“Eso sí, lo reconozco,
tengo un precio…”
Como a mí me encanta hablar y escribir lo que me da la gana (vivo de eso), siempre me ha dado miedo pensar que algún autoritario me diga lo que debo hablar o escribir. Bueno, eso de mandarme a callar ya lo han intentado intelectuales reaccionarios de izquierda que afortunadamente no pasan de recordarme que pertenezco a una familia revolucionaria y que, como tal, debo seguir la línea del partido familiar. Lo que ellos no saben es que, justamente, fue en mi casa donde desde niño escuché que era malo que un militar llegara al poder. Esto no significa que a mí no me guste Chávez. No. Lo que quiero decir es que tengo un trauma infantil que me impide querer a un militar en el poder… yo quiero quererlo, pero necesito terapia o algo de billete.
Chávez me da miedo, y como quiero seguir escribiendo y hablando todas las pendejadas inútiles y absurdas que me provocan, hoy, a 20 días de las elecciones, quiero retractarme públicamente de todo lo que he dicho o escrito que pueda interpretarse como una crítica a mi comandante.
Sí, lo reconozco, tengo un precio. Es más, me pongo a la orden para crear el primer “Comité pro defensa de la revolución de Vista Alegre”, sector donde vivo.
Lo primero que haré será escribir la lista de los vecinos a quienes yo sé que no les gusta Chávez, incluso revelaré nombres de quienes son adecos y copeyanos.
Poseo información sobre vecinos que, a pesar de estar conectados a Internet, no apoyan el “Comité pro defensa de la revolución”. Estos vecinos son potencialmente peligrosos. También quiero decir, no sé si esta información pueda ser útil, pero en mi edificio, en el piso 4, vive un señor que se la pasa viendo Globovisión a todo volumen y me consta que lee El Nacional.
De igual forma, y esto lo sé porque lo vi, en el edificio Bolívar del mismo sector, hay una familia que es amiga de Kiko Bautista, Carla Angola y Roland Carreño.
Como muestra de la rectificación de mis ideales políticos y para resarcir en parte el daño que le he ocasionado a mi comandante, quiero confesar que antes yo era amigo de Zapata. ¡Pero eso era antes!, ahora me parecen horribles las caricaturas que hace con doble intención e igualmente reniego de Rayma, Edo, Weil y Pinilla, por el daño que ocasionan con sus horrorosas caricaturas que incitan al odio y a la discriminación racial.
También confieso que me repugna el humor y la escritura de Laureano Márquez, quien es un vendido al imperialismo y no dudo que tenga un sueldo de la CIA.
Ya lo saben, mis nuevos y queridos amigos: yo he hecho acto de contrición y con aflicción y remordimiento me arrepiento de mi pasado pequeñoburgués.
Les advierto a los intelectuales reaccionarios de izquierda que apoyan a mi comandante que se preparen, porque yo sé que no van aguantar, y tarde o temprano van a terminar criticando a este gobierno, como lo hacía yo antes de los 200.000 dólares, pero allí estaré yo, siempre vigilante para denunciarlos y perseguirlos. Todavía están a tiempo de reflexionar. ¡Arrepiéntanse hermanos! Vean bien si su apoyo es sincero, miren que yo ya estoy anotando todos los nombres y leyendo esos artículos bien bonitos que escriben, así como el programa comiquísimo que tienen en el canal 8.
Mi nueva fidelidad está asegurada y advierto a todo el mundo que desde hoy todos mis amigos escritores serán cubanos y sólo escribiré, hablaré y repetiré lo que diga el libreto que dicte mi comandante.
Por: Claudio Nazoa
Política | Opinión
EL NACIONAL
LUNES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2012