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LUIS ALFREDO RAPOZO: Tarde de perros



En esa tarde de Septiembre…

 

El diputado Caldera entró al hemiciclo con su rostro pálido como si tuviera paludismo y fue “derechito” a sentarse en su curul para enfrentar la jauría comunista, que botaba baba por la boca y le lanzaba miradas cargadas de rabia como si tuviesen hambre o ganas de caerle encima para “devorarlo a mordisco limpio” cual fiera sobre un enorme pavo en un corral, sin posibilidad de escapatoria.

Medio país estaba pendiente de la sesión en la Asamblea y los diputados lo sabían. Era indiscutible, que el parlamentarismo prometía un escenario de confrontación igual a una pelea de box con nuestro Betulio González en el ring, dando y recibiendo golpes, frente a la mirada de un narrador desesperado y exagerado en sus comentarios: se discutiría la donación de efectivo para la campaña electoral, en forma ilegal al diputado, quien había sido grabado en video, cogiendo el dinerillo.

Yo me arreglé la corbata y me dispuse a ver en primera fila el espectáculo, entendiendo que era un acontecimiento especial y gracias a una amiga funcionaria de la Asamblea, pude entrar y ver semejante aquelarre.

-“Los chavistas han manifestado su angustia real, desarrollando una campaña sucia impresionante en los últimos días” le dije a mi amiga y ella me señaló que “…Un gobierno que pretende reelegirse con un supuesto arrase electoral-según sus encuestas-, no se comporta de esa manera tan burda”.

Cuando se discutía en el parlamento la situación del diputado Caldera con el video que hizo Ruperti, los diputados oficialistas buscaban elementos para atacar al candidato presidencial Capriles y llenarlo de excremento: Una cosa asquerosa, la manera como los diputados rojos se expresaban; allí no había la inteligencia de un Andrés Eloy Blanco, ni la suspicacia de Luís Beltrán Prieto Figueroa, ni el exquisito humor de Miguel Otero Silva, nada de eso. Sinceramente, pensé que a diputado llega cualquier “guelefrito”, sin formación, ni inteligencia, ni decoro. Sin lugar a dudas el nivel de los diputados actuales es mediocre y lo vi en primera fila -como dije-.

No dudo que los diputados de oposición debieron hacer un esfuerzo para no salir corriendo del hemiciclo, ante semejante desmadre, entonces pensé que ellos están acostumbrados a esa fetidez. Yo simplemente me tapaba la nariz con un pañuelo perfumado, que me dio mi hijo, especialmente para la ocasión, cosa que le agradecí en un mensaje de texto.

“La dinámica de la campaña de Capriles ha venido ganando terreno en forma continua” le dije a mi amiga y ella me dijo “…Mientras el gobierno parece irse a bajo y sigue presionando a la población ofreciendo viviendas a futuro si ganan; prometiendo cargos, asustando a la gente que serán botados si gana Capriles, etc., etc.: es un chantaje permanente que hace la vida pesada al que tiene dignidad, pero que debemos ver como se comportan en las elecciones”.

Cuando terminó el punto de discusión con el nombramiento de una comisión permanente de investigación al diputado en desgracia, lo que quedó en el ambiente fue una trinchera electoral donde Primero Justicia, Capriles, Julio Borges y Caldera, por supuesto, habían sido blanco indiscriminado de los insultos desesperados de una bancada que transmitía la angustia de los ladridos ahogados de perros… ante un hombre agonizando.


Por: Luis Alfredo Rapozo
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo

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