“Ya no quiero vivir con
ese peligro al lado”
■ Damnificados de Amuay piden que los reubiquen en una zona segura.
■ En Carirubana funcionan dos refugios que albergan al menos a cien personas que se quedaron sin casa por la explosión.
■ Damnificados alojados en la base naval, en el Parque Metropolitano y otros refugios quieren saber dónde van a ir y advierten que no aceptarán volver a vivir “con el peligro”.
Yani Martínez, de 29 años de edad, dijo que no ha dormido desde que lo despertó la explosión en el Centro de Refinación de Paraguaná el sábado.
Con los ojos rojos e hinchados se sentó en la puerta de su vivienda o de lo que quedó de ella para mirar las llamas que ardieron en los tanques del complejo petrolero hasta ayer en la madrugada.
Su casa, en el sector Alí Primera, en la que residía con sus dos hijos de 3 y 4 años de edad y su esposa, quedó sin paredes y sin techo. Una muñeca de pelo rubio se veía bajo un trozo de asbesto.
Unas 520 viviendas cercanas al Centro de Refinación de Paraguaná sufrieron daños por la explosión, de acuerdo a la Gob. Stella Lugo.
“Con el impacto, nuestro colchón cayó encima del de ellos.
Estaba aturdido y como pude los saqué de ahí abajo y corrí”, dijo Martínez.
Su familia fue una de las primeras que llegó al refugio en la base naval Juan Crisóstomo Falcón. Hace guardia en su casa, aunque la pared que sostenía la puerta también está cediendo. “Mandé a los niños y a mi mujer para allá porque esto es un peligro. Pero yo no me voy porque tengo que cuidar lo poco que me queda aquí o me lo roban. Ha habido saqueos”, señaló.
Por medidas de seguridad, en el refugio de la base naval sólo se pueden hacer visitas a los refugiados los fines de semana.
Cada una de las 37 familias que pernoctan allí tiene un número. La familia Martínez es la número dos. “Nos han atendido bien. Dormimos en litera y cada uno tiene un casillero.
Nos dicen que nos van a dar respuestas, pero no nos han informado qué va a pasar con nosotros, si nos van a dar una casa”, dijo Michelle de Martínez, que preferiría no volver al sector Alí Primera, que está cerca de la refinería.
Piden respuestas:
En el Parque Metropolitano funciona otro refugio del municipio Carirubana con 43 personas, entre ellas 11 niños.
Antonio Atacho, vecino del sector Alí Primera, ahora está damnificado. Señaló que su casa era inhabitable antes de la tragedia. “Le habíamos pedido a la alcaldía que nos ayudara porque tenía las paredes rajadas, no tenía tuberías de aguas negras y el pozo séptico estaba rebosado. La gobernación me la había cedido, pero yo no tengo papeles de esa propiedad”, comentó.
La explosión del sábado dejó en el piso la casa donde vivía con sus seis hijos: “Nos están atendiendo, pero queremos que nos informen a cuáles casas nos van a mandar. El paredón de la refinería quedaba frente a mi casa. Yo no quiero vivir con ese peligro al lado”.
Marelys Díaz, que vivía en Creolandia, dijo que la mayoría de los refugiados vivía alquilado y ahora se acentúa su problema de vivienda. “Queremos que nos reubiquen, que venga algún dirigente y nos diga qué vamos a hacer.
Pese a lo que hemos sufrido, han pasado cuatro días y nos estamos organizando con voceros para canalizar las ayudas. Necesitamos que nos den una respuesta y que nos ubiquen lejos de la refinería”, señaló.
No querían irse del barrio donde nacieron:
Pdvsa quiso despejar cercanías de refinería
Gladys Martínez fue a visitar la casa de su mamá, en la que nació hace 55 años, en el sector La Pastora, cercano al Centro de Refinación de Paraguaná. Ahora no tiene techo, ventanas ni puertas pues la onda expansiva de la explosión del sábado se los llevó. Aunque estaban conscientes del peligro que representaba estar tan cerca de la instalación petrolera, no creyeron que podían sufrir una tragedia de este tipo. Un miembro de la familia sufrió lesiones, pero todos están a salvo. “Los conocidos que trabajan en Pdvsa siempre nos han pasado informaciones sobre sonidos u olores extraños, siempre estábamos pendientes”, dijo.
Relató que desde hace ocho años habían recibido visitas de cuerpos técnicos que le sugerían que debían desalojar las cercanías del complejo refinador, que no era recomendable vivir tan cerca.
“Nos hicieron una encuesta a ver si queríamos vivir en otro lado, hacia unos townhouses que están construyendo porque ellos querían tener esto despejado, pero la gente no quería salir de aquí. ¿Cómo salir de acá si desde hace tantas décadas permitieron que esta comunidad se asentara?”, se preguntó. Fuentes de la Alcaldía de Carirubana, en Falcón, señalaron que hace 8 meses la Gerencia de Desarrollo Social de Pdvsa creó una red con participación de Gobiernos locales y universidades para evaluar los sectores de la periferia del complejo refinador. “Queríamos censarlos para reubicarlos hacia las urbanizaciones Ciudad Federación o Los Rosales. Esa tarea se estaba haciendo. Alguna gente de La Chinita ya se había ido a las nuevas casas. Iban como 800 personas reubicadas”, señaló un funcionario.
Por: ADRIANA RIVERA
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MIÉRCOLES 29 DE AGOSTO DE 2012