La situación estará marcada
por quien gane el 7-O
■ El destape de la corrupción actual sera una bomba, para el Psuv, tan grande que jamás volverán a ejercer el poder político.
Los desastres que vienen no se plasmarán el 7 de Octubre perdiendo o ganando Chávez o Capriles las elecciones. Y menos aún se puede creer que el país pueda soñar con salir librado de la espantosa crisis que se avizora.
Todo lo que se ha despilfarrado se devolverá como un loco tornado contra las frágiles bases de sustentación de la economía rentista venezolana.
Todo lo que se ha engullido esta casta de parásitos y sus asociados, representada en las cifras de deuda demencial que nos agobiará, pondrán inevitablemente a la orden del día la discusión inmoral de vender propiedades públicas a precio de remate o de gallina flaca y la no menos desastrosa fórmula de mantener el Estado empresario ruinoso, a costa de la inversión en salud, educación y seguridad pública y pactar nuevos sometimientos coloniales de pacotilla como MERCOSUR.
Lamento disentir de la borrachera triunfalista de los conglomerados polarizados. Algunos deberemos conservar la cabeza fría para contener y derrotar este camino desenfrenado hacia las confrontaciones inevitables.
Los países latinoamericanos, incluyendo los izquierdosos, y por supuesto a excepción de Venezuela, traen desde hace años muy buenos resultados económico-sociales, mientras la gigantesca burbuja que armó Bush y Wall Street arrasó con la economía de USA como superpotencia, para dejarla endeudada con China y en medio de una gran decadencia.
Ahora el tsunami llegó a Europa y allí ya hizo, hace y hará grandes estragos. No les extrañe que además de los cambios de gobiernos, se produzcan hasta conmociones políticas, como la que arrastra a la monarquía española, sumida en el descrédito por corruptelas y conductas disolutas del monarca que pueden determinar antes de fin año la abdicación de ese Rey Juan Carlos, en beneficio de su hijo, el Príncipe Felipe.
En España los especuladores acabaron con la mitad de la riqueza, que ahora se descubre era de bases muy artificiales.
Por estos lares Chávez celebra con su pacotilla ideológica “socialista” lanzando anatemas contra el capitalismo, sin poder explicar cómo es que ahora a los imperios europeos los miden con la misma vara del FMI, que antes se paseaba por las ruinosas economías de América latina, hasta que empezaron a producir salvo aquí, donde se prefiere la burbuja estatista del derroche petrolero importador, la maquinita de hacer billetes y el más pernicioso de sus inventos: hacernos un país super-endeudado.
Y lo que viene amigos, no es si Chávez gana o pierde, ni son las maravillas que disfrutaremos si logra ganar Capriles, contra el fraude cantado, que no ocurriria, según las garantías, que acaba de dar la MUD, sobre el CNE de Chávez.
Por supuesto que la situación estará marcada por quien gane. Pero dada la voluntad irrevocable del dictador, de seguir en el poder, lo fundamental seguirá igual hasta que el país no decida echarle y corregir a fondo el modelo que viene de 1958, gangrenado desde 1999 y del que forma parte la oposición, lo crean o no.
Lo que viene amigos es el coletazo de la crisis mundial, hasta hoy disimulado tras los altos precios petroleros y su ingreso, que se hace rápidamente insuficiente para alimentar esta maquinaria de ineficiencias y despilfarro chavista, que optó además por hacernos vulnerables al extremo con 180.000 millones dólares de deuda y una economía agroalimentaria destruida.
Devaluaciones, hiperinflación, desempleo masivo e imposibilidad de mantener el llamado gasto social del Estado, serán de consecuencias tan graves, que hasta el malandraje rojito tendrá que conformarse con robar menos, porque la manguagua del “cuantohaypaeso” y sostener además a dos millones de vagos del Partido Comunista Cubano, les obligará a morigerar sus ruines apetitos, ante una sociedad indignada que redoblará su lucha contra esas iniquidades.
A veces pienso si no sería preferible que esta gigantesca bomba de inviabilidad financiera y social, que demolería y sacaría de raíz este régimen piltrafa, le estalle al enfermo terminal, luego de comprobarse su estafa electoral, que además abra una crisis política, de manera que jamás puedan volver a ejercer el poder político.
Nos quedaría además la ganancia neta, que el país por fin generaría una racionalidad económica basada en el trabajo, en la propiedad privada, las libertades, la austeridad, el orden y en la proscripción del parasitismo clientelar y la especulación, para abrir paso a un nuevo Estado, una nueva economía y una nueva estructura social equilibrada.
Demasiados venezolanos han puesto la fecha del 7-Octubre como punto de partida para la concreción de muchas esperanzas.
Como lamento ser aguafiestas: lo que viene es peor de lo que hay. Estaremos frente a un régimen chavista putrefacto, generando violencia y chantaje, para sostener un poder abiertamente espurio, aún en la hipótesis acariciada por muchos sobre que habría un triunfo electoral opositor.
Chávez no es demócrata y no cederá el poder. Asumámoslo. Yo no puedo engañarme a mí mismo y andar propalando el advenimiento de mesías y mundos idílicos. Si creo que luego de traumas muy serios, quizá inevitables, podemos salir de este atolladero si el país entiende de forma radicalmente distinta como debe enfocar y resolver su destino.
Por: Alberto Franceschi
Politica | Opinión
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Viernes 3 Agosto, del 2012