“Desde granadas hasta fusiles..”
■ En otras, hay hasta pista de motos y discotecas.
■ Los presos solo disponen de 12 bolívares para comer todo el día.
El diputado Richard Blanco, fue preso en Yare y hoy habla, sin rabia pero con lástima, de lo que sucede con los 45 mil privados de libertad que existen en todo el país.
Acusa de irresponsable a la ministra Varela por sus declaraciones, con las que asegura está admitiendo que el problema se les fue de las manos. También, denuncia a las autoridades del penal donde ocurrieron los 26 muertos al comenzar la semana. —Hay cobardía y conchupancia, dice tras denunciar que en la cárcel de Yare, hay granadas, fusiles y otras armas.
–¿Qué produjo esa guerra interna en Yare?
-Se produce por tratar de apoderarse de los sectores de los penales, existe una revuelta entre un pabellón, que es el área administrativa, y el sector de los talleres de Yare I, se dispara, lamentablemente o se acciona un arma de fuego y ahí se genera inmediatamente la represión por parte de ambas bandas.
–¿Cómo entran las armas?
-Eso se produce con la cobardía, con la conchupancia entre algunas autoridades del Ministerio Penitenciario conjuntamente con funcionarios de la Guardia Nacional y, por supuesto, con estos llamados “pranes”, que son los que controlan, que tienen el monopolio de la seguridad dentro del recinto penitenciario.
–¿Eso no lo habían desarmado hace poco?
-Bueno, eso dijeron, y tristemente ahí están los resultados. Nosotros lamentablemente venimos observando que esta situación que ocurrió en Yare I, viene ocurriendo también en diferentes cárceles de Venezuela y esto se va a expandir –y no me tilden ahora de que estoy generando algún tipo de zozobra en la población penal o en Venezuela—esto se va a extender, lo alertamos hace un año, lo seguimos manifestando, la población penal ha sido vilmente engañada por las políticas públicas de este gobierno.
–¿Hay fusiles ahí?
-Fusiles, granadas, ametralladoras, hay subametralladoras, armas de calibre de alta potencia, 9 milímetros, 45 HK, es decir, allí hay un arsenal de armas.
–La ministra dijo que tenían nombre y apellido.
-Yo le voy a decir y me disculpa porque es una dama, pero son infelices sus declaraciones. Cómo una ministra de asuntos penitenciarios va a decir que el control de la seguridad en los centros penitenciarios los tienen los pranes, que ella está segura que allá adentro hay armas, pero si está segura de que eso es así y que el control y el monopolio de la seguridad lo tienen los mismos reclusos, bueno, este es un gobierno que debería estar atendiendo esta problemática. Estamos hablando de 45 mil privados de libertad en toda Venezuela, donde por ciento, solamente existe capacidad para 12 mil 500 personas. El hacinamiento en las cárceles venezolanas es verdaderamente dantesco.
–¿Cómo operan las cárceles, tú que estuviste dentro del monstruo?
-En primer lugar, las cárceles son universidades de delincuentes, el ocio mata a las personas que están ahí. Un día en la cárcel es una semana, una semana es un mes, un mes es un año, allí se producen grandes negocios, desde allí se opera para cometer delitos incluso fuera de esos centros penitenciarios. Tienen teléfonos, hacen atracos, se comunican con sus amigos delincuentes que están operando en los barrios, urbanizaciones, en todos los sectores de nuestra geografía nacional y no existen políticas públicas que permitan verdaderamente disminuir este tipo de circunstancias que ocurren allí.
–¿Y eso no está prohibido?
-Existen los celulares, existen discotecas. Ahora incluso tienen un campo para hacer motocross, tienen motos.
–¿En dónde?
-En Tocorón. Existen, por ejemplo, mangas de coleo y no es que un recluso no pueda en un momento determinado tener algún tipo de esparcimiento, porque entonces me estoy contradiciendo, el problema es que deberíamos aplicar políticas en materia de educación que no existan analfabetas, por ejemplo, dentro de las cárceles venezolanas, que exista atención en la cultura, en el deporte. ¿Usted sabe cuál es el presupuesto diario para una persona alimentarse dentro de un centro penitenciario? Doce bolívares para desayunar, almorzar y cenar. Yo pregunto, qué ser humano se puede alimentar con esto.
Por: Oliver Parra
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