Solo faltan tres fines de semana
para el arribo del día “fatal”
Es evidente que “El Candidato” está sumamente preocupado y alterado, las encuestas no le dan, su tendencia en las mismas es obvia, va en caída libre, cuesta abajo en la rodada como diría el tango, mientras, por el contrario, su adversario sube como la espuma.
El candidato luce agotado, nada le funciona, sus asesores de campaña parecieran estar trabajando para el rival, ni los insultos ni el Imperio, ni la guerra sucia le sirven de algo, todo lo que intenta se le revierte. El Candidato está desconcertado, las multitudes que antaño lo idolatraban, ahora en el mejor de los casos lo ignoran y en el peor lo dejan solo en medio de sus peroratas. Pero el candidato también observa, atónito, como se le volteó el Santo, de nada valieron los gallos decapitados, los babalaos cubanos, los rituales de los Santeros, la profanación de los restos del LIBERTADOR, las misas negras, o los insultos a la Iglesia, nada sirvió de nada.
En esta etapa crucial, todo se le desmorona, le explotan las refinerías, el hampa mata más inocentes que nunca, los puentes se caen, las Iguanas acaban con el sistema eléctrico, el agua de beber en las ciudades completamente contaminada, la red de mercados desabastecida, la inflación a galope tendido, un ex magistrado del régimen, un subordinado, lo acusa de violador de derechos humanos, el pueblo pierde el miedo, los mítines del rival son cada vez más numerosas y los pocos que sus menguadas fuerzas le permiten hacer, mas áridos y solitarios que nunca.
Y el candidato moquea y llora
Pero no moquea por la tragedia en la que ha hundido a su patria, no lo hace por los asesinados que día a día nos obsequia el hampa, ni siquiera por los quemados y muertos culpa de la negligencia criminal de su régimen, tampoco llora por la suerte que, al abandonarlos, le espera a los corruptos que se cobijaron bajo sus desplumadas alas de zamuro carroñero, durante su nefasto régimen; pero mucho menos llora por la suerte que correrán los venezolanos en el futuro inmediato, mientras se reconstruye la pobre Venezuela, especie de esqueleto desnutrido, que dejará como su particular y maldita herencia.
Y el candidato moquea y llora
Pero lo hace por él mismo, porque se siente enfermo, ve como sus fuerzas se debilitan día a día, observa como su rostro se transforma en un espejo defectuoso de Dorian Gray, que refleja un rostro enfermizo, deforme, regordete, grotesco, donde solo se notan las huellas que dejaron su maldad, su hipocresía y su carencia de escrúpulos.
Y el candidato moquea y llora
Y lo hace porque se da cuenta que jamás podrá completar el reinado hereditario que creó su fantasía, moquea añorando una feliz niñez, inexistente por demás, creada por su calenturienta imaginación, llora porque sabe que no podrá volver a esa infancia imaginaria, porque sabe que su maldad le ha vedado, para siempre, vagar libremente por los espacios libres de la noble tierra venezolana.
Llora, moquea y lamenta
Porque intuye, lo sabe, pero no lo quiere aceptar, que su tiempo se acabó, que es un hombre enfermo, que ya no puede ni caminar, que a su alrededor solo están zamuros en busca de los pútridos retazos que aun puedan tragar, lo sabe, coño lo sabe y por ello no solo se maldice, también
El candidato llora y moquea, moquea y llora y…
Ojala que termine de despertar a la realidad, que el día después haga lo que tiene que hacer y se dedique a arreglar sus cuentas espirituales y terrenales, porque de lo que sí sabe, de lo que no tiene dudas, de lo que está seguro es que:
Si lo pela el chingo, lo agarra el sin nariz
Por: Elduendequecamina
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Miercoles Septiembre 19, de 2012
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Esta paginsa es pura basura.