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Thursday, November 21, 2024
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FALCON: Refinería de Amuay opera a mitad de su capacidad



Nueve de los tanques de almacenamiento de nafta están deteriorados y cuatro colapsaron.

A un mes de la explosión hay trabas
en almacenaje de naftas

 

Amuay deberá operar a mitad de capacidad por cuatro meses.

Cuadrillas de Pdvsa construyen una pared de zinc rojo que cubre las áreas dañadas por la explosión.

“Al ver el mechurrio quemando su cielo casi lloró”. La estrofa de la canción “Paraguaná” de Alí Primera, casi un himno que se aprende en las escuelas de la región peninsular del estado Falcón, ha pasado a tener un nuevo significado para muchos de los habitantes que rodean la refinería de Amuay y que fueron víctimas de la explosión ocurrida el 25 de agosto.

A casi un mes del accidente, que causó 48 fallecidos y que obligó a Petróleos de Venezuela a paralizar las operaciones del principal centro de refinación del país y segundo en el mundo, cuadrillas de la petrolera laboran con celeridad para concluir una pared de zinc de un poco más de 2 metros color rojo. Con esa estructura pretenden cubrir el lugar de la explosión, los terrenos de los edificios que fueron derrumbados, los inmuebles que albergaban al destacamento de la Guardia Nacional ­llamado El Campito­ y el área de los 9 tanques de almacenamientos que sufrieron los daños, 4 de ellos totalmente colapsados.

“Parece que no quieren que se vea lo que pasó”, dijo una mujer que trabaja en el aeropuerto Josefa Camejo. La emisora del Circuito Radial Pdvsa ­el dial 105.7 FM de la zona­ repite en intervalos no mayores de 15 minutos testimonios de personas que resultaron afectadas por el accidente, pero que aseguran que el Gobierno y la petrolera subsanaron el problema.

La completa operatividad del centro de refinación, sin embargo, aún no se ha concretado como ofreció la empresa en las primeras dos semanas después de ocurrido el accidente. Por el contrario, se mantiene la fase de arranque seguro porque no todas las unidades se han puesto en marcha, y se prevé que la situación se mantenga entre tres y cuatro meses, según los operarios de la instalación.

“El flexicoquer está operativo pero las unidades de alquilación y de coquificación retardada continúan paralizadas. No operan todas las unidades de destilación y hay limitaciones para almacenar la nafta catalítica por el daño en los tanques”, expresó un técnico de la planta que pidió el anonimato.

Entre las primeras acciones que emprenden los equipos de ingeniería está evaluar la situación de los tanques de almacenamiento que no están en uso, con el fin de rehabilitarlos en la brevedad posible y facilitar el depósito de la nafta, uno de los aditivos necesarios para la elaboración de gasolina. Operarios, no obstante, consideran que estas unidades pueden estar listas antes de enero si se ejecutan sin obstáculos.

Han removido escombros en los terreros de lo que fue la empresa Puramin y en las áreas que albergan las esferas de gases, pero no se pueden ejecutar trabajos en esas instalaciones hasta que concluya el peritaje que hacen los expertos de las compañías internacionales. Adicionalmente continúa la evaluación que realizan organismos como la Fiscalía, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y los jefes de seguridad de Pdvsa.

El más reciente reporte oficial de la empresa sobre el arranque de la refinería lo presentó el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, el 13 de septiembre. Dijo que la planta se mantenía en la fase de arranque seguro y que estaba procesando 330.000 barriles, es decir, 51% de la capacidad de procesamiento.

Esferas chéveres:

Otras infraestructuras que deben permanecer inactivas son las ocho esferas que contienen oleafinas, gases butano y propano, pese a que las evaluaciones técnicas indican que no sufrieron daños. Sin embargo, sí se destruyeron totalmente las conexiones que salen de las instalaciones hacia el corazón de la refinería, y eso impide que puedan estar operativas. Según operarios, tomará entre cuatro y seis meses para que las obras estén en marcha nuevamente.

“Las tuberías están dañadas pero las esferas están chévere.

Ya se les hizo la inspección y no tuvieron daños”, dijo el ingeniero Jesús Luongo, director de refinación de Pdvsa, hace dos semanas cuando se refirió al estado de las instalaciones.

Los trabajos para colocar las tuberías no se han podido iniciar debido a que aún están haciendo la limpieza y remoción de escombros que están junto a las esferas. También se espera que concluyan las inspecciones a cargo de las compañías de seguros y de los organismos de seguridad.

Los técnicos que han revisado el área dijeron que se trata de una de las más delicadas porque estas infraestructuras operan con elevados niveles de presión y contienen materiales altamente inflamables que exigen un cuidado integral. A eso se suma que aún deben hacerse las contrataciones no sólo para las tuberías que deben instalarse, sino también para los nuevos sistemas de detección y control de incendios, medidores que también fueron arrasados por la explosión y el incendio.

Conexión Cardón:

La refinería de Cardón, junto con la de Amuay, forma parte del Centro de Refinación de Paraguaná. Luego de que se hizo la conexión entre ambas plantas en los años noventa, mediante los poliductos que facilitan el transporte de productos y aditivos, se permitió el soporte entre las dos infraestructuras.

“Cardón es la mitad de Amuay y actualmente no opera a su plena capacidad porque le están haciendo mantenimiento a la unidad de lubricantes, que por cierto se está haciendo con retraso”, señaló el dirigente sindical Iván Freites, que labora en la planta. “En algunas zonas de Cardón también se presenta el problema que vemos en Amuay por la cercanía de viviendas y comercios”, agregó.

Los apagones obligan a los habitantes del pueblo de Amuay a irse a la costa debido al calor.

No hay aire en el pueblo de los vientos:

“Antes de la explosión no había luz”

El nombre de Amuay que lleva la refinería se lo debe al pueblo que tiene al frente, sólo separado por una bahía.

Es una palabra de la lengua de los indios caquetíos que significa región de los vientos. Desde la capilla donde se venera a la Virgen del Valle, que también es patrona de los pescadores paraguaneros, se observa que está entre tres polos energéticos: a la derecha la refinería, a la izquierda el parque eólico de Paraguaná, cuya primera fase se prometió para estar en marcha justamente para este mes de septiembre. Entre ambos se ve parte de la infraestructura de la planta térmica Josefa Camejo. Al pueblo, sin embargo, de nada le sirven estas instalaciones porque lo usual es quedarse sin luz entre tres y cuatro horas al día.

“Antes de la explosión no había luz y eso es a cada rato. A veces en la tarde, otras veces en la noche”, contó Joselín García. “Aquí nadie viene, ni siquiera el día de la explosión y hubo casas que sufrieron daños; y cuando llueve se nos inundan las casas”, agregó.

Las calles que son transversales a la vía principal de Amuay carecen de drenajes y están llenas de huecos. “Aquí sabemos que cuando hay calma en el mar no vamos a tener luz”, dijo Freddy Díaz, uno de los pescadores de Amuay. Justamente la falta de viento dispara el pico de consumo por el uso de aires acondicionados y ventiladores. “Si el viento hubiera soplado el día de la explosión a lo mejor ni estaríamos relatando lo que paso”, expresó.

Paradójicamente Amuay es presentada por la Alcaldía de Los Taques, a la cual está adscrita como parroquia, como uno de los principales sitios turísticos del municipio pero sin la suficiente infraestructura, salvo por el emprendimiento de algunos comerciantes en la playa de Amuaicito.


Por: ANDRÉS ROJAS JIMÉNEZ
arojas@el-nacional.com
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