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EDUARDO SEMTEI: Peripecias de San Nicolás



El Gordito de las Nieves se sorprendió al
encontrar mucha gente vestida de rojo…

 

San Nicolás salió cargado de regalos para todos los niños de Venezuela. Sin discriminación. Exactamente como lo dice la Constitución de 1999.

El Gordo había estudiado toda la geografía nacional unos días antes de las elecciones del 16 de diciembre. Tenía, como era de suponerse, muñecos imitando a todos los candidatos a gobernadores. Los quería repartir este 24 de diciembre. Si ganaba Arias en el Zulia, pues simplemente desechaba los “PablitoPérez” y repartía los del gocho/zuliano. La caja de los “AriasCárdenas” venía con una gallinita de lo más cuchi.

En el estado Bolívar el señor del Polo Norte pensaba distribuir miles y miles de figuritas “AndrésVelásquez”. Estaba seguro que el indio ganaría por paliza. De “RangelGómez” tenía muy pocas, eso sí, venían en la caja con unas cabillitas, bien puliditas y unos lingoticos de aluminio.

San Nicolás quería que este año 2012 los regalos fueran reflejo de la realidad política del país, estaba cansado de regalar barbie y ken. El Gordito de las Nieves se sorprendió un poco al encontrar a mucha gente vestida de rojo.

Pensó para sus adentros que era una especie de homenaje a su figura, a su vestimenta. Se sintió orgulloso. Estacionó su trineo en el Parque Central. A su llegada un parquero le dio las respectivas e infalibles recomendaciones sobre cómo y dónde estacionarse, con las consabidas palabras…un poquito más, pégate a la derecha, dale que yo te aviso. Váyase tranquilo que yo se lo cuido.

Concluido el procedimiento, agarró sus gigantes alforjas llenas de juguetes y presentes y se asomó a la avenida Lecuna. Allí comenzó su martirio.

La banda de secuestradores “SiempreListo” vieron a un señor bonachón, cargado de bolsas, con un trineo nuevecito y el pran ordenó secuestrarlo. Le quitaron las bolsas, lo metieron en una camioneta blindada que se habían robado de la Embajada de Canadá y uno de los malandros agarró el trineo y velozmente huyó hacia San Agustín.

Procedieron a interrogarlo.

¿Tú eres chavista o no? No señor, yo soy extranjero, no me inmiscuyo en política vernácula. ¿Y por qué andas vestido de rojo? Yo siempre he vestido así. ¿Dónde vives? En el Polo Sur. ¿California Sur? No señor, en el Polo Sur ¿San Agustín del Sur? No señor secuestrador en el POLO SUR, POLO SUR. Dame tu celular, increpó el pran, y tus documentos y tarjetas.

No tengo ni cédula ni tarjetas respondió atemorizado en buen hombre. El pran lo observó detenidamente y abrió una de las bolsas. Había miles de “HeriqueCaprilitos” y de “HenriFalconcitos” Los caprilitos vestidos con monos de trotar y los henricitos con camisas a cuadros. Pero ni un solo billetico. Ni un solo dolarcito. No había documentación. No llevaba cartera.

Lo vieron desvalido y uno de los secuestradores, conmovido, lo dejó libre en la subida de Prados del Este donde se celebraba una manifestación antichavista reclamando el fraude electoral denunciado por la Mesa de la Unidad en el estado Bolívar. Lo vieron vestido de rojo y pensaron que era una provocación de Nicolás Maduro y de Diosdado Cabello, empezaron a tirarle tomates, huevos y a gritarle epítetos. Salió espantado. Le pidió a Dios que lo sacara de este país tan enredado.

En su alocada carrera terminó en un Punto Rojo Electoral Chavista. Lo recibieron con júbilo. Le pegaron una calcomanía de Chávez en la espalda y lo sentaron en el presidium.

Como pudo se escapó. Alquiló un mototaxi, fue a buscar su trineo, de los 8 venados quedaban 6. Vio un aviso ofreciendo pisillo de venado y se imaginó lo peor. Se encaramó en su transporte. Arrancó como alma que lleva el diablo y quedadamente murmuró: A Venezuela no regreso. Allí se volvieron locos. Dios los ampare. Finalmente se persignó.


Por: EDUARDO SEMTEI
@ssemtei
POLÍTICA | OPINIÓN
EL NACIONAL
LUNES 24 DE DICIEMBRE DE 2012 2012