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TEODORO PETKOFF: ¿Constituyente?



“No sería de extrañar que el
2013 tengamos Constituyente”

 

En estos días el gobierno puso a circular la idea de una Constituyente.

Rápidamente, sin embargo, la especie fue desmentida, entre otros por el propio Elías Jaua.

Se aclaró que lo así denominado era, en verdad, el proceso de debate, supuestamente nacional, sobre el plan de gobierno 20132019, que convoca el PSUV, invitando a participar a cuanta institución existe, oposición incluida. Sin embargo, esta súbita aparición pública del término “constituyente”, con todas sus connotaciones, no es gratuita ni se puede creer que se trate de un lapsus de quienes así denominaron lo que en el fondo es una discusión partidista, con su piquete electoral.

Parece, más bien, el primer paso de una operación a mediano plazo que probablemente tiene en mente Chacumbele, que es la de convocar una Constituyente para insistir con el proyecto de reforma constitucional que fue rechazada en 2007. Ese primer paso fue el de poner al país político y a los medios de comunicación a hablar del tema, a “inflarlo”.

Ya la idea de una Asamblea Constituyente comenzó a flotar sobre el país. Desde luego, no se trataría de convocarla para este mismo año, sino el próximo. Chacumbele cree que, a partir de su triunfo el 7-0 y estimando una suerte de arrase en las elecciones de gobernadores, debido a la abstención de sus adversarios, esta vez la cosa sí le saldría como quiere. ¿Por qué ese afán? Es comprensible.

Chávez necesita darle constitucionalidad a varias de sus jugadas, realizadas al margen de la Carta Magna, como por ejemplo hacer que el Banco Central financie al gobierno, prohibido en el texto constitucional. Pero, en particular, Chávez necesita una Constituyente para darle piso y techo constitucional a la creación del Estado comunal, que es ahora su gran proyecto, el que cree “histórico”, el que lo hará pasar a la historia. Como se sabe, en la Constitución vigente, Chávez considera que el gobierno se anotó varios autogoles.

Pero tenía que ser así porque para la época Chávez no tenía la menor idea de lo que podía ser una revolución en este país y cuáles las reformas institucionales que debían caracterizarla. Por eso el texto que salió de la Constituyente fue una versión ampliada de la Constitución de 1961; el cual, al poco tiempo, el Presidente comenzó a considerar como una camisa de fuerza.

Adaptar la de 1999 para reforzar el poder de la Presidencia, o sea, el de él mismo y a lo que ahora Chávez piensa que es el socialismo, requiere su reforma. La idea, derrotada en 2007, quedó pendiente para una ocasión más favorable.

Piensa Chávez que podría ser esta, pero para ello requería no sólo de su propia reelección sino acabar o reducir el peso de la oposición en las gobernaciones, de las cuales controla una tercera parte. De modo que si lograra este propósito el 16-D, debido a una abstención crecida de sus adversarios, no sería de extrañar que el 2013 tengamos Constituyente.

Ya pasamos por la experiencia de 2005, cuando se entregó de gratis a Chávez el Parlamento, con las nefastas consecuencias que ello tuvo. La abstención, pues, repitiendo el error de 2005, sería una opción suicida.


Por: Teodoro Petkoff
Politica | Opinión
Diario TalCual