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Thursday, November 21, 2024
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LUIS ALFREDO RAPOZO: Las Cartas sobre la mesa



Y los tabacos cumaneses también…

 

Honorio Guarata estaba sentado al fondo del cuartito alumbrado tan solo por la luz que daban los cirios y las velas en un inmenso altar repleto de imágenes de santos, que no dejaban de mirarle como si estuviesen pidiendo una oración.

Carlota Guaina entró a paso lento por la habitación tras mover a un lado la cortina floreada y sucia que estaba en medio del pasillo y que hacia las veces de alcabala. Entonces, el señor Honorio le dijo que pasara y se sentara en un banquito pintado de azul, dejando ver sobre la mesita mediana que lo separaba de la mujer, un paquete de cartas españolas con las cuales adivinaba el futuro. “Quiero que me lea un tabaco señor Honorio” dijo Carlota con una voz llena de tranquilidad y sosiego.

-¿A ver, que te trae por aquí, mija? Le replicó el viejito, mientras se levantaba y buscaba su bolsita llena de tabacos cumaneses, que le había mandado el gobernador para que lo checara de vez en cuando, porque se sentía desfavorecido con el líder.

-No vengo para saber del amor, salud, ni de dinero, maestro-le respondió Carlota tratando de despejar la curiosidad del señor Honorio.-¿Y entonces, qué te preocupa, niña? -Quiero saber quién va a ganar las elecciones presidenciales en Octubre, como cuenta la canción de Billo y aspiro una respuesta clara.

-O sea, que no crees en las encuestas que divulga el gobierno…y donde dice que todo el mundo votaría por la revolución -le dijo el viejito-.

-No creo en esas encuestas, Don Honorio. Tengo que decidir con quién me anoto. No puedo perder mi voto por nada del mundo.

-Los rojos me están ofreciendo casa y los azules también. Los rojos me están ofreciendo empleo y los azules también.

-Vamos a prenderle una vela y un tabaco a Don Rómulo Betancourt para que nos diga por dónde van los tiros-le dijo el viejito-.

-No maestro, porque la respuesta puede estar manipulada por ese difunto, quien era más astuto que zorro cazando gallinas.

-¿Y si le ofrecemos un tabaco con su velita, al Che Guevara?

-“Vade retro”, ese es peor de travieso y no confío en su respuesta.

-A caramba mija, me la pones difícil para darte consulta-opinó Don Honorio con una voz de pesar-. Me parece que debes buscar la respuesta tu misma; decidir lo que quieres para el país, es una cuestión de valores y no de quien te va a dar un coroto o un negocio.

-¿Y la casita y el trabajo, dónde queda, maestro?-preguntaba Carlota-.

-Eso no importa mija, si lo que se quiere es mirar hacia el siglo XXI y no depender de un caudillismo. Yo creo que las cartas están echadas, decide sin dudar en lo absoluto, con vergüenza y sabiduría. Carlota se quedó mirando los ojos grises del viejo Honorio, tratando de conseguir una respuesta al acertijo y dijo:

-Bueno, de todas maneras fume el tabaco para ver qué dice.

-¿A quien se lo encomiendo, mija?-preguntó nuevamente el viejo Honorio-

-A Don Rómulo Betancourt, maestro- dijo Carlota-, ese era venezolano con sus defectos y aciertos, y no creo que me engañe, aunque la casita y el empleo se la pienso pedir a los dos bandos, corriendo el riesgo de quedarme sin el chivo y sin el mecate.


Por: Luis Alfredo Rapozo
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo

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