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THAYS PEÑALVER: El chavismo saudita



“Chávez único animal que tropieza
cuatro veces con la misma piedra”

 

“Es la Venezuela saudita” me dijo un amigo el otro día, con la convicción de quien te dice: “alguien está hablando de mí” cuando siente un zumbido en el oído. A falta de conocimiento, bien vale tener un buen mito a la mano. En estos casos el zumbido no puede ser normal a causa de varias posibilidades, que en buena parte de las veces se resuelve con un hisopo, ¡pues no!, tiene que ser siempre un fenómeno mágico. ¿Tiene hipo tu hijo? ¡Ponle un hilo con saliva en la frente para que se le quite! Pasa igual con el mito saudita, a falta de conocimiento nos imaginamos al millonario de turbante regalando pepitas de oro.

Hace poco conocí a un grupo de saudíes en un foro que cambió para siempre mi visión sobre las cosas, uno de ellos es un economista que trabaja para un banco británico. Yo cargada de preconceptos, lancé las sandeces económicas aprendidas en nuestra pequeña aldea tropical sobre la importancia de la reducción de la OPEP, que si China es la gran cosota, que si las guerras y demás enlatados que nos venden diariamente. Igual que mi amigo de la “Venezuela saudita” creí que quedaba regia con mi disertación y terminé como buena nativa de Barullópolis, aunque más respetuosa preguntando: “¿mira, y tú cómo ves la v…..?”, que es siempre la señal elocuente de que en verdad lo que hacemos es repetir pistoladas.

De no ser porque estaba con un gran amigo, que lo conocía y también amigo del primero, estoy segura de que él jamás habría respondido como lo hizo, pero gracias a eso recibí una enorme lección más o menos así. Usted verá, en “El Reino” ya no manejamos esos conceptos, el petróleo no sube o baja porque nosotros bajemos la producción, los chinos paren sus fábricas o existan guerras en Medio Oriente. Para hacer corto el cuento en los 80 los sauditas y los países de la OPEP se dieron cuenta de que ellos no pintaban nada en las decisiones reales. La banca de Occidente que había generado una inmensa crisis económica, motivada por una especulación del ladrillo, echó mano del dinero de los árabes y del petróleo para evitar la quiebra (quebraron 5 mil bancos) y la mayoría de los líderes árabes comprendieron que debían dejar de vivir del petróleo en un proyecto a largo plazo y no volver a cometer el error que cometemos en nuestra ingenua aldeíta tropical. Ellos decidieron ahorrar como si el petróleo se fuera a agotar y nosotros decidimos gastar como si la vida se fuera a acabar.

De esta manera Arabia Saudita pasó en estos 14 años de exportar 6 billones de USD en productos no-petroleros, a 47 mil millones. De 3 millones de turistas pasaron a la inmensa cifra de 17 millones. La idea es que en este ciclo especulativo (que creen que durará menos de una década) logren exportar 70 billones de USD no petroleros y tener 20 millones de turistas al año con lo cual vivir. Para eso lograron la impresionante cifra de más de 200 billones de dólares en inversión extranjera no-petrolera y la cotización de su bolsa de valores es mayor al tamaño de su economía. Otra cosa que decidieron era ahorrar para las vacas flacas y así sus fondos de inversión pasaron de 47 billones a la cifra de 563 mil millones de dólares en ahorro e inversión. Sus reservas pasaron de los 18 billones a los 632 mil millones de dólares y la idea es contar con la impresionante cifra de un trillón de dólares ahorrados (un millón de millones) o tres veces la economía de Venezuela en ahorro.

Esa fue la misma decisión que tomaron el resto de los países petroleros, que no volverían a repetir los errores del pasado frente a la bonanza. Con la única salvedad de un pequeño país suramericano, un país que es el único que vuelve a despilfarrar dinero a manos llenas como si le hubieran dicho que va a morir mañana, un país que ha vuelto a arrasar los ahorros de la bonanza. Un país que podía vivir con 15 mil millones de dólares y que ya no le alcanza con 100 mil y además pide prestado, un país que está aniquilando su industria no petrolera y sus exportaciones no tradicionales, su capitalización, que está expulsando la inversión extranjera y que cree lógico devastar su infraestructura turística y triplicar su deuda externa. Un país que regala las pepitas de oro a donde va y que vive sin pensar en el futuro de sus hijos.

Reza el dicho que el ser humano es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Hay que revisarse, porque normal, como se dice normal, no es tropezarse 4 veces. Urge hacerlo y esto va con los dos bandos, porque es el futuro el que estamos arriesgando estúpidamente. No son los chavistas los que van a sufrir, no es el liderazgo opositor, sino sus hijos y nietos. Urge revisarnos porque este pensamiento está arruinando a Venezuela y porque tampoco se percibe una discusión y alternativa coherente. Propongo pues “La Venezuela saudita” o “El chavismo saudita” (para que algunos se sientan mas cómodos) siguiéndole los pasos a ese modelo y no a lo que el imaginario fantástico cree que pasa en ese país.


Por: THAYS PEÑALVER
@thayspenalver
tpenalver@me.com
Politica | Opinión
EL UNIVERSAL
jueves 22 de noviembre de 2012