La obra de Brillembourg hoy es el
rancho vertical más alto del mundo
■ Los apartamentos improvisados fueron ocupados por 852 familias.
■ En la Torre Confinanzas siguen las batallas para lograr servicios.
■ La Bienal de Venecia reconoció a los habitantes del rascacielos por haber creado una comunidad en una estructura abandonada.
■ El brillante sueño del empresario venezolano David Brillembourg era darle al país un boulevard financiero al estilo Wall Street. El tercer rascacielos más grande de Venezuela fue bautizado con su nombre, “La Torre David”.
A los habitantes de la Torre Confinanzas no les sorprendió que la Bienal de Arquitectura premiara con el León de Oro el proyecto Torre David: Gran Horizonte, realizado por la Oficina Urban Think Tank, integrada por los arquitectos Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner, y sus colaboradores Ivan Baan y Justin McGuirk.
En el edificio recuerdan a los arquitectos como “los alemanes”. Gracias a Facebook recibían fotos en tiempo real de la premiación en Venecia.
“Estuvieron viniendo casi durante dos meses. Vieron cómo funcionaban las bombas de agua, el sistema de aguas negras, recorrieron la cancha.
Eran muy simpáticos y se hicieron amigos nuestros”, dice la mujer que resguarda la entrada.
La Torre Confinanzas la ocuparon casi 2.000 familias el 17 de septiembre de 2007. Empezaron viviendo en carpas en la planta baja y poco a poco fueron recuperando el espacio. El veredicto del jurado los reconoció por haber creado una comunidad a partir de un edificio abandonado e incompleto.
El edificio es una ciudad vertical en la que conviven 852 familias alrededor de 3.000 personas. Detrás de los cristales rotos se esconden talleres de costura, bodegas, barbería, una cancha deportiva, una plaza y una iglesia cristiana.
“Pensamos en los espacios de convivencia de la comunidad”, afirma Danny Henríquez, uno de los coordinadores del edificio. Un fuerte olor a pintura indica que el templo actualmente está en remodelación. “En esto participan los mismos vecinos.
Cada uno de los trabajos que se llevan a cabo en la torre se logra gracias al aporte mensual de 150 bolívares que hace cada familia”, agrega Henríquez.
Con el aporte, la Cooperativa de Viviendas Casiques (sic) de Venezuela paga el sueldo a las cuadrillas que conservan el inmueble: mantenimiento, servicios generales, seguridad y sistema de bombeo.
Gladys Flores, secretaria de la cooperativa, recuerda que cuando ocuparon el edificio los servicios no estaban operativos. Hace dos años legalizaron la electricidad, luego de pagar una multa de 76.026,21 bolívares; el agua llega una vez por semana a cada apartamento después de que instalaron un sistema de bombeo.
“Tenemos un proyecto con Corpoelec para instalar un sistema trifásico; eso nos ayudará a que la bomba no falle y a que el agua pueda llegar con más regularidad”, señaló Flores.
La mayoría de los que llegan a vivir allí lo hacen gracias a algún conocido, pero el número de apartamentos no varía. Flores explica: “Si alguien nuevo entra es porque otra persona se ha ido. El nuevo habitante debe pagar por las bienhechurías”.
Buscando mejorías:
En la torre hay que cumplir normas…
Quien no obedece o tiene mala conducta es expulsado. No se permite la música alta pasada la medianoche, ni consumir alcohol en las escaleras. Si se descubre que el responsable de alguna bodega vende un cigarro a un niño, es amonestado. Tampoco se aceptan los gritos.
La torre A tiene ocupados 28 de los 45 pisos y la torre B de 19 pisos está totalmente habitada.
Los edificios no tienen ascensores:
Una línea de mototaxis cobra 15 bolívares por la carrera hasta el piso 10 que es lo más alto que pueden subir, gracias al estacionamiento.
Tienen un proyecto para mejorar la fachada y cubrir los bloques que se ven desde el exterior. La oficina de arquitectos se comprometió a apoyarlos, si el plan es aprobado. “Ellos pondrán el conocimiento y nosotros la mano de obra”, asegura.
Los ascensores también son prioridad:
“El presidente Chávez dijo que inspeccionarían la torre. Enviamos una carta a la Vicepresidencia el pasado 16 de agosto para que lo hagan. Queremos trabajar de la mano con el Gobierno para resolver nuestros problemas”, señaló Flores.
Réplica a la violencia:
En abril, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas tomaron los edificios de la Torre Confinanzas, con el alegato de que el sitio estaba vinculado con el secuestro del agregado comercial de Costa Rica en Venezuela, Guillermo Cholele.
