Es tiempo ya de sacudir
este tablero inerte
■ Es evidente que somos muchos los que no queremos resignarnos a cohabitar de rodillas.
Hay dos oposiciones en Venezuela. La primera está liderada por Primero Justicia, cuya tesis es deficiente por contradictoria. No puede afirmarse en la misma sentencia que el TSJ es parte del partido político de gobierno pero que los ciudadanos debemos obedecerlo. No es serio indicar que el CNE es ventajista, partidista y abusivo pero que es incapaz de robarse un voto. Atenta contra la lógica que los poderes públicos estén controlados por el Ejecutivo, pero que cualquier protesta contra el abuso de ese Ejecutivo deba tramitarse ante ellos. Lo que plantean es inconsistente, inconducente e inmoral porque lleva implícita una cohabitación de la que se benefician sólo las elites políticas. Si en Venezuela no hay instituciones entonces tampoco hay democracia. No es un asunto de mayorías o minorías porque ante ausencia de árbitro y de condiciones justas eso jamás podrá medirse.
La otra oposición tiene rostros muy importantes, pero se mantiene inorgánica. María Corina Machado ha desconocido al gobierno provisional, Diego Arria ha afirmado el fin de la República y Blanca Mármol ha sentenciado que “el camino de la ley se agotó en Venezuela”. Con pruebas en mano, Ezequiel Zamora y algunas organizaciones como EsData sostienen que es imposible ganar elecciones de no pelear contra las condiciones impuestas por el CNE. No pocos militares han mostrado su voluntad de acabar con la intromisión cubana para recuperar la soberanía. Lorent Saleh, Roderick Navarro, los jóvenes encadenados frente a la OEA, los manifestantes del Táchira y muchos otros se han negado a seguir la línea de la MUD. Es evidente que somos muchos los que no queremos resignarnos a cohabitar de rodillas, lo muy incomprensible es que no estemos unidos.
Creo estar de acuerdo con todos los mencionados en que las cosas van muy mal. Ninguno, individualmente, tiene fuerza para cambiar el rumbo. Es tiempo ya de sacudir este tablero inerte, no conformar una nueva organización sería casi un acto de complicidad.
Por: Yon Goicoechea / Abogado
Politica | Opinión
@yongoicoechea
martes 22 de enero de 2013