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Saturday, November 23, 2024
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El Editorial: El mercenario



El “marine” y su apariencia

 

“No sabemos a qué venía, él dice que venía huyendo de no sé qué”, ha declarado el presidente de Venezuela sobre el arrestado de origen latino.

Cuando llegan los tiempos de elecciones al Presidente se le acelera la imaginación y aparecen mágicamente francotiradores, magnicidas armados con bazucas, terroristas entrenados por la CIA para derribar su avión y pare usted de contar si es que puede, porque cuando el candidato a la reelección se encadena no hay forma ni manera de ponerle freno.

En el fondo lo que el candidato oficialista quiere es que la gente se convenza de su inevitable triunfo electoral, por lo que a sus enemigos no les queda otro camino que sacarlo del juego a tiro limpio. No sabemos si la jugada le ha salido bien en tiempos pasados, pero de tanto repetir la misma treta y en las mismas circunstancias, ya los venezolanos tan dados a la mamadera de gallo y a los chascarrillos lo que hacen es soltar la carcajada. De manera que este será el gran chiste de esta campaña.

Cuando los peones que trabajan en los tantos hatos del llano conversan por las noches en sus horas de descanso abren un campeonato de embustes sobre hechos ocurridos en la sabana que son, por lo demás, muy divertidos porque en ellos le dan rienda suelta a su imaginación y causan risas entre los asistentes.

Algo de eso le debe pasar al candidato cuando entra en campaña.

Recuérdese el famoso gasoducto del sur, el tren Valles del Tuy a Barquisimeto y Barinas, el ferrocarril desde El Tigre a Puerto Nutrias, la transformación del litoral central en el gran polo turístico del Caribe, etcétera, etcétera.

Cosas de político dirá la gente, pero cuando empieza a inventar que llegó un experto tirador para matarlo, o un terrorista para atentar contra su avión, o un submarino nuclear de Estados Unidos navegando en nuestros mares o, como ocurre ahora, con un mercenario estadounidense capturado al tratar de infiltrarse desde Colombia, pues lo cosa es preocupante.

Cuando este jueves el Presidente reveló al país que un ciudadano estadounidense de origen latino había sido capturado “cuando intentaba ingresar ilegalmente a Venezuela desde Colombia”, según las agencias de noticias, se abre un mundo de interrogaciones tan locas e irracionales como la misma información oficial.

Para guinda de la torta, el mandatario dijo con voz marcial que el sujeto capturado tenía “toda la apariencia de ser un mercenario”. Maravillosa capacidad la de la policía venezolana y del Presidente para captar de inmediato la peligrosidad de los individuos que pueden poner en zozobra la paz y la tranquilidad ciudadana y la del Gobierno. Es una lástima que ese ojo tan perspicaz no se aplique cuando ingresan a Venezuela los asesinos de ETA, los narcoguerrilleros del ELN y las FARC y los terroristas árabes fundamentalistas.

El Presidente dijo que el mercenario “intentó romper un cuaderno y su pasaporte, en el cual se registraban entradas y salidas a Irak, Afganistán y Libia”. ¿Tan mal está la CIA que apenas puede dotar a sus agentes con un cuadernito y un pasaporte viejo y arrugado?


Por: Redacción
Politica | Opinión
EL NACIONAL
SÁBADO 11 DE AGOSTO DE 2012