“Ni con trampa ganará Chávez…”
La tratarán de hacer, y no tengo dudas de que recurrirán a esa práctica de raterismo político para hacerse de unos voticos adicionales, v.g., con los doble cedulados, pero jamás podrán incidir determinantemente sobre el caudal de votos que sacará el candidato del progreso y la esperanza. No tengo dudas de que Henrique Capriles está ya por encima del agotado y enfermo Hugo Rafael.
Capriles aglutina muchos sectores en los que animan el deseo de la reconciliación y el reencuentro nacional. Hoy lo podemos decir con rotundidad: Henrique Capriles supera en las encuestas al candidato de la corrupción, del continuismo y de la falsedad, por más de 3,5 puntos. Dos meses más serán suficientes para consolidar una estruendosa paliza al atraso continuista.
No es casual que Chávez y su gente se “preocupen” y denuncien a Capriles porque se ponga una gorra con los colores de la bandera de Venezuela. Ellos se sienten con la exclusividad de uso de los símbolos patrios para todo. Recuérdese que nos llaman apátridas.
La rectora del Consejo nacional Electoral, Sandra Oblitas, buscando congraciarse, se hace eco de los señalamientos del oficialismo, anunciando que efectivamente uno de los candidatos emplea en su indumentaria la bandera nacional. Vaya desfachatez: no se ha dado cuenta de que el candidato oficialista lleva catorce años no solamente con la bandera nacional a cuestas, sino que constantemente la emplea para arengar. También usa el escudo y canta el himno nacional en sus actos políticos. No es que lo hace en declaraciones esporádicas, sino continuamente y casi siempre en cadena nacional.
Chávez como presidente y militar activo no puede ser candidato presidencial, como lo manda la Constitución. Pero eso le resbala al árbitro y al Poder Judicial. No se ha dado cuenta la Oblitas de que Chávez ha convertido todos los cuarteles militares en casas del partido PSUV, donde lo menos que se planifican son estrategias militares para resguardar la soberanía nacional. El CNE no ve lo que ha venido haciendo Chávez. Están allí burlando la imparcialidad que les impone la Ley.
Así como los demás poderes han permitido y tolerado que los cuarteles, a través de sus complacientes y encubridores jerarcas, sean utilizados para actividades que riñen frontalmente con la tarea castrense, como la realización de ferias de la comida, ventorrillos de hortalizas, negocios con la importación de alimentos, adjudicación y venta de divisas, manejo de compañías de seguros, protección de casas de juego, etc..
Cuando uno piensa sobre todo lo que ha sido esta locura llamada revolución, no puede evitar mencionar la podredumbre en la que Chávez ha sumergido instituciones otrora con altísima credibilidad. Pero, bueno, volvamos al tema de la gorra de Capriles. Ahora más que nunca todos debemos usarla para decirle al CNE y a los “preocupados” oficialistas que el pueblo de Venezuela prefiere esa gorra porque tiene vocación de civilidad, y que la militar, como ha quedado históricamente demostrado, solo ha servido para oprimir y empobrecer a los pueblos.
Libertador vilipendiado:
El borde de la desesperación del régimen ha llegado a un punto tal que insisten en recurrir a la provocación militar para ver qué ocurre. Desde luego que para evitar el desenlace electoral.
Todo lo antes narrado sobre los cuarteles y sus jerarcas no piensen que es una preocupación sólo nuestra, de los civiles. ¡Qué va! Muchos militares me han hecho saber que están cansados de lo que Chávez ha hecho con la Fuerza Armada Nacional. Los militares de familia decente, que son la mayoría, también piensan en el 7 de octubre como vía para dar al traste con esta sarta de vagabunderías que sus “colegas” de armas perpetran. Digo colega por la profesión, mas no por el desempeño.
Los jóvenes militares están hastiados de bajar la cabeza en reuniones familiares, o ante sus amigos, cuando les hablan de la corrupción militar. Porque saben del bandidaje que pulula en la institución armada. Tampoco pueden justificar la grosera utilización del poderío militar para fines proselitistas. Ellos saben que los jefes se enriquecen mientras que a los militares honestos e institucionales se les ve con desconfianza y hasta se les amenaza con abrírseles procedimientos por golpistas.
La última de las provocaciones realizadas fue habérsele “obsequiado” una réplica de la espada del Libertador al inefable conductor del programa “La hojilla”, transmitido por la televisora de “todos” los venezolanos. Efectivamente, no sé a cuenta de qué Mario Silva fue invitado al cierre del 6to curso de Estado Mayor Conjunto en la Escuela Superior de Guerra Simón Bolívar.
Desde aquí les expresamos nuestra solidaridad a quienes se han ofendido por semejante atrevimiento, pero al mismo tiempo los exhorto a no caer en provocaciones, porque Chávez tiene los días contados. Apenas restan dos meses para el 7 de octubre, magnífica oportunidad para pasarle factura.
Los 5 años de Antonini Wilson:
El sábado 4 de agosto se cumplieron 5 años del hallazgo de una maleta “propiedad” de Antonini Wilson que contenía 790.550 dólares y que le fue incautada cuando la intentaba ingresar a Argentina. A ese escándalo el único país que lo tomó con seriedad fue Estados Unidos, ya que luego de las investigaciones se iniciaron procesos judiciales, arrestos y acusaciones fiscales. El transportador de la maleta, para garantizar su libertad, se convirtió en colaborador del FBI y reveló la procedencia del dinero y para quién era. Confesó que provenía de Pdvsa y era para la entonces candidata presidencial Cristina Fernández.
Se cumplieron 5 años sin pena ni gloria. Dijera Oscar Yanes: “Así son las cosas”. Mientras el oficialismo anda preocupado por la gorra de Capriles, le resbala que actos de corrupción como este queden impunes. Por cierto, me acordé de Oscar Yanes por su expresión, y no porque en el acontecimiento de los dólares y la valija de Wilson saliera a relucir el nombre del ex gobernador de Cojedes Jhonny Yánez Rangel, que no tiene nada que ver con él, por cierto.
Por: Pablo Aure
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Politica | Opinión
Lunes 6 Agosto, de 2012