Para la nueva heroica
República de Venecuba
Al escuchar lo que le decía José Vicente a Nicolás, en su programa del 20/01, de que la gente sigue en vilo, preocupada y angustiada por mi salud, me decido a escribirles para tranquilizarlos y romper el silencio que ya va para dos meses.
Comienzo por recordarles que la decisión de venir a operarme en La Habana bajo el cuidado y atenciones del CIMEQ, Fidel y sus muchachos del G2, fue exclusivamente mía, por ser este un lugar muy avanzado en medicina y de los más seguros del mundo. Y por ello, estoy como en mi propia casa. Algo que nos enorgullece y satisface.
Aquí me siento como en Caracas o Barinas. Una ciudad querida, entrañable, única. Con muchos encantos. Con vieja y nueva trova, muchos babalaos y un puño de hechiceros dispuestos a vencer cualquier mal.
Como dijo Nicolás, ya comencé a remontar la cuesta. Y hoy, gracias a mi Señor Jesucristo, estoy a punto de salir de esta terapia para pasar a la etapa de mi plena recuperación. De modo que creo que regresaré para seguir disfrutando de la patria socialista ya integrada a la cubana.
Claro, yo sé que hay muchos enemigos hablando pendejadas porque según ellos soy un secuestrado de Fidel y sus acólitos. ¡Eh! A estos escuálidos no les entra en la cabeza que es igual que yo esté aquí que en Miraflores dado que hoy no se puede hablar de Venezuela y Cuba sino de un todo geopolítico. Una integración. Dos revoluciones con un destino común, con los mismos propósitos y dirección.
Mi Padre Fidel preside la Unión. Es el verdadero Por eso a él y su inagotable sabiduría le debemos respeto, pleitesía y lealtad. Nadie en América con tantos méritos como Bolívar y Fidel. Y cuidado si yo un buen día me les cuelo por la baranda como los buenos caballos en carreras difíciles.
De modo que lo más preciado que tenemos hoy es esta integración, esta Patria Grande, que ya bautizaron como Venecuba. No importa entonces que por ahí se hable de expaís. Por encima de ese criterio limitado y egoísta está el de Marx sobre la necesaria unión de los explotados para constituir la nación mundial de la justicia.
Y les digo: mi enfermedad ha sido el mejor laboratorio para ver el funcionamiento de las instituciones venecubanas. Desde que salí de Caracas he estado en conexión permanente con mi padre Fidel para gobernar esta parte de la unión.
Y lo primero que nos propusimos fue arreglar con tiempo la sucesión para que fuera más fácil que la cubana. Y en este sentido nuestros operadores políticos han llegado a la conclusión de que tienen que controlar sus ambiciones y ser fieles a mi persona para que yo les eche mi bendición y los haga líderes al convertirlos, con los poderes mítico-religiosos que me ha otorgado el pueblo, en mis únicos y directos herederos.
En este sentido Nicolás, Diosdado y Ramírez se han comportado con mucha, humildad, unidad y gallardía.
Fíjense que eso está presente en el impacto mundial que produjimos con mi Juramentación del 10E. Eso no había ocurrido en parte alguna. Sólo una mente conocedora del pueblo como Fidel pudo convertir todos los chavistas en Presidentes.
Partiendo de mi poder mesiánico hizo a todo un pueblo mi persona. Y todos empezaron a verme como su propio Dios.
¡Qué nadie dude ahora que estoy a la altura del Padre de la Patria y tengo ya los hijos que le hacían falta a mi grandeza!
Ya escucho la nueva Bella Ciao en mi honor: Somos los hijos de Hugo Chávez / y a vuestro régimen atroz / el comunismo habrá de abatir / con el martillo y con la hoz… Y es que nosotros no le daremos paz ni cuartel al burgués insaciable y cruel.
Y es que esta juramentación del pueblo como Presidente el 10E, que se hizo en mi nombre, marca el inicio del poder popular en plan de gobierno.
El Chávez en presencia individual ya desapareció. Ahora se cuenta por millones los Presidentes de esta ex República Bolivariana y ahora parte de Venecuba.
Cuando dije en la madrugada del 15Ag.-04 que Venezuela había cambiado para siempre lo hice pensando en la unión geopolítica que ya me había vendido Fidel y que yo compré en el 2003 cuando me dijo que teníamos que alargar la fecha del Revocatorio Presidencial porque en ese momento lo perdíamos.
Y una vez que Fidel metió aquí las misiones y con ellas la compra venta de conciencias y votos en gran escala, fue cuando pudimos convocar esas elecciones. Y al ganarlas se selló la vida de Venecuba.
Por ello, a quienes preguntan dónde estamos, les digo hoy que cada día se consolida y da más señales de estabilidad esta unión geopolítica que puede ser el punto de partida para la nueva Gran Colombia que ahora sería la Gran Bolívar o la Gran Chávez, ¿por qué no ¿Eh?
Y a quienes dudan si seremos capaces de construir este sueño les reafirmo que no vemos a nadie que nos pueda detener. A las oposiciones más bien debo agradecerles, porque gracias a ella, hemos hecho y hacemos lo que nos da la gana.
Fíjense que Fidel y yo los gobernamos a ustedes desde aquí sin ningún problema. La oposición lo único que pide es mi regreso y lo complaceremos después que mis herederos estén entrenados como líderes para cualquier emergencia, que espero no se presente.
Somos dueños del presente y el futuro de los exvenezolanos. Eso se los aseguro en mi condición de exgolpista presidente, y hoy flamante vicepresidente de Venecuba.
Y en este mensaje habanero al pueblo y a mis hijos, les digo finalmente que hoy controlamos todos los hilos del poder porque la derecha opositora no tiene convicciones, fuerza ni programa para enfrentarnos.
Por ello, el tiempo que me queda de vida lo voy a dedicar a destruir, al fin, hasta el recuerdo de la Antigua Capitanía General de Venezuela para ver crecer la heroica República de Venecuba, pórtico de la República de nosotros los Libertadores. ¡Qué historia amigos! Twitter: @ablancomunoz abm333@gmail.com
Por: AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
@ablancomunoz
EL UNIVERSAL
sábado 25 de enero del 2013