupto recorte de los envíos a Estados Unidos, que irían de los actuales 800,000 barriles diarios a sólo unos 200,000 barriles.
Y tendría un serio impacto negativo en las finanzas públicas porque no solo enfrentarían un descuento por los costos del transporte, sino que también una parte significativa de ellos serán enviadas para comenzar a pagar deudas ya adquiridas. Es decir, que Venezuela no obtendría ingresos por una porción significativa de esos envíos porque el país asiático ya los pagó.
“Ellos ya sienten grandes presiones fiscales, enfrentan grandes problemas de liquidez, y quieren capital fresco, porque los préstamos ya te los comiste y lo único que está entrando a Venezuela es lo que le dan los estadounidenses”, comentó De La Cruz
“Y ahora tienes que reducir los envíos a Estados Unidos en un 75 por ciento. Eso genera una situación muy difícil para este gobierno. No van a tener recursos y van a tener que tomar grandes medidas para tratar de evitar un colapso económico”, sostuvo.
Por: Antonio Maria Delgado
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@DelgadoAntonioM
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