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ALBERTO FRANCESCHI: De la oposición “socia” a la insurrecta



A tres semanas escasas
que quedan de campaña

 

No dejaría la menor duda sobre la inmensa necesidad de terminar los días de este régimen piltrafa. Sin embargo es un hecho que demasiados han confiado en que a esta barbaridad histórica del populismo veguero, pueda sustituírsele, usando sus mismas instituciones viciadas, en particular su sistema electoral.

El presidente ganó la partida de hacer jurar a muchos por la transparencia del CNE, brindando su confianza en que no se vulnerará el secreto del voto, ni habrá votación espuria de un registro viciado o se dudará sobre que el resultado será confiable, porque según la matriz de opinión impuesta, nuestros votos estarán vigilados y cuidados, porque esas autoridades se trasmutaron ya en idóneos representantes de la pureza del sufragio, al punto que se les pueda considerar, según firmó la MUD, un árbitro idóneo sino ejemplar.

De manera que si Chávez canta victoria, por la vía de sus acólitos del CNE, hacia la media noche del 7-O, se dará un forcejeo mediático de un par de horas de vigilia nerviosa y el gobierno cosechará lo sembrado todos estos años, sobre que “el arbitro” se pronuncia de forma inapelable. No veo entonces otro escenario distinto al de quedar crucificados, ante la lógica implacable de quienes han confiado ciegamente en que el chavismo estaría siendo obligado a jugar limpio.

Nadie negará que el candidato Capriles hizo un esfuerzo encomiable en acercar con simplicidad y sencillez, apta para las grandes mayorías, un discurso que quiso competir con las ofertas del populismo rojo. Su oferta de otro reparto: más idóneo, menos sectario, abandonando la disparatada regaladera de decenas de miles de millones de dólares a los gobiernos socios políticos de Chávez, pudo haber reunido la mayoría pero nadie lo sabrá, si “el árbitro” resuelve contar a favor de Chávez, teniendo ya ganada por adelantado la sumisión política de todo aquel que haya jurado en favor de la idoneidad de ese órgano, de su tecnología y ya se haya postrado de hinojos, ante su sectarismo sórdido y sus manejos ventajistas llevados hasta la morbosidad.

Hasta aquí hemos llegado, y aquí se agota, este mismo 7 de octubre, un tipo de oposición política que busca denodadamente encajar como socios convenientes con este régimen, a pesar que hasta ahora siguen siendo tratados como leprosos por el gobierno despótico y sometidos al techo bajito que solo les da derecho a administrar un 5 % máximo de los recursos del Petro -Estado despilfarrador.

Que conste que yo no creo en que se produzca aquí, ningún pandemónium, como el que presagia Chávez, para meter miedo y atornillar la sumisión que aspira este 7-O en la noche.

Las encuestadoras con alguna credibilidad ya producen de la adormidera mediática, con sus cifras que dan por descontado el triunfo del “arañero”.

Pero es un hecho que se abrirá una nueva etapa donde, con los aires navideños, se nos venderá la idea que podemos seguir “ganando espacios” entre beisbol, villancicos y gaitas. Y muchos de los que viven de las chambas clientelares y a quienes “algo les gotea” del reparto, harán esfuerzos sobrehumanos para volvernos a entusiasmar con “salvadores” regionales y locales, dado que se frustró el plan de ganar la presidencia y “el salvador supremo”, aunque tramposo al extremo, seguirá alzado con el coroto y dando sus batallas decisivas contra “la pelona” y contra las tempestades sembradas tras estos 14 años de gestión abracadabrante de la economía y de las instituciones al borde de la anarquía y la disolución nacional.

En la etapa que viene, los protagonistas beneficiarios de las “cuotas descentralizadas” mantendrán en sus ilusiones interesadas a muchos, pero mayor será la cantidad de compatriotas que se sumirán transitoriamente en la desesperanza y hasta creyéndose condenados al exilio, o mínimo a la abulia económica, al desarraigo y el ostracismo.

Sería sin embargo una grave equivocación creer que Chávez tiene por delante años de estabilidad de su régimen piltrafa.

Más rápido de lo que muchos piensan empezará a surgir otro tipo de oposición, de gran calibre y contundencia en su acción masiva contra el abuso, determinando que se acabará con la obscena autosuficiencia de la estafa política chavista.

Se darán grandes luchas, desde sectores populares que ya no comerán coba. Oído al tambor desde Guayana, desde la masa de empleados públicos con salarios depauperados, desde las barriadas hundidas en la desesperación de la inseguridad y el desastre de los servicios, desde la juventud frustrada de las universidades chimbas y de las autónomas, masticando su fracaso como generación vapuleada por estos demagogos rojos. Todos ellos asumirán las grandes huelgas políticas, económicas y cívicas. Se pasará la página de la “oposición socia” y comenzará la de la oposición insurrecta. Si ese cambio de etapa, contra todo pronóstico y tradición, comienza el 7-O empezaría la verdadera batalla por imponer la victoria sobre este régimen desahuciado.


Por: Alberto Franceschi
Politica | Opinión
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Viernes 14 de septiembre, del 2012