Ante la insistencia de los compradores
algunos han colocado anuncios claros
■ Maracaibo: Cuatro horas les toma cocer una arepa por fallas del gas.
■ Hay personas de Mariara que vienen a Maracay para comprar el combustible.
■ Muchos residentes optaron por adquirir cocinas eléctricas, lo cual conlleva al saturamiento de las redes eléctricas produciendo los consabidos “apagones”.
■ Como que ya se ha convertido en una situación regular, los maracayeros tienen que ingeniárselas para adaptarse a las constantes fallas en el suministro del gas doméstico en los diferentes estantes de la ciudad.
En algunos puntos recorridos el común denominador eran los letreros donde los comerciantes indicaban que “NO HAY GAS”, antes la insistencia de los usuarios que se equipan como regularmente lo hace, pero también preventivos de cara a los comicios presidenciales de este domingo.
Los distribuidores aseguran que las bombonas no les llegan regularmente, por lo que se desencadena la escasez del producto ante una alta demanda.
Luis García, mencionó que ya tienen más de dos semanas que no le llegan los pedidos porque supuestamente la empresa tiene el camión dañado, mientras que los clientes recurrentemente acuden al lugar infructuosamente y hasta se molestan con él como si fuera su responsabilidad.
Entre tanto, los compradores aseguran que ya la situación es bastante difícil, porque recurrentemente tienen que pasar varios días y hasta semana haciendo recorrido por los distintos establecimientos para ver donde finalmente pueden conseguir el ya preciado producto o esperan que hagan operativos de venta de gas, pero eso es horrible porque las colas se hacen eternas y a veces ni llega el camión, como mencionó Isabel Bolívar.
Asimismo coincidió Carlos Arcila, quien dijo que lo único que ha escuchado es que los camiones están malos, “pero cómo es posible que tengamos una compañía que dice ser revolucionaria y van a tener algo tan fundamental como eso, malo. Ya tienen como tres semanas que no bajan gas”.
Justo Peroza señaló que al igual que él, muchas personas no ven el día en que el servicio se regularice para poder contar tranquilamente con el combustible indispensable para la preparación de los alimentos. Entre tanto, en su carro se acumulan las bombonas de su propiedad y algunos familiares “pescando” a ver en qué sitio finalmente pueden conseguir.
En Maracaibo:
Preparar la masa, amasar, darle forma redonda a la harina y poner las piezas en el budare no tomaría más de cuarenta minutos, diría cualquier ama de casa del mundo, pero para las que viven en la urbanización Altos del Sol Amada este quehacer cotidiano lo hacen hasta en cinco horas. Es que ellas cocinan con bombonas o carbones por fallas en el suministro de gas.
Están así, sin saber por qué, desde hace una semana, aunque esta ausencia se manifiesta de forma intermitente desde hace años, no saben precisar cuántos. Por ejemplo, el señor Jhon Muller, vecino, interrumpe su sueño en la madrugada para tener listo el desayuno y el almuerzo a tiempo, aun cuando depende de la fuerza de las llamas a esas horas.
Otros afectados hicieron a un lado su bombona de gas pequeña y pagaron mil 800 bolívares por otra más grande, y así evitar llenarla cada dos o tres días.
El problema:
La falla de suministro de gas doméstico en Sol Amada, y en 60 por ciento de Maracaibo, responde a trabajos que realiza Petróleos de Venezuela (PDVSA) en el gasoducto colombo-venezolano, de acuerdo con Reyes Ríos, presidente del Servicio Autónomo para el suministro de Gas e Infraestructura (Sagás).
“Esto se debe a la merma de presión enviada por la central petrolera y no por problemas en las estaciones que maneja el municipio. Desde hace un mes, aproximadamente, en la ciudad se minimiza el suministro. La Alcaldía está presta a atender los reportes y denuncias hasta que PDVSA Gas normalice el servicio, aun cuando no es su competencia”.
Quienes deben ingeniárselas para desayunar, almorzar, merendar y cenar son aquellos que residen en las jurisdicciones de Francisco Eugenio Bustamante, Manuel Dagnino, Cristo de Aranza y Cacique Mara.
“Ya es tiempo suficiente para que la filial de PDVSA haya completado las labores de mantenimiento. Estas, en un principio, estaban estimadas para 15 días. Todavía persiste el silencio del Gobierno ante esta situación. Exigimos una respuesta y la pronta solución de este problema”.
¿Qué hacer?:
Yolanda Díaz no tiene gas desde el domingo. Al preguntársele por qué, encogió sus hombros y frunció el ceño, en señal de que desconoce la respuesta. Lo mismo pasó con el resto de sus vecinos de las cuatro etapas de la urbanización situada vía al aeropuerto. No compra carbones como Jhon Muller, pero sí debe buscar cómo resolver las tres comidas diarias de su familia.
La interrogante sobre qué hacer frente a la poca o nula presión en las cocinas los acompaña día y noche, cuando ven caer la tarde o cuando van al mercado. Incluso, hasta para hacer sus compras se limitan, prefiriendo alimentos para microondas de fácil cocimiento.
A Jhon Muller algo “le huele mal”, pero teme hacer juicios de valor. “Yo no sé qué pensar. Dicen que alguien están cerrando las llaves del gas. Sin embargo, eso a mí no me consta. Lo que sí me consta es el trabajo que paso para cocinar. Mientras tanto, tendré que comprar arepas por la calle y guardarlas en la nevera”.
Testimonios:
Óscar Villamizar, vecino. “Tengo una semana sin el servicio en mi casa. Al parecer es por algunos trabajos de remoción de tierra que hace el Metro, pero yo no lo creo. Siempre es lo mismo”.
Deini Puche, vecino. “Preferí hacer el gasto de comprar una bombona grande de una sola vez. Me va a durar más el gas y la molestia de estar revisando a cada momento si se está gastando o no desaparecerá”.
Otras denuncias
A los vecinos de las cuatro etapas de la urbanización Altos del Sol Amada, vía al aeropuerto, también los aqueja un bote de agua blancas, la irregularidad en las rutas de aseo urbano y la inseguridad que aumentó por barrios aledaños a la zona. Hacen un llamado a las autoridades para que les presten atención y solucionen los problemas.
Por: NOHANNA MORILLO
Isabel Cristina Morán
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Sábado 06 de octubre de 2012