¡¡Todos, sin temor, sin miedo a votar
masivamente por Capriles el 7-O!!
Fui una de los millones de equivocados promotores de la abstención en las parlamentarias que entregó al chavismo el dominio absoluto de la AN. Lo hice convencida de que nos iban a hacer fraude a través de las captahuellas y de los tramposos cambios en las normas electorales. Con tamaño error el oficialismo “logró su mayor triunfo histórico: conquistó 100% del Parlamento y con eso pudieron designar al CNE, al TSJ, al fiscal, al contralor y a la defensora del pueblo” (Vicente Díaz EN 02-08-2012). Lo sucedido demostró que los partidarios del voto tenían razón y los millones que nos abstuvimos estábamos equivocados. De haber seguido ese criterio los chilenos no habrían salido del dictador Pinochet con votos.
A partir de entonces hice una doble manifestación de fe y de racionalidad: los demócratas en Venezuela no contamos con cañones, ni Kalashnikov ni tanques ni aviones no tripulados con los que nos amenaza Chávez. Solo disponemos de nuestro voto que, cuando es masivo, se convierte en un misil invencible. Para esta elección del 7-O contamos además con un extraordinario candidato presidencial, Henrique Capriles, quien conquista cada día nuevas adhesiones populares en su incansable recorrido por todos los pueblos y ciudades de Venezuela, como ya reflejan las encuestas serias. Es la lucha de David contra un Goliat encarnado en el feroz aparato del Estado puesto al servicio del candidato oficial. Capriles no cuenta con cadenas-propaganda, ni con mensajes de la Ley Resorte convertidos en cuñas electorales para Chávez. Solo tiene 3 minutos de publicidad electoral permitidos por el CNE. No usa recursos públicos, le arrancan sus afiches y los sustituyen por los de Chávez (Corpoelec con enormes grúas) y hasta le prohíben llevar una gorrita tricolor, mientras Chávez envuelve su voluminosa humanidad en la bandera venezolana, a la par que prostituye y manosea el nombre del Libertador devenido en soporte de su campaña. Y el CNE no se inmuta.
Durante semanas la cronista ha consultado a expertos y revisado estudios, artículos y temores sobre si el voto es o no secreto con la utilización del Sistema Electoral Automatizado (SAI). Todos concluyen en que el fraude (continuado) no es otro que el obsceno ventajismo oficial a lo largo de la campaña: un candidato-presidente abusivo que violenta las normas y un CNE que se lo permite. Los expertos insisten en que “el fraude electoral existirá donde la oposición no tenga testigos“.
El colega Eugenio Martínez -posiblemente el periodista más enterado en materia de encuestas y de tecnologías electorales- ratifica que la última década electoral en Venezuela ha demostrado que las elecciones se ganan o se pierden por votos y por no poder garantizar testigos en todas las mesas (EU 19-07-2012). Explica que la “traza de papel” garantiza que los resultados no se modifiquen, y relata los pasos básicos que los electores conocemos de elecciones anteriores. A los técnicos les da seguridad que para el 7-O se realizarán 17 auditorías, incluidas dos nuevas asociadas al SAI. En la sala de totalización hay testigos de oposición. El temor de que los resultados pasan a un centro de totalización paralelo “en donde los cambiaría el CNE” es también rebatido por los expertos. En todos los procesos ha existido otra sala de totalización de respaldo, en caso de falla de la principal, en la cual “también hay testigos opositores”.
Para la elección del 7-O se incorpora el dispositivo biométrico SAI que ha sido motivo de temor. ¿Cómo se garantiza el secreto del voto si el SAI está conectado con la máquina de votación?, se preguntan. En la revisión del proceso por el equipo técnico- auditor del Comando Venezuela (EU 23-07-2012) “se ha constatado que la aplicación que se ejecuta en la máquina de votación nunca manipula simultáneamente el voto y la identidad del elector. La identidad es utilizada por un módulo de programación aislado e independiente del módulo que controla el voto. El módulo que maneja los votos los graba en la memoria de la máquina sin relación alguna con la secuencia con la que fueron generados”. En síntesis: “el voto está encriptado, no es secuencial y se desordena de manera aleatoria antes de grabarse en la memoria de la máquina”. Es decir, que “El voto es y seguirá siendo secreto“.
Nunca antes la Unidad Democrática había estado en condiciones tan favorables como ahora, de cara a las presidenciales del 7-O, en contraste con las del Gobierno, que han empeorado: Nuestro candidato sigue creciendo y su equipos están preparados para custodiar todas las mesas electorales, conscientes de que “la trampa está donde nosotros no estemos”. ¡¡Así que todos, sin temor, a votar masivamente por Capriles el 7-O!!
Por: MARTA COLOMINA
mcolomina@gmail.com
@colominaM
EL UNIVERSAL
domingo 12 de agosto de 2012