La caída ya lleva cinco años seguidos, desde
la “profundización de la revolución”
Hace 20 años la capacidad instalada de CVG Bauxilum era de 1 millón 300 mil toneladas métricas anuales de alúmina calcinada. Hoy día es de 2 millones de toneladas, sin embargo el ritmo operativo de la estatal se equipara a los resultados de 1992, debido a un pronunciado declive técnico-financiero el cual ha profundizado a su vez la dependencia de la estatal con la trasnacional Glencore.
Si CVG Bauxilum no mejora sus niveles operativos en el último trimestre, habrá producido al cierre del año 800 mil toneladas de alúmina calcinada, una cifra que se equipara con la producción de hace 20 años cuando la capacidad instalada de la planta era de 1 millón 300 mil toneladas métricas anuales.
Hasta este martes el ritmo de producción -según el reporte de operaciones- era de 2 mil 407 toneladas métricas diarias, es decir, la empresa opera a 41% de su capacidad de diseño (2 millones de toneladas), lejos todavía de la meta planteada en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias en el 2011.
Los números poco alentadores revelan la incapacidad del Ejecutivo de mantener los niveles originales de la planta, antes de que comenzara la ampliación en 1992, señala el secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de la Alúmina, José Luis Morocoima.
“Hemos retrocedido 20 años”, sentencia.
Lamenta que el acuerdo suscrito por la empresa francesa Pechiney y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) en el 2000, y que costó a CVG Bauxilum la entrega de casi 200 mil toneladas de alúmina anuales hasta el 2005, se haya perdido por la discontinuidad en los planes de mantenimiento.
Fue a raíz de esa asociación estratégica, durante la gestión de Francisco Rangel Gómez al frente de la CVG, con la que se hizo la última modernización y con la que se afianzó la presencia de la transnacional en las operaciones de la fábrica.
Sin beneficios:
En el 2005, Bauxilum profundizó su dependencia económica de Glencore, llegando a suscribir hasta el 2012 tres grandes contratos con los que se negoció el 50% de la producción a futuro hasta el 2018.
A la gigante suiza se le conoce mundialmente por estas operaciones. Sus operadores prestan dinero a las empresas con problemas de liquidez a cambio de obtener el derecho de compra de productos primarios.
En los últimos siete años los deducibles acordados por las partes han aumentado en un 100 por ciento. El contrato CJB-001/2005 estableció el descuento de 60 dólares por toneladas, luego de su unificación (2011) y la modificación la semana pasada, Glencore descontará 120 dólares por tonelada para compensar un anticipo de 31 millones de dólares.
Los riesgos de estos contratos, expone Morocoima, se basan en que si Bauxilum no mejora su ritmo productivo, la producción de alúmina a futuro estará en un 100 por ciento hipotecada.
Exhorto:
La última negociación, por ejemplo, no garantiza una mejoría de las operaciones pero garantiza la sobrevivencia financiera para el próximo trimestre.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Alúmina, Joel Alcalá, señaló que el Estado debe asumir la responsabilidad por la mora en la entrega de la inversión prometida a través del Fondo Conjunto Chino Venezolano.
“Aunque no estoy de acuerdo (con la negociación con Glencore) no podemos quedarnos sin una alternativa”, manifestó. “Yo no diría que nos dejan sin salida, pero sí que los recursos llegan bastante tardíos, los monopolios económicos, el Fonden, todo llega muy gota a gota, es muy lento”.
Alcalá, mediante entrevista telefónica, exigió al vicepresidente de la república, Nicolás Maduro, al presidente de la CVG, Rafael Gil Barrios, que “de una vez por todas pongan sus ojos en la empresa. Si fallece Bauxilum, fallecería toda la cadena del aluminio”.
CVG Bauxilum, como el resto de las empresas del aluminio, ha sido escenario de la confrontación de poderes por el control político de las fábricas.
Algunos dirigentes atribuyen las últimas trabas económicas a una “guerra” entre sectores del Ejecutivo que intentan hacerse de la presidencia, actualmente bajo la administración de José China.
Glencore en el aluminio:
La transnacional Glencore no sólo ha negociado con CVG Bauxilum, también lo ha hecho con Alcasa y Venalum.
Alcasa revirtió el contrato durante la administración del expresidente de CVG Alcasa, Elio Sayago, por considerarlo desfavorable. Por la entrega de 284 mil 400 toneladas métricas de aluminio primario y 75 mil 600 TM de cilindros de extrusión a las transnacionales Glencore y Noble Resources, recibió un anticipo de US$ 90 millones pagaderos entre 2010 y 2015.
También en ese año CVG Venalum suscribió un convenio con la transnacional y entregó ese año la mitad de la producción anual. Dicho contrato está vigente hasta el 2015.
Por: Clavel A. Rangel Jiménez
crangel@correodelcaroni.com
Correo del Caroní
Jueves, 18 de Octubre de 2012
