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FREDDY LEPAGE: La hora de los segundones y paracaidistas



Aquí y ahora

 

Con Chávez no hay “alternativa”, a todos les toca jugar el papel de teloneros..

Las elecciones de gobernadores del 16-D para el chavismo representan, en la práctica, una competencia de segundones. Ninguno de ellos ha brillado en algo con luz propia, sino, al contrario, siempre han estado a la sombra del líder máximo que, de acuerdo con las circunstancias y su estado de ánimo, los levanta o los manda a las calendas griegas, para recogerlos cuando los necesita para alguna tarea específica. Quizás, el que rompe la regla es Jesse Chacón, que una vez defenestrado no ha vuelto a levantar cabeza.

Hasta el propio Vielma Mora vegetó largo tiempo relegado en el ostracismo, y fue recogido de repente, nuevamente, por el omnímodo dedo del mandamás de Miraflores, para imponerlo como candidato a la Gobernación del Táchira.

En este caso, diría el propio Vielma Mora ­entre sorprendido y “agradecido”­ más vale tarde que nunca, compadre. Al fin, vuelve a la luz pública, así no sea por mucho tiempo.

Cabello no escapó de este estilo tan particular de utilizar a la gente. Eso sí, la condición sine qua non para que sean nuevamente reincorporados es que se mantengan “tranquilitos” mientras dure su exilio dorado. Sin chistar y apoyando todas las decisiones de la revolución, de lo contrario corren el riesgo de ser ignorados por siempre. Diosdado, después de ocupar todos los cargos posibles (hasta el de vicepresidente ejecutivo de la República), ahora llega a la Presidencia de la Asamblea Nacional, en una jugada sacada del sombrero, que le cortó la cabeza, con un bisturí electrónico, a Soto Rojas. Por cierto, qué será de su vida…

La verdad verdadera es que con Chávez no hay alternativa, a todos les toca jugar el papel de teloneros, ninguno puede brillar con luz propia, so pena de ser apartado. Él es y ha sido, en todo momento, el Dios Sol.

Y, por lo tanto, actúa en consecuencia. Por eso siempre se debe cumplir su voluntad suprema, como lo demostró en Carabobo, cuando la gente pedía a Rafael Lacava como candidato a gobernador y él impuso, a cal y canto, a Francisco Ameliach, con pocos méritos para ser el abanderado del chavismo en ese estado. Pero, amén, santa palabra…

Tareck el Aissami, de candidato inicial para el Táchira, va a parar, a última hora, de golpe y porrazo, a Aragua, en sustitución del teniente Rafael Isea, que quién sabe qué haría para caer en desgracia (aunque, según el correo de las brujas, todos los aragüeños conocen la razón). Pero, El Aissami, ha sido sincero cuando en una entrevista para este diario admitía, “candorosamente”, que sus votos son los de Chávez, ergo, “yo no arrastro ni a mi familia”, pero voy a ganar. Declaraciones similares han hecho otros como Elías Jaua, candidato para Miranda.

Otro ejemplo muy particular de idas y venidas lo representa Aristóbulo Istúriz (varias veces derrotado), un sobreviviente de la horca de Chávez, al que en oportunidades le han apartado para luego salir a “flote” nuevamente. Sucede que en esta ocasión lo manda, con paracaídas incluido, para que la caída no sea tan fuerte, a sustituir a Tarek William Saab, venido en desgracia por causas que no vale la pena mencionar, pero que todos también perciben.

Hay muchos casos más, como el de Yelitza Santaella que, de ser dos veces gobernadora de Delta Amacuro, salta con garrocha incluida a Monagas. Y el del ex ministro de la Defensa, general Rangel Silva, que sustituye al actual mandatario regional Hugo Cabezas en Trujillo. O sea, que sigue la saga de los importados. En los estados mencionados parece que, según Chávez, no hay gente capaz de llevar las banderas del PSUV. Una cosa es votar por Chávez y otra por sus segundones…


Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
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EL NACIONAL