La Virgen del Pilar, fue “su
adorada patrona…”
Me parece interesante hablarles en esta oportunidad del Rey Alfonso XIII, abuelo del actual monarca español: Don Juan Carlos de Borbón. Recientemente, tuve la oportunidad de leer un trabajo de J. Cortés-Cavanillas sobre la vida de este singular mandatario, que nos da una idea clara de este hombre que “nació en un trono”, como llegó a decir Winston Churchil, recordando que su padre (Alfonso XII) había fallecido estando la reina embarazada.
Toda una historia de novela, pero que sin lugar a dudas marcó la primera curiosidad sobre su vida.
Efectivamente, el 17 de mayo de 1886 nace rey y su madre asume la regencia hasta que a lo diez y seis años toma el poder en una etapa de crisis.
El día de su boda sufre un atentado que deja más de 20 muertos y numerosos heridos, saliendo milagrosamente ileso. Luego, lo más interesante -quizás-, es que le correspondió dirigir El Estado entre luchas partidistas, anarquismo violento, huelgas generales, etc. Un periodo difícil en el mundo signado por cambios en proceso, confrontación, guerra mundial y por supuesto una Europa “de cabeza” en términos militares y políticos que caracterizaron su periodo de gobierno.
Alfonso XIII reinó en España por cerca de treinta años: desde el momento de su coronación en 1902 hasta 1931 en que se ausenta del país. Dejando grandes ciudades modernas que habían surgido de las vetustas y decimonónicas capitales. Carreteras, teléfonos, universidades y puertos testimoniaban el progreso general. Fábricas y astilleros modernos, fuerzas armadas disciplinadas y una variedad importante de profesionales le daban prestigio al gentilicio español.
Sin embargo la lucha interna dividía al país en dos toletes. Por una parte un sector republicano levantaba la voz de la formación de una sociedad con nuevos valores políticos y por otra parte, se mantenía un sector monárquico que amaba a su rey y planteaba su permanencia. En ningún momento el rey consideró ser el centro de un enfrentamiento sangriento entre españoles, razón por la cual se va del país con destino a Francia inicialmente y luego reside en Italia donde fallece el 28 de febrero de 1941y permanecen sus restos por 39 años, cuando regresan en 1977 después de la muerte del dictador Francisco Franco y de la plena reinstalación de la monarquía con el reinado de su nieto.
Es interesante decir, que Don Alfonso XIII, jamás llegó a generar miedo o terror en su país debido a su ausencia. Al contrario, se fue pensando que la paz cobijaría a los españoles, evitando enfrentamientos. Lamentablemente, el país devino en una guerra civil que aún no se olvida y que hincha de bochorno el recuerdo.
Pero, según los historiadores y biógrafos la nostalgia en el destierro aceleró su muerte, debido a un dolor espiritual inmensurable, que le llevó a la tumba, en medio de una angustiosa angina y un dolor en el corazón que hacia llorar hasta a la mismísima Virgen del Pilar, su adorada patrona..
Por: Luis Alfredo Rapozo
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo
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