“La volubilidad del obcecado
comandante barinés…”
La naturaleza del candidato-presidente socialista comunista no cambia: la doble moral, el desprecio infinito hacia las autoridades y a las instituciones y la idea, que sólo él posee la verdad absoluta, han sido una constante en su vida. Ello no sería importante, si no estuviera obsesionado con ser -otra vez-“presidente Legítimo” de Venezuela La biografía de quien se autonombra como una persona con tres principios fundamentales -no mentir, no traicionar y no robar- además de presumir su incorruptibilidad, no deja más remedio que pensar “Dime de que presumes… y te diré de qué careces”.
A lo largo de su vida pública, el “teniente coronel” ha faltado a lo más elemental de la ética política: carece del sentido de la lealtad, es mentiroso, terco y contumaz. De su proclividad a la traición pueden atestiguar quienes lo impulsaron y lo protegieron en el pasado: como Luis Miquilena, García Ponce, Edmundo Chirinos, Luis Fuenmayor Toro, Ismael García, El Gato Briceño, Henry Falcón y hasta su ex “Marisabel Rodríguez”, son algunas de las víctimas de la volubilidad del obcecado comandante barinés.
A treinta días de las elecciones presidenciales, no asombra que el teniente coronel muestre una vez más a su instinto de faltar a la verdad: rechaza todas las encuestas que no le favorecen y porque “de acuerdo con su personal encuesta” él encabeza la preferencia del voto. Con su acostumbrado cinismo, y su eterna mitomanía, insiste ante sus seguidores que, según “sus números, está adelante en la campaña, “voy creciendo y el Majunche va en picada”. Con esa repetitiva declaración sarcástica y burlona, se percibe que el teniente coronel vive en un mundo de fantasía, en el que descalifica a instituciones y personas -en especial a la MUD, A Alianza Popular, Hay un camino y a todos los partidos tradicionales y nuevos que se han sumado al camino del Progreso y – que se atreven a tener una visión contraria a la suya. Por algo es el “Mesías” de Sabaneta y de Venezuela.
En sus poquísimos recorridos por el territorio nacional subido en una carroza como si fuera carnaval rodeado de los genuflexos ministros del Gabinete, proclama anticipadamente su triunfo por varios puntos de ventaja sobre su adversario Henrique Capriles Radonski -declaración muy similar a la de todas las campañas del PSUV- que pronostican, desde ahora, que las hordas rojas-rojitas repetirán las acciones de “resistencia civil pacífica” de todas las elecciones. A todos sus seguidores, el teniente coronel les hace creer, que “ya tiene la victoria electoral en el morral”, y las autoridades deben reconocer su “triunfo”; ante una posible derrota, de alguna manera anticipa las reacciones de sus seguidores que convertirán las principales calles y avenidas de la Ciudades venezolanas en campamentos para el cultivo de rencor, pero ahora acompañados de violencia en rechazo del supuesto “fraude”. El reclamo de un “triunfo” no conseguido en las urnas, pero con la cantaleta de la existencia que le robaron la elección, sólo existe en la mente del comandante. Será una copia de lo ocurrido en el Referéndum, cuando perdió en aquella pretendida reforma para proclamarse con perpetuidad en el poder.
La actual estrategia del candidato de la llamada “izquierda socialista-comunista”, es la de adelantar su “triunfo” y ante una nueva frustración, desconocerá el resultado oficial y repetirá la consigna “voto por voto “. Volverá a “mandar al diablo” a la MUD y a todas las empresas que hacen encuestas, para asumirse “despojado de la Presidencia de Venezuela”. El teniente coronel se considera un ser dotado de poderes transformadores, es un “iluminado”, casi puede repetir la consigna bíblica “yo soy el camino, la verdad y la vida”, quien además sabe como “salvar al pueblo, como serenar a la nación con abrazos no con balaceras”. Convertirá a la nación en un edén, como la Cuba de Fidel Castro. El actual “candidato-presidente”, dice tener la fórmula mágica para conducir a la nación hacia un mundo de felicidad, lo que no hizo en 14 años de gestión.
Su insania es de clínica; promete utopías que ofrece y promete pero no ha cumplido, ni cumple, ni cumplirá. Todo un caso de análisis mental. En suma, si no “gana” la elección presidencial del próximo 7 de octubre, el comandante quizás acepte la derrota u organice un conflicto con sus seguidores en contra del nuevo gobierno, no obstante que se ha comprometido a firmar un pacto de civilidad, del que -como es su costumbre- no hará mucho caso.
¿El ex amoroso de los humildes y besa viejitas y niños en las cadenas, cumplirá su amenaza de exacerbar su “revolución socialista-comunista”? ¿Quién podrá contener a las hordas del teniente coronel, que han sido azuzadas desde hace casi 14 años? ¿Seguirá la campaña de odio y de insultos por las redes sociales a quienes no simpatizan con el comandante? Los “intelectuales” incondicionales del teniente coronel, ¿buscarán artimañas legales para tratar de anular las elecciones presidenciales? ¿Derivará en violencia lo anunciado en un escenario de crisis post electoral? La mano que mece la cuna ¿es la de Diosdado Cabello, o la de Elías Jagua o la de Nicolás Maduro? Esperemos el 8 de Octubre donde derrotaremos con votos al sátrapa y enrumbados al camino del PROGRESO.
Amanecerá y veremos.
¡Hay un camino..! Henrique Capriles Radonski para las próximas elecciones de Venezuela 2012.
Por: Zenair Brito Caballero
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