Las reuniones peligrosas
de Wilmer Ruperti
■ En 2007 Ruperti grabó ilegalmente al periodista José Ramírez, quien pagó 3 años de cárcel.
No es la primera vez que Wilmer Ruperti hace una grabación ilegal. El empresario, quien de trader petrolero, se hizo multimillonario a raíz del paro al montar la flota de transporte de crudo que permitió quebrar la huelga petrolera, tiene antecedentes en su afición por las grabaciones. Uno supone que en sus archivos guarda una amplia “videoteca” con oscuras transacciones.
Este empresario perteneciente a la llamada “boliburguesía” es un hombre de confianza del presidente Hugo Chávez, quien desde sus cadenas suele mandarle saludos y abrazos.
El 12 de junio de 2007 Ruperti convocó al periodista José Rafael Ramírez del diario Reporte a una reunión a fin de lograr un “acercamiento” con ese diario, que a través de varios escritos, no dejaba muy bien parado al empresario revolucionario.
El encuentro fue preparado por su jefe de seguridad, Francisco Rafael Madriz, quien seleccionó un local ubicado en el Centro San Ignacio.
Tras bastidores, su jefe de seguridad había contratado al técnico César Augusto Añez para instalar en la cercanía del local un sofisticado equipo de grabación de audio y video a distancia, con cámaras dispuestas en varios puntos del local para dejar testimonio de lo que allí se conversaría.
En el encuentro el jefe de seguridad sacó a relucir un sobre, que presuntamente contenía 5 mil dólares, que colocó en la mesa y entregó a Ramírez. Al momento de la acción “sorpresivamente” apareció un comando del CICPC que puso preso al periodista quien pagó 3 años de cárcel acusado por extorsión, delito que nunca pudo ser comprobado.
Consultado el abogado José Luis Tamayo, quien defendió al comunicador, señala que en el caso de Juan José Caldera, Ruperti utilizó el mismo sistema, con su jefe de seguridad.
Sostiene el abogado que allí se produjeron tres delitos: el primero por la instalación no autorizada de aparatos para realizar una grabación. El segundo es la grabación arbitraria, clandestina y fraudulenta de comunicaciones. En tercer lugar el forjamiento o alteración del contenido de una grabación, ya que a todas luces la grabación fue editada y alterada.
Hay que destacar que la difusión de este tipo de grabación es ilegal y también contempla penas a quienes la difundan. Todo ello está contemplado en la Ley Especial sobre grabaciones privadas o fraudulentas.
De allí, pues, que el diputado Juan Carlos Caldera está en el derecho de actuar penalmente contra Ruperti y sus ejecutores. Igualmente contra quien difundió el video. Por otra parte, el video es ilegal y, por lo tanto, no puede ser utilizado de ninguna manera como prueba en un proceso judicial contra del diputado Caldera.
Por: FRANCISCO OLIVARES
@folivares10
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EL UNIVERSAL
sábado 15 de septiembre de 2012