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Edit.TalCual: “Chávez tiene miedo”

El golpista sabe que alguien
le va a dar un “cachetón”

 

Abogada, ex senadora, exdirigente de AD y una de quienes le pidieron en 1998 la renuncia a Alfaro Ucero como candidato presidencial, Paulina Gamus dice que su libro Permítanme contarles es la necesidad de echar el otro cuento de la cuarta república. Confiesa que le molesta la frase “éramos felices y no lo sabíamos” y de seguida se pregunta “¿por qué entonces apareció Chávez”. De una cosa parece estar segura: que no hay nada superior a la democracia “porque permite que a los malos gobernantes se les eche con los votos”

–Después de un inexplicable silencio, usted se aparece con un libro para echarnos cuentos de la cuarta república ¿Es el retorno de Paulina Gamus a la política?

–No, en lo absoluto. Yo me retiré del CEN de AD por decisión propia en el 2000, con una carta al partido muy clara. Partí del principio de que cometimos errores y eso no lo vieron los otros compañeros. En otros países cuando se cometen errores, la cúpula renuncia. Todos los adecos deberíamos haber hecho una reflexión sobre lo sucedido: del paro petrolero o del arribo de Chávez al poder. Eran temas para discutir y en el CEN nunca se discutió nada. Además, la gente debe saber cuándo debe retirarse. Ya hasta estaba fastidiada de escucharme decir las mismas cosas.

–En su libro, Permítanme contarles, lanza algunas críticas, a veces feroces, contra el período en el cual usted misma formó parte del tinglado ¿Es un acto de constricción?

–Creo que conté mi verdad. Fue un grave error lo de Alfaro Ucero. Nos montamos  en esa candidatura, de la cual yo fui la jefa de medios. Pero era una locura. ¿Y qué pasó? Cuando una milita en un partido debe respetar lo acordado, aunque estés en contra. Esa es la democracia. Si la mayoría lo aprueba, ese es el mandato. Pero sabía que cuando lanzamos a Alfaro Ucero era lo peor que habíamos hecho. Hasta participamos en un seminario con un asesor brasileño quien le dijo al Caudillo: “Usted es muy viejo para ser candidato”. Pero eran tiempos confusos. El candidato Chávez amenazaba a los adecos con freírnos las cabezas y desaparecer a AD y Copei. Y cuando vi que Chávez en un mitin sacó un látigo, yo vi a ese hombre transformado en el propio látigo. Yo vi en Chávez lo más oscuro de la democracia.

–El término cuarta república, acuñado por Chávez, se convirtió en una mancha para adecos y copeyanos. ¿Pretende con el libro recoger los vidrios rotos de los malos gobiernos de AD y Copei?

–No pienso recoger los vidrios rotos de nadie, sino reivindicar la política, decirle a la gente que sin partidos políticos no hay democracia. La sociedad no puede organizar ninguna oposición sin los partidos. Claro, la política bien dirigida. Fíjate, en estos momentos si no hubiese habido una Mesa de Unidad con gente respetable, como Ramón Guillermo Aveledo y Teresa Albanes, entre otros, no tendríamos perspectiva de ver a Capriles convertido en el próximo presidente. Porque creo que esa formación democrática que dimana de los partidos ha permitido crear mejor conciencia del país y ver cómo hasta los sindicalistas chavistas protestan cuando se sienten burlados.

–¿Cuántos de esos errores, por pecado u omisión, cometió Paulina Gamus?

–Yo era muy vehemente y siempre me he creído justiciera. Si creo que algo es verdad, de allí nadie me saca. Pero ¿uno de mis errores? fui muy crítica en el segundo gobierno de CAP y lo enfrenté. Contribuí a su pérdida de poder, de su piso político. Quizás hubiese sido menos efusiva en esos cuestionamientos. Pero es que había un divorcio total entre el partido y el gobierno. Los tecnócratas que llevó CAP veían con desprecio a AD y hubo ahí mucho de soberbia. Cuando Pérez nos presenta su gabinete y hace la reunión en el CEN salí de allí desesperada. Vi que esas políticas eran muy drásticas para la población y ellos solo decían  que esos serían unos meses y después todo se normalizaría. Pero una de las cosas que luché fue la Ley de Protección al Deudor Hipotecario, que se aprobó y se salvaron millones de personas de quedarse en la calle. Gracias al empeño de Haydee Castillo y yo.

–¿O sea que con los adecos no se vivía mejor?

–Eso se puede decir como broma. Con lo de la cuarta república no se puede concluir con la frase de que fueron los días en que vivimos felices y no lo sabíamos. Eso me molesta muchísimo. Si hubiésemos sido tan felices no hubiese llegado Chávez. Hoy vivimos en una incertidumbre permanente. Pero sí podemos afirmar que en esos 40 años hubo más respeto, vivíamos realmente en democracia. En esos 40 años no hubiese sucedido nunca lo que le está pasando a la jueza Afiuni y a todos los presos por pensar diferente a Chávez. Porque es él quien los pone preso. Nos descuidamos, no nos dimos cuenta, perdimos la oportunidad cuando ganó Caldera. No hubo autocrítica. Había inflación, deterioro de la clase media. De modo que Chávez llega al poder en medio de casos de corrupción, inseguridad y lo peor: nunca los discutíamos en las reuniones. No quisimos darnos cuenta. Nos pasó como a Luis XVI, cuando la gente tomó La Bastilla y le preguntaron qué hacer, y él respondió: “Pero si no está pasando nada”. Pero, ojo, de esa época a hoy hay una gran diferencia. Lo que estamos viviendo es una semidemocracia que es además semidictadura. Y si Chávez gana, que por fortuna no lo veo posible, sería la destrucción total del país. Yo no comprendo el odio que ha tenido Chávez por Venezuela.

–Chávez no vino de Marte sino que nació en Sabaneta de Barinas y egresó como golpista de la Escuela Militar Pero ¿cuáles fueron los errores graves cometidos por la elite que gobernó el país para que apareciera ese señor que aspira a gobernarnos por 6 años más?

–No sé con exactitud el caso militar, porque ese tema no es mi fuerte. Pero sí recuerdo que muchas veces le dijeron a CAP que había un grupo subversivo en los cuarteles, y él como si nada. Creo que hubo mucha complicidad o indiferencia. Se creía a ciegas en la solidez de la democracia. Los militares de alto rango estaban curados de la enfermedad del golpismo. Por eso quienes dan el golpe son tenientes coroneles, que actuaron como células. Y no funcionó la inteligencia militar. Alejandro Izaguirre, pensó que al acabarse la guerrilla, que nadie conspiraba. El golpe civil fue que tumbo la democracia.

–Es justo que así como no todo fue un horror en la cuarta república, habrá que reconocer en positivo algunas acciones de este gobierno ¿Cuál sería para usted lo mejor que ha hecho Chávez?

–Lo mejor de Chávez es que maneja muy bien la comunicación. Es un declamador, payaso,  un mago de la atracción mediática. Es el hombre de las mil caras. Se pone flux y corbata cuando está con empresarios. Es sumiso cuando le conviene. Pero insulta a su contrincante de la peor forma. Cuando visita otros países es de lo más cordial, hasta casi se le arrodilló a Obama en aquella cumbre. Pero reconozco que reinstaló la política como factor importante en el venezolano, aunque yo quisiera un país menos polarizado y más amable.

–¿Y lo peor?

–El irrespeto continuo a las personas y la violación permanente de la Constitución, que el mismo dijo que era la mejor del mundo. Posee un espíritu vengativo. Hay un articulo de 2002, de Von Ryner Luken, periodista alemán, que trabaja en el diario alemán Die Zeit, titulado “El Narciso de Caracas”. Entrevistó a muchas personalidades para entender el proceso chavista y quien mejor describió a Chávez fue Edmundo Chirinos, quien dijo: “Chávez se quedó en la pubertad. Él ama el poder más que todo lo demás. Está poseído por él. El poder lo ha vuelto autoritario y totalmente prendado de sí mismo”.

–Venezuela llega a 2012 con un joven dispuesto a enderezar los entuertos que ha dejado esta locura revolucionaria ¿Qué debería hacer Capriles para no cometer los errores de su predecesor?

–Capriles es totalmente diferente a quien nos gobierna. Hay en él una emoción que contagia. Transmite esa necesidad de cambio. No es que los viejos no seamos necesarios, pero hoy no les decimos nada nuevo a los jóvenes. En eso ha caído Chávez y Capriles representa a ese país joven. Por eso digo que la campaña de Capriles es admirable. Recorrer casa por casa, pueblo por pueblo. Tocar a miles y miles de personas que no lo conocen. En mis 75 años nunca había visto un candidato con tanta fuerza. Lo de Capriles es una campaña heroica. Te lo digo como adeca: con eso del casa por casa y pueblo por pueblo, tocando gente, escuchándolos, tomándose un café con ellos, ahí es donde se ganan los votos. Eso era un sello característico de AD que el partido lo perdió. Y eso le está pasando a este gobierno. No se puede gobernar desde una carroza o con cientos de cadenas de radio y TV. El Chávez de hoy tiene miedo porque sabe que alguien le va a dar un cachetón. Y ahora que está enfermo más miedo tendrá. Yo digo que la diferencia es abismal. Es el futuro contra un pasado ineficiente e insultante. 


Por: ELIZABETH ARAUJO