¿Usted conoce alguna persona que no
haya sido víctima de delito?
■ El veterano Rafael Ramírez a lo mejor se anima a salir del closet y se atreva a concursar.
■ El Gobierno está estudiando crear un nuevo ministerio a cargo de Osmel Souza encargado de organizar el concurso Miss Venezuela todos los fines de semana. Es probable que la gente se olvide que la están matando.
[U]na de las taras más graves de la sociedad venezolana es esa congénita y generalizada incapacidad de defender nuestros derechos más elementales. En este mundo de vergatarios, no hay sector, actividad, negocio, o proceso en que los vivos no quieran aprovecharse del prójimo.
Ustedes me dirán que eso es así en todas partes del mundo, quizás sea cierto, pero lo que es distinto es esa pasividad enfermiza con la que se acepta el abuso. ¿Acaso hace falta ejemplificar? Veamos el caso más tenebroso. Desde el año 2000 la cifra de crímenes violentos se incrementa año a año.
A pesar del maquillaje ordenado desde el ministerio del “popu” de Interior y Justicia, sin contar la cifra negra de delitos no denunciados, este año 2012 será en el que se “cumpla la meta” de 20.000 homicidios. Como usted lo lee, tenemos cifras que superan los conflictos bélicos actuales en cualquier parte del mundo y un acumulado que ya sobrepasó las 150.000 muertes en los últimos 10 años.
Cualquier asumiría que la guerra civil no reconocida que vive este pequeño gran país latinoamericano degeneraría en el derrumbe de cualquier régimen. Que aquellos que sufren la pérdida de sus seres queridos reaccionarían en busca de vindicta y exigirían, solo para comenzar, la cabeza del ministro responsable de la seguridad. Pero no, la única respuesta es el sistemático via crucis frente a la morgue, sin que a los deudos ni siquiera les garanticen la entrega oportuna de los restos de sus familiares.
Hace poco se desarrolló una campaña contra la violencia en que las madres testimoniaban la muerte de sus hijos con fotos en que sus rostros plenificaban el dolor. Pero lo insólito eran los casos de señoras que habían sufrido la tragedia de dos, tres o más de ellos, familias completas, pagaban el precio de vivir en una zona de alta peligrosidad.
¿Usted conoce alguna persona que no haya sido víctima de delito? A pesar de este drama, el responsable anda campante y parece que perdurara en el cargo mucho tiempo porque se le cayó el proyecto de ser gobernador de algún Estado.
Por qué no referirnos al responsable de la destrucción de la industria petrolera nacional. Como si no existieran suficientes evidencias del paso del huracán Ramírez por Venezuela, ahora la dantesca visión de Amuay se constituye en la marca distintiva de la eficacia destructiva de los depredadores del erario nacional.
¿Cuál fue la reacción? De acuerdo a la versión oficial, la gerencia de la “Nueva PDVSA” ha sido responsable del éxito que implicó la operación de salvamento en un accidente que se produjo por culpa de la “Vieja PDVSA”, el imperio, zamuros, chigüires, rabipelaos y otros miembros de la fauna opositora. Casi que decretan día de fiesta nacional porque el fuego parece que se apagó. Hasta que vuelva a suceder.
Cualquiera concluiría que un evento de tal naturaleza tendría tremendas consecuencias electorales. Que se produciría un antes y un después de la tragedia de Amuay. Pero, al igual que sucedió con la de Vargas en 1999, con una mayor destrucción más consolidación del Establishment. Me decía mi recordado y querido Cardenal Rosalio Castillo Lara: “Depaupera et Impera”; y parece que es verdad, mientras más bajo caemos más se acentúa la dependencia y el peso de las cadenas.
Hasta un comentarista político que se dedica a hacer encuestas concluyó con un hallazgo: Resulta que después de la última y negra semana de agosto el histrión se catapultó en los sondeos de opinión. Cosas veredes, amigos.
Y la gente te pregunta: ¿Qué estás haciendo?, como si la cosa no fuera con ellos. Prefieren quejarse y llorar. Como si el himno nacional cambiara lo de “bravo pueblo” por “pobre y bajo pueblo”; y lo de “el yugo lanzó” por lo de “cadenas gozó”, la “ley del más fuerte, el billete y deshonor”. Frente a este clima de anarquía, nos vemos en la necesidad de buscar desahogos en lugar de soluciones.
Por eso el gobierno está estudiando crear un nuevo ministerio a cargo de Osmel Souza encargado de organizar el concurso Miss Venezuela todos los fines de semana. Es probable que la gente se olvide que la están matando, el veterano Rafael Ramírez se anime a salir del closet y se atreva a concursar.
Por: LUIS CHUMACEIRO
luischumaceiro@yahoo.fr
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sábado 08 de septiembre, 2012
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