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Thursday, November 21, 2024
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FREDDY LEPAGE: El CNE: ¿entre la gorra y la boina?



“La interrogante puede
ser una majadería…”

 

Y sí que lo es. Plantear una disyuntiva entre una gorra y una boina luce una insignificancia, por supuesto. De eso no cabe ninguna duda. Pero, para saber lo que pasa, hay que hurgar en la integración del organismo electoral, eso lo dice todo. Sobran las palabras.

Los hechos lo confirman. Sin embargo, el tema es más profundo de lo que aparenta a simple vista.

Las declaraciones de la rectora Socorro Hernández sobre la cachucha tricolor de Capriles, para tratar de prohibirle al candidato presidencial de la unidad democrática su uso, fueron realmente tristes, por no decir rebuscadas. Se supone que habla en nombre de sus otras tres homólogas que ven con nerviosismo el desarrollo de la campaña electoral.

Lo que también llama la atención es que el flamante cuarteto en cuestión haya declarado renunciando a una de sus principales facultades que la regulación de las largas y repetidas cadenas presidenciales no es competencia del organismo comicial; ergo, Chávez puede seguir haciendo lo que le venga en gana: actuar libremente, sin que los responsables de velar por la aplicación de reglas del juego justas, tengan ni siquiera una palabra que decir, así sea, al menos, para cubrir las apariencias.

Pero no, más importante, parece ser, restringir el uso de la tan especial prenda, porque, seguramente, eso “sí” significa un ventajismo y una flagrante violación de la normativa legal vigente. ¡Por Dios!, cómo se puede llegar a semejante argumentación, carente de toda base. Todo lo que ha señalado la rectora, que lleva la voz cantante contra el uso de la bendita gorra, son planteamientos leguleyos, carentes de todo rigor jurídico. Decir que un sombrero de tres colores encarna los símbolos patrios, es una exageración que pone al descubierto la (mala) intención de quien lo destaca.

Es inevitable hacer comparaciones con la actitud prepotente y ventajista del candidato a la reelección por siempre y el uso indiscriminado de los símbolos patrios y de los recursos del Estado a favor de su candidatura. El CNE no distingue, intencionalmente, cuando Chávez actúa como candidato o cuando está en actos oficiales como Presidente de la República. Cuando se viste de militar con la boina roja de los paracaidistas o cuando se pone la chaqueta con la bandera de Venezuela. Esto lo ha hecho hasta la saciedad sin que medie reprimenda alguna.

Ahí no hay señalamiento que salga de la boca de las principales funcionarias de la institución encargada de llevar una campaña balanceada, en estricto cumplimiento a lo pautado en nuestra carta magna, normas y reglamentos reguladores de los procesos electorales. Y, me refiero a las damas rectoras, porque el único representante del género masculino en la directiva del organismo, el rector Vicente Díaz, tiene posturas diametralmente diferentes. ¿Es que acaso, como bien lo ha señalado Capriles, no debe el CNE ocuparse de asuntos más importantes, de mayor entidad? Si quieren desempeñar un papel realmente imparcial, deberían dejarse de sutilezas que lo que hacen es que, cada día, se les vean más las costuras; o sea, su inclinación evidente hacia la candidatura oficialista.

No obstante, estas escaramuzas no deben desviar la atención del tema central. La lucha sigue y, por suerte, con buena brisa. Con gorra o sin gorra, con cadenas o sin cadenas, con boina o sin boina, con chaqueta o sin chaqueta, las encuestas serias (no tarifadas) indican por dónde va el camino.


Por: FREDDY LEPAGE
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL