La suspensión de los envíos de crudo
no es tema de que preocupe a EEUU
■ Venezuela vende petróleo a Estados Unidos, pero le compra gasolina.
Una victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela en octubre o del candidato republicano Mitt Romney en noviembre, podría conducir a una revisión de las relaciones de Estados Unidos con la nación sudamericana, pero es poco probable que termine siendo declarada como una “nación forajida”, señaló un informe de la firma de análisis financiero IHS Global Insight.
De hecho, el Departamento de Estado le dio un trato favorable a Chávez en su último informe sobre el terrorismo, aún cuando el mismo documento fue denunciado por Caracas de “infame” y “calumnioso”, indicó el estudio de IHS Global Insight, elaborado por su analista principal para las Américas, Diego Moya-Ocampos.
La cancillería venezolana protestó de que Washington acusara nuevamente al país de no cooperar en la lucha contra el terrorismo, pero el punto verdaderamente relevante del informe es que el Departamento de Estado se limitó a decir sólo eso cuando la evidencia enumerada demostraba que los pecados de Caracas son mucho mayores.
El informe “disipó las preocupaciones entre los sectores conservadores y de negocios de Venezuela de que el país pudiese ser colocado en la lista negra como país que auspicia el terrorismo, en el marco de los esfuerzos concertados [para que eso sucediera] en un Congreso estadounidense dominado por el Partido Republicano”, señaló en el informe.
Moya-Ocampos resaltó que Washington hasta el momento ha mostrado mucha paciencia en sus pragmáticos manejos diplomáticos con el régimen de Chávez, incluso al obtener abundante evidencia de sus vínculos con organizaciones terroristas, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el grupo separatista vasco ETA.
No obstante, existen crecientes razones para pensar que la política estadounidense sobre Venezuela podría ser eventualmente sometida a una significativa revisión, comentó.
“Las elecciones presidenciales previstas para octubre del 2012 podrían conducir a la reelección de Chávez y, en consecuencia, a la expansión de la autoproclamada revolución socialista. Eso se produciría en un momento particularmente sensible en la política doméstica e internacional de Estados Unidos”, señaló el informe.
Según el analista, los próximos cuatro años verán un incremento de las presiones contra el régimen de Chávez, si éste resulta electo.
Incluso si es el presidente Barack Obama el que resulta ganador en los comicios presidenciales de noviembre, una nueva victoria de Chávez podría propiciar que el mandatario estadounidense sea sometido a una presión aún mayor en el Congreso.
Esas presiones podrían conducir a una revisión de las relaciones con Venezuela bajo la continuidad de una administración demócrata, pero ésta estaría garantizada si el candidato republicano emerge victorioso en la contienda.
“Una victoria del candidato republicano Mitt Romney podría alterar radicalmente las relaciones bilaterales”, sostuvo el informe.
Pero incluso si produce una revisión es poco probable que se traduzca en la imposición de sanciones económicas contra Venezuela, comentó el ex embajador de Venezuela ante Naciones Unidas, Diego Arria.
“Ellos tienen demasiadas cosas en sus platos en este momento”, comentó Arria, uno de los más duros críticos de Chávez, en una entrevista telefónica.
“La suspensión de los envíos de crudo no es un tema de que les preocupe, porque en realidad si eso se produce en Estados Unidos no pasaría nada. Es simplemente que están exhaustos, la lista de problemas en Estados Unidos es tan variada y tan numerosa que Chávez figura de último en la lista”, explicó.
El Departamento de Estado dijo el martes que Venezuela sigue rehusándose a cooperar plenamente en la lucha contra el terrorismo en un informe que resalta los estrechos vínculos entre el gobierno de Chávez con Irán, la organización separatista vasca ETA y las narcoguerrillas colombianas.
Según el pronunciamiento anual, el gobierno bolivariano protege a integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN), pese a que estos elementos subversivos empleaban el refugio brindado “para descansar, reagruparse, extorsionar y secuestrar a venezolanos con el fin de financiar sus operaciones”.
El documento también dijo que Chávez mantiene en su gobierno a cuatro venezolanos colocados en la lista de sanciones elaborada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) por sus vínculos con el terrorismo o el narcotráfico.
Entre estos funcionarios están el actual ministro de Defensa, Henry Rangel Silva, y el jefe de la Cuarta División Blindada del Ejército, Clíver Alcalá.
El informe generó una iracunda protesta del gobierno venezolano, que calificó el pronunciamiento del Departamento de Estado de “infame”.
“El gobierno de los Estados Unidos, una vez más, presenta estos informes unilaterales e injerencistas en los cuales expresan una opinión tendenciosa y distorsionada sobre las políticas de otros países en un tema como el terrorismo donde, además, ese país no tiene moral ninguna para pronunciarse”, declaró el comunicado.
Al denunciar la “doble moral” de EEUU y su “hipócrita política antiterrorista”, el gobierno venezolano recuerda que su país ha denunciado en repetidas ocasiones ante la ONU a Washington por “dar abrigo y protección a reconocidos terroristas internacionales”, indicó Caracas, en referencia a Luis Posada Carriles.
“Es lamentable para aquellos países que estamos verdaderamente comprometidos con la lucha antiterrorista […], que países como Estados Unidos mantengan la práctica de informes que no tienen ninguna validez pues se componen de información no verificada y, por lo tanto, son obviamente instrumentos políticos para la difamación”, señaló el comunicado.
Por: Antonio Maria Delgado
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