La devaluación del bolívar viene
y sera no menor a un 40-50%
Luego de una campaña signada por la trampa, el ventajismo, el miedo, las captahuellas, la extorsión, el chantaje, las amenazas, las promesas y el populismo, le toca ahora al gobierno nacional cosechar lo que sembró: 2013 será el año en que cobrará el populismo, no sólo por los indeseados ajustes macroeconómicos recesivos que vienen, sino, también, por las promesas incumplidas (lo único que invalidaría lo aquí sostenido sería un incremento inesperado del petróleo a causa de algún fenómeno o conflicto imprevisto, como podría ser una guerra en el medio oriente).
De hecho, esto es lo que uno esperaría para 2013:
■ – Una devaluación (oficial o ingeniada) del bolívar, no menor a un 40-50%.
■ – Una mayor escasez de divisas y bienes.
■ – Una mayor inflación, sobre todo por la devaluación y los ajustes de precios rezagados.
■ – Un recorte del gasto público y, en particular, del “gasto social” y la Misión Vivienda, la cual poco a poco desaparecería, al ser fiscalmente insostenible.
■ – Una caída del poder de compra del salario respecto a la canasta de bienes nacionales y la de bienes importados.
■ – Una contracción del consumo, la inversión pública y privada y, por tanto, también, del producto y el empleo nacional.
■ – Un incremento de la morosidad de la banca, y una contracción real del crédito bancario, y de las ganancias del sector.
■ – Un mayor malestar social.
■ – Un alza del endeudamiento en bolívares y divisas; y un incremento considerable de los desembolsos para el pago de deuda vieja.
■ – Una enorme conflictividad económica, política y social.
■ – Protestas frecuentes contra el gobierno, sobre todo del sector del chavismo chantajeado, por promesas incumplidas, viviendas no construidas, asignaciones/misiones disminuidas, la inflación, la escasez, el desempleo y menores ingresos reales.
■ – Un empeoramiento de la crisis de bienes públicos (la inseguridad, salud, educación, crisis eléctrica, etc.).
■ – Un desplome histórico de la popularidad del Presidente.
Sin duda, el auge del petropulismo chavista fue durante la bonanza petrolera 2004-2008; luego, vinieron los cuellos de botella, la escasez e inflación durante los años 2007-2012; y ahora vendrá el inicio del ajuste económico y cambio de gobierno (post 2012).
El petropopulismo, que siempre se las cobra, les recuerdo, es una forma de hacer política, caracterizada por fomentar, mantener y exacerbar la dependencia del ciudadano de la renta petrolera en substitución de su esfuerzo productivo, que no puede desarrollarse plenamente debido al interés político por sostener el desempleo y subempleo como base político-clientelar.
* Ángel García Banchs, PhD en Economía Política de la Universidad de Siena, Italia y Profesor del CENDES y FACES/UCV, Director de Econométrica.
Por: ÁNGEL GARCÍA BANCHS
Economía | Opinión
opinion@angelgarciabanchs.com
@garciabanchs
CARACAS, miércoles 31 de octubre, 2012