“Los medios de comunicación dijeron que éramos violentos, que éramos unos delincuentes. A mí en la prensa me trataron hasta de violador, y eso no es así”, sostiene Danny Henríquez, uno de los coordinadores de la torre.
Las ocupantes alegan que allí viven profesionales y estudiantes que no están vinculados a actividades delictivas, y en caso de descubrir que alguien anda en malos pasos es expulsado de laresidencia.
Dicen que la imagen mostrada en los medios les trajo consecuencias: “El pastor de la iglesia fue detenido dos veces. Metieron a gente profesional en problemas”, dice Henríquez.
El de abril fue el segundo incidente que tuvieron con la policía. Meses antes, unos agentes intentaron desalojarlos y hubo un tiroteo que dejó herido a un niño en el piso 15.
Hay un debate abierto sobre el urbanismo informal:
Una decisión que despierta polémica
Urban Think Thank propone reorientar la arquitectura hacia fines más sociales.
Según se lee en la página web del grupo, el punto de partida de su investigación es “el fracaso de la arquitectura para definir el urbanismo informal y sus efectos en la ciudad”.
En el catálogo llevado a la XIII edición de la Bienal de Arquitectura, los autores Alfredo Brillembourg, Hubert Klumpner y Justin McGuirk sostienen que la Torre Confinanzas es “un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres. Con sus magníficos defectos, representa una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre cómo creamos y promovemos las comunidades urbanas”.
Esa definición del proyecto ha originado variadas reacciones en la comunidad de arquitectos, al considerar que promueven y reconocen las invasiones. En el blog http://latorrededavid.
blogspot.com/ se menciona a los arquitectos Ángela Bonadies y Juan José Olavaria, quienes también realizan una investigación que involucra a la Torre Confinanzas, pero con una visión distinta: “Nos centramos en la visualización y discusión de un tema que consideramos no se puede limitar a lo puramente formal o a un discurso exótico sobre la creatividad popular, léase pobreza, en la que además se repiten esquemas verticales de poder y sumisión. Y la distancia ética de la que hablaba Serge Daney: si no podemos hacer algo para mejorar la situación de las personas, enfoquemos el problema para que sea visible y se discuta”.
En el blog publican una carta del arquitecto Jimmy Alcock en la que lamenta que Alfredo Brillembourg “justifique y a la vez promueva internacionalmente las invasiones que están continuamente ejecutándose en Venezuela y llevándola a bienales internacionales”.
Durante la Bienal de Venecia, el colectivo Urban Think Tank generó un debate al reconstruir en los espacios venecianos del Arsenale un restaurante típico venezolano, con venta de arepas y cerveza al son de música de salsa, con materiales pobres y rústicos, reseñó la agencia AFP.
Aquí 10 curiosidades:
■ 1.- Un sueño que promete. El venezolano David Brillembourg pertenecía a un grupo de empresarios que, gracias al boom bursátil de los años 80, había amasado una fortuna impresionante, parte de la cual decidió invertir en un proyecto urbanístico, junto a otros banqueros, que convertiría esa zona central de Caracas en un bulevar financiero al estilo de Wall Street. Él fue llamado el “Rey David” de las finanzas venezolanas y por ello su torre fue bautizada, desde el inicio de su construcción, como “La Torre de David”.
■ 2.- Muere junto con su creador. Su construcción comenzó en 1985 para albergar la sede del Banco Metropolitano y el Grupo Financiero Confinanzas. En el año 1993 el empresario muere y en 1994 Confinanzas quiebra, junto con un numeroso grupo de entidades bancarias que sufrieron las sanciones ejercidas por el gobierno de Rafael Caldera. Ese mismo año se paraliza la construcción de “la torre”, que queda incompleta. El conjunto financiero fue cedido a Fogade y actualmente está titulado a nombre de Corpolago; empresa relacionada del Banco Metropolitano.
■ 3.- Un rascacielos de renombre. Es el tercer rascacielos más alto de Venezuela, las dos más altas son las Torres Gemelas de Parque Central. También es el octavo rascacielos más alto de América Latina. Tiene 46 pisos y 190m de altura, en una superficie de construcción de 121.741,00 m². El complejo está formado por 6 edificaciones, Atrio Comercial (lobby y salas de reuniones), la Torre A de 190 metros de altura que incluye un helipuerto, Torre B – Aparthotel, Edificio K, Edificio Z y el Edificio de Estacionamiento de tipo hummy (rampa) con 14 niveles. Está concluido en un 70%, a excepción de la Torre A que pudo haber sido terminada antes de la intervención del Banco Metropolitano.
