El Método del Discurso
La Mesa de la Unidad no es un partido leninista, sus decisiones responden a un juego de negociaciones, inevitable en una alianza. Ramón Guillermo Aveledo coordina muy bien la MUD, pero no manda como Alfaro en Acción Democrática, o Eduardo Fernández en Copei. Fusilamos las palabras de un experto de café “El antichavista vota contra Chávez pero no por cualquier candidato de la oposición. El gran ganador del 16-D fue Falcón. Habría que jubilar a algunos líderes de la oposición, en Mérida falta un líder, en el Táchira se perdió después que se han ganado elecciones allí por 14 puntos”.
Chávez al día siguiente de su victoria del 7 de octubre reemplazó a candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela por otros mejores como Vielma Mora y permitió que sus candidatos se apropiaran de temas como la inseguridad, propios de la oposición.
Los responsables de las derrotas del 16-D fueron en primer lugar los propios candidatos, los que tuvieron errores y aciertos y enfrentaron esta vez la enfermedad de Chávez y la marea roja. Los problemas de un Nuevo Tiempo contribuyeron a la derrota de Pablo Pérez, Pérez Vivas había ganado la gobernación por un punto, los resultados de Carabobo y de Nueva Esparta expresaron circunstancias locales y el verdadero mal de los partidos, su falta de renovación.
Chávez presenta una propuesta sencilla, la oposición abarca desde una defensora del capitalismo como María Corina a Bandera Roja, o a Capriles que se autodefine de centro izquierda. Muchos de los propios votantes de oposición no han comprendido que para ganar elecciones no basta con querer sacar a Chávez de Miraflores.
No es imposible que Chávez enfermo participe en las elecciones respaldando a Maduro.
¿Habría dudas sobre el resultado electoral? Sería contar los pollos antes de nacer suponer que con Nicolás Maduro el chavismo será aplastado. Maduro carecerá de la elocuencia y la habilidad del actual presidente, pero hereda un poder enorme y el temor en el chavismo a perder el poder, además quizá aprenda rápido. También resulta ingenuo confiar que la economía, esa tan anunciada devaluación, sacará al chavismo del poder. Quizá no haya la devaluación que tantos esperan para salvar a la patria.
Para ganar elecciones hay que atraer votos de indecisos, abstencionistas, y hasta de chavistas. Algunos antichavistas quieren también una actitud más agresiva. Este dilema ocurre en cualquier alianza unitaria hasta que surge un programa realmente común, algo que no brota solo del trabajo de expertos y técnicos.
Se enfrentaba más fácil a un dictador claramente militarista y represor como Pinochet que en la actualidad a Chávez, quien celebra elecciones y gobierna autoritariamente y siempre mantiene un disfraz democrático. Si Chávez fuera un gorila tradicional, o un verdadero demócrata, ya habría perdido el poder.
El sistema de partidos se derrumbó en 1999, llevamos largos 14 años reconstruyéndolo.
Y por último, ¿cuál es el tema político? ¿La fecha de la toma de posesión de Chávez o lo que está ocurriendo con el plan de viviendas y los damnificados? ¿La política gira alrededor de la Constitución y de las leyes o de los temas que afectan a los venezolanos? Necesitábamos más candidatos como Falcón. ¿Prometieron ya los derrotados darle paso a gente más joven? En otras partes los derrotados hasta abandonan la política.
Por: FAUSTO MASÓ
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