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ELIDES J. ROJAS: La ley quedó para pasar coleto



“El CNE se lanzó por la
calle del medio…”

 

Violan leyes sin ningún límite ni escrúpulos.

Según la rectora principalísima del Consejo Nacional Electoral, la máxima instancia de ese organismo de Chávez tiene facultades para violar la Ley todas las veces que se lo pidan o cuando el estómago haga solicitudes expresas. Claro está que no tiene sentido discutir en medio de tanta ignorancia. Esa gente solo sabe cómo aniquilar la Constitución, las leyes y hasta instituciones del Derecho creadas justamente para que el Gobierno no abuse de los ciudadanos. Así que es falso que puedan hacer lo que les salga de la boina roja.

No obstante, en estos tiempos de chavismo desatado, claro que es posible hacer lo que al empleado público, incluido el señor Presidente de la República, se le antoje. Una dictadura solo sabe que la Constitución es una plastilina que debe moldear largo o corto, según sus propias necesidades. Una democracia real observa en la Carta Magna, las leyes o el Derecho Administrativo, por ejemplo, los límites y los controles a su poder. Y los respeta. Un golpista, que ya le metió una puñalada trapera a la Constitución hace años, no tendrá ningún empacho en seguir dándole por la nuca sin más límites que su propia pena. Si es que a estas alturas todavía queda.

Si los máximos empleados de los ciudadanos; es decir Presidente, ministros, Poderes Públicos, empresas del Estado o gobernadores, no cumplen las leyes no hay manera de que los ciudadanos, sean chavistas o no, hagan lo mismo. Claro que hay escalones en la violación del orden social. Claro que es por fases el deterioro. Pero después de 14 años liquidando instituciones y leyes, ya el chavismo ha logrado avanzar lo suficiente como para que la sociedad en su totalidad se sienta como paloma en cornisa de Catedral. Hace y se hace donde quiere.

Por eso, para entrarle al ejemplo chiquito, los motorizados, en su gran mayoría desadaptados, son los dueños de las calles de Caracas. También de las ciudades más grandes. Este es el último grito de los vándalos de dos ruedas: ¡Quítate que soy chavista! O ¡Muévete, majunche! Por eso se tragan las luces de los semáforos, por eso los agentes de la Policía Nacional se hacen los locos con los malandros del tránsito. Por eso no es raro ver a gente orinando en plena calle o hasta cocos volando desde las ventanas de los carros. No importa nada. Si los jefes no cumplen ni un reglamento o ni respetan una norma electoral, ¿a cuenta de qué un ciudadano no puede quitarle un celular a otro a punta de pistola? ¿Qué se lo impide? ¿Por qué razón un ciudadano no puede llegar y entrarle a palos a su pareja? Basta con que sea jefe del Consejo Comunal para que lo haga cada vez que quiera.

Chávez será muy señor Presidente, pero ¿de qué país?

Eso ya no existe.


Por: ELIDES J. ROJAS L.
Politica | Opinión
EL UNIVERSAL
miércoles 31 de octubre de 2012