■ 4.- Monumento roído. A partir del año 2000 la torre abandonada empezó a ser saqueada: le arrancaron buena parte de los vidrios para obtener el marco metálico que podía ser vendido y reciclado. La torre se deterioró ante la mirada, bastante apática, de la población de Caracas, excepto por la de los vecinos de la zona, que sufrían en directo los problemas que generaba la gigante y olvidada construcción. Lo que prometía ser un proyecto modernizador que impulsaría el precio de los terrenos y casas de la zona circundante (el barrio Sarría, por ejemplo, poblado por gente de bajos recursos) se convirtió en un problema más, empinado e inabarcable. La torre devino ruina contemporánea en una década. El ruido de los vidrios de las fachadas al caer se recuerda en la zona como un bombardeo, la evidencia sonora de una guerra económica por la supervivencia que se pretendía silenciar desde las instancias del poder.
■ 5.- El rancho vertical más grande del mundo. El Gobierno bolivariano mismo tomó la Torre David o Confinanzas, para ofrecerla como refugio a los damnificados por las lluvias. En el año 2007 una serie de familias e individuos, se dispusieron a invadir la torre y construir dentro de ella sus casas. En la actualidad los invasores se amparan bajo la figura de la cooperativa habitacional “Casiques de Venezuela”. Así, con “s”. El resultado: en 2012 las instalaciones se transformaron en el rancho vertical más grande del mundo. En la estructura de 46 pisos habitan unas 3.500 personas aproximadamente. Ahora esta edificación, alberga a unas 800 familias. El lugar es el escenario de robos, abuso de drogas ilícitas y asesinatos.
■ 6.- Se armó un limpio. El pasado 11 de abril, el diario Últimas Noticias publicó la denuncia de una residente del lugar. La mujer indicó que en la torre se mueve un “negocio millonario”. “Te venden una ‘pieza’ (habitación) por 8 mil bolos y te ayudan a encontrar el financiamiento si no tienes el billete”, declaró. Añadió que, “el condominio cuesta 150 mensuales. Como no hay ascensores, implementaron una línea de mototaxis que te lleva al piso donde está tu pieza por 10 bolívares”. Otro vecino relató que, “allí hay de todo. Hay gente buena, pero también mucho malvado, prostitución, grupos armados y delincuentes que operan bajo el amparo de poderosos”.
■ 7.- Al estilo de Hollywood. El 9 de abril de 2012, la Policía Nacional, Guardia y el Comando Nacional Contra Extorsión y Secuestro realizaron allanamientos en la Torre. Al parecer, el funcionario de la Embajada de Costa Rica en Caracas, Guillermo Cholele, estaba secuestrado en el piso 6. Una llamada realizada a los familiares del secuestrado habría salido de ese edificio. Al estilo de Hollywood, hicieron sobrevuelos alrededor de la torre y la PN recorrió cada uno de los 46 pisos.
■ 8.- Quien no te conozca que te compre. Han pasado 7 años desde que se decidió subastar el conjunto financiero. Sin embargo, ninguno de los organismos competentes ha procurado por el uso del complejo, puesto que se encuentra invadido y en grave estado de deterioro e inseguridad.
■ 9.- Premio a la anarquía. La “mala fama” de ese espacio poblado por invasores inspiró a Alfredo Brillembourg y a Hubert Klumpner del estudio Urban-Think para escribir un libro. Bajo el título Torre David: Gran horizonte la pieza literaria se presentó en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia y el jurado la premió ayer con el León de Oro de la muestra Territorios comunes. “La Torre David es un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres”. Entretanto, las críticas llovieron y hasta la comisaria del pabellón de Venezuela, Andreina Agustí, habló de este proyecto. “Es un planteamiento interesante, pero deforma la realidad, porque es una visión reduccionista”, comentó.
■ 10.- Reflexiones. De alguna manera “la torre de David” es un ícono que representa los últimos 30 años de Venezuela: de la promesa modernizadora desde el capital, a la promesa revolucionaria desde el Estado. También, extendiendo el concepto, la torre es la imagen de nuestro proyecto moderno, que estalla en el contraste de situaciones pre y post modernas. Es un relato que vulnera los límites entre ficción y realidad y entre significados tan básicos como amparo-desamparo, seguridad-inseguridad, pared-cortina, ventana-vacío.
Por: EMILY AVENDAÑO
eavendano@el-nacional.com
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VIERNES 31 DE AGOSTO DE 2012