Artillería de Oficio
Capriles cogió calle. Hasta en los pueblos más recónditos la gente sale espontáneamente a escucharlo. Capriles encarna la esperanza del cambio, la reconstrucción del país y de las instituciones destruidas en un afán loco de imponer el socialismo, que sólo ha dejado muerte, impunidad y desolación. Los más pobres aspiran a mejorar su calidad de vida, con un trabajo digno y, sobre todo, anhelan vivir en paz, que se ponga fin a la impunidad y la incompetencia.
Desean un país sin divisiones ni excluidos, donde los servicios básicos funcionen y no el infierno de caos y terrorismo de Estado que ha sembrado de miedo los hogares venezolanos.
Le quieren poner un detente al odio promovido desde la más alta magistratura, el fin a las importaciones de alimentos que enriquecen a la burocracia y arruinan a nuestros productores. Que sancionen a los responsables de la corrupción, el narcotráfico y la violación de los derechos humanos. Que se detenga la entrega de nuestra soberanía y recursos a Cuba. No quieren ninguna revolución comunista, quieren democracia, productividad, prosperidad, oportunidad para los emprendedores. Fin a las expropiaciones hambreadoras. Por eso, los venezolanos salen a recibir a Capriles, porque representa lo contrario de Chávez.
Las diferentes campañas presidenciales nos enseñaron que el dueño de la calle siempre gana. Quieren evitarlo con sus grupos de malandros armados, que son repudiados por toda la sociedad. Por eso, el 7 de octubre actuará el voto castigo. Eso lo saben en Cuba, desde donde andan enviando emisarios para entenderse con el gobierno de Capriles.
Tic tac CCS-La Habana. El presidente Chávez viaja a Cuba con mucha regularidad. Según fuentes militares “se va en la tardecita y regresa en la madrugada”. Aprovecha las negociaciones de paz con la FARC en las que participa activamente para hacerse chequeos médicos. En La Habana se enteró de la explosión en Paraguaná y le dio un ataque que ameritó sedación, cuando se tranquilizó regresó a Venezuela. Más calmado hizo acto de aparición en el sitio de los trágicos acontecimientos.
Cubanos muertos en Amuay.
Fuentes de inteligencia aseguran que las cifras de fallecidos en Amuay son más que las reconocidas oficialmente. El Gobierno no ha informado sobre los 24 funcionarios cubanos, técnicos que coordinaban los envíos petroleros a Cuba y agentes del G2 en funciones de seguridad e inteligencia que también murieron en la tragedia de Amuay. Los 7 cubanos gravemente heridos fueron trasladados a Cuba. En el acto post mórtem de los guardias nacionales fallecidos, donde estuvo el ex embajador cubano Germán Sánchez Otero, no se informó sobre los fallecidos y heridos cubanos. Se calcula que hay 600 funcionarios cubanos en la industria petrolera, entre Pdvsa y las distintas refinerías, donde hay aproximadamente entre 40 y 60 en cada una.
Falta poco. Mañana saldrá a la luz pública la confesión del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, notariada y apostillada por la Cancillería de Costa Rica, sobre el caso de los comisarios y policías metropolitanos condenados por el 11 de abril. El abogado Carlos Ramírez López dará a conocer en Miami el contenido de la carta dirigida a los comisarios, en la que confiesa que, después de recibir instrucciones directas del presidente Chávez, ordenó a fiscales y jueces que condenaran, aun sin pruebas, a los comisarios y policías metropolitanos. En la carta Aponte Aponte dice: “No pretendo ser librado de responsabilidades por eso que hice, ya que nada lo justifica, sólo quiero confesar para descansar un poco mi conciencia, ya que ahora estoy sintiendo en carne propia lo que se siente al ser perseguido”. Tic tac.
Por: MARIANELLA SALAZAR
